18.-Odio Amarte

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Mis ojos tratan de cerrase pero yo me opongo.

Déjame dormiiiiiiiir.

Aguántate, ya vamos a llegar, creo.

Mi conciencia lucha por dejarme dormida y yo me opongo.

¿Qué más da si te duermes? Cuando lleguemos te despiertan y ya.

Ese no es el problema, no quiero que me ven dormir, Tegan se reiría.

Sólo dormirías, todos lo hacen, no se reirían de ti.

Pero yo ronco...

Bueno, ahí sí hay un problema.

A mi conciencia le vale por completo lo que acabo de decir y ella sigue tratando de hacerme dormir.
Mis párpados al fin ceden a cerrarse pero ¡BOOM!

—Ya llegamos Mariana, despiértate.—Tegan sacude mi hombro.

Chale.

No estoy dormida.—digo frotándome los ojos para no caer dormida de verdad.

—Sí, ajá, como digas.—ríe y finge un ronquido.

¿¡ME DORIMI!?

No sé, no me acuerdo de nada.

Maldita sea.

Bajo mis manos de mis ojos a mis mejillas y están calientes, seguro estoy roja.

Tegan se baja del auto y al voltear Camila y Thian no están pero al bajar ya los veo.

Pues sí wey no mames.

Cállate.

Los demás ya también bajaron del otro auto y están bajando sus maletas de la cajuela.
Bajo mi maleta y me quedo parada como idiota esperando a ver qué hacen los demás.

Estamos en un estacionamiento un poco oscuro, y además hace frío. Derek sale junto con Alice y seguido de ellos Blake quien antes se me acerca y me agarra de la mano y me lleva con él.

—No quiero que le hables ni que te le acerques a ninguno de estos infelices, ¿me entendiste?—me susurra al oído mientras aprieta mi mano.

—Sí.—respondo algo asustada.

Creo que Blake tiene un problema de carácter.

Siento que es algo más, conciencia.

Al salir del estacionamiento el sol me golpea directo en la cara y me ciega, hago una curva con mi mano sobre mis ojos para poder ver.
Miro la casa y es grande y unas cuantas palmeras están frente a ella justo delante de mí.

Todos entramos a la casa y nos quedamos ahí parados, yo supongo que todos ya habrán venido, menos yo.

—Pues, acomódense y luego pues podemos comer algo, yo cocino.—dice Derek el responsable.

—¿Y si vamos de una vez a comprar las cosas para el viernes?—pregunta Luke.

¿Qué va a pasar el viernes?

Yo creo que el día del cumpleaños de los Kruize. Pero no puede ser que vengas a una fiesta de cumpleaños y ni siquiera sepas cuando es el cumpleaños de los festejados ¿traes siquiera regalo?

Sí conciencia, sí traigo un regalo.

¿Cuál?

La mesa de los chicos popularesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora