La mesa de los chicos populares

13.-Recuerdos en un ramo

Mariana Ferrer

Después de ir por los padres de Blake al aeropuerto, yo me regresé a mi casa, y ahora aquí, en mi habitación, tomo mi celular y busco el contacto de Shiro, como antes dije, necesitaba saber si él sabía de la existencia de Camila, no por que importara al plan, más bien porque si él me estuvo ocultando eso seguramente habrá más cosas detrás.

Pico el botón de llamar y espero a que responda, cuando lo hace soy yo la primera en hablar.

—Hola, Shiro.—le digo sin entusiasmo alguno.

—Hola, Mar.—Saluda pero a diferencia de mi, lo hace ciertamente alegre.—¿Cómo te fue con Blake?—

—Bien, bastante bien quiero pensar.—digo y aunque Shiro no pueda verlo, se me escapa una pequeña sonrisa malvada.—Pero no vengo a hablar de eso.—retomo el tema por el que vine.

—Pues dime, ¿de qué quieres hablar?—

—¿Tú sabías que los Kruize tienen una hermana?—

Silencio, un largo silencio pasa hasta que Shiro decide volver a hablar.

—¿Tienen una hermana?—pregunta él, pero en su voz escucho una advertencia, una advertencia que me grita mentira.

—¿Piensas decir la verdad o no?—pregunto molesta.

—Mariana, te juro que no sé de qué hablas.—afirma, pero esa misma sensación de que miente llega a mi.

—Si dijeras la verdad la siguiente pregunta llegaría más rápido.—digo con mi voz que incita a un reto.—repito, ¿Sabias de la existencia de Camila Kruize?—

Otro silencio.

—¿Shiro?.—oigo un sonido como de duda de su parte.—Responde maldita sea.—okey, ya me enoje.

—Sí, de acuerdo, sí sabía que ella existía.—dice cediendo.

—¿Y por qué no me dijiste?—pregunto tratando de calmar el enojo que él generó en mi.

—No lo ví necesario.—en su voz se oye como un tono raro entre molestia por tantas preguntas y arrepentimiento por su mentira.

—¿Hay algo más que escondas, Bosko?—pregunto en tono retador.—¿Qué hay de lo que te dijo Derek en la fiesta?—menciono haciendo referencia a cuando le insinuó que causó un trastorno mental.

—¿Ahora vas a apoyarlos a ellos?—pregunta con cierta burla en la voz como diciendo "no lo creo de ti".—¿Después de que ya te dije que me trataron mal, ahora apoyas lo que dicen?—dice ahora más enfadado.

—Shiro, solo quiero que me digas la verdad.-pregunto con voz insistente, más molesta, pero buscando respuestas.—¿Son ellos tan malos como dices o en realidad tú eres el malo?—

Suelta una risa, de esas risas que la gente suelta cuando se enfada.

—Sí, Mariana, sí, yo soy el malo, sí ajá, yo te corrí y te humillé y además le hice bullying a un chico, sí, ajá.—ríe.—y ellos fueron las únicas personas que se te acercaron tu primer día en la universidad, sí, Mariana, soy el malo.—quiero hablar pero él cuelga.

Pues jodete, Shiro.

Me pongo mi pijamita y me acuesto a dormir, porque mañana en la cena tengo que tener los ojos bien abiertos pa' investigar a los Kruize.

No solo los ojos 7w7.

¡¡¡¡Cállate!!!!

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Ya es el siguiente día y pues como de costumbre no hice nada, es lunes y no hubo clases por creo que una manifestación o alguna razón x, así que me la pasé acostada tooooooodo el día, hasta ahora, que me estoy arreglando para ir a casa de los hermanos extremadamente guapos Kruize.