Verano

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—Dos meses después—

"—¿Y cuándo planeas traerlo? Quiero ver a mí hijo, Bastien. Hace más de una semana que no lo veo, y apenas hablamos por teléfono."

—Candice, el niño no quiere ir contigo, y mucho menos ahora que tu nuevo bebé ha nacido ¿Por qué no puedes ponerte en su lugar también? Luke se siente invadido, dale su tiempo para aceptar.

"—¿Cuánto más, Bastien? No somos amigos de nuestros hijos, somos sus padres, y estamos para educarlos, no cumplir con sus caprichos. Quiero a Luke ésta tarde."

—Aquí la única caprichosa eres tú, Candice. ¿Cómo debo hacerte entender que nuestro hijo no se siente bien contigo? ¿Qué no sé siente cómodo con tu marido? Ya deja de pensar sólo en ti, en lo que tú quieres o sientes. Para mí primero está Luke, y te guste o no, el niño se quedará en mi casa.

"—¿Así serán las cosas, Bastien? Perfecto, hablaré con mis abogados."

Respiró profundo y negó con la cabeza.

—Haz lo que quieras, pero recuerda que el único afectado por todo esto, será el niño —le dijo antes de cortar.

Estaba cansado ya de discutir con Candice por el mismo motivo, pero quizás era lo mejor, poner abogados de por medio. Luke ya tenía la edad para elegir con quién quedarse.

Se asomó por la ventana de su vestíbulo, y observó como el niño jugaba con Kim en la piscina, y los flotadores. Sonrió, mirando al pequeño tan tranquilo, feliz, sabiendo que allí con él estaba bien.

Y Kim, bueno Kim era una niña más, no podía verla de otro modo.

***

—Oye Kim.

—Dime —le dijo mientras comía helado.

Ambos estaban sentados en la orilla de la piscina, con toallones secando sus cuerpos. Habían estado toda la tarde en el agua, y ya comenzaba a oscurecer, por lo que Bastien les había dicho que salieran del agua.

—¿Te gustaría que mí papá te adoptara?

Lo miró divertida, antes de reír y negar con la cabeza.

—Pero tú papá no puede adoptarme, yo ya soy mayor.

—Yo te veo chiquita —le dijo con simpleza, tomando helado en su cuchara—. Podríamos ser hermanos.

—Gracias Luke, me hubiera gustado tener un hermanito cómo tú, pero yo ya soy grande —sonrió con ternura.

—Oh, bueno... —murmuró.

—Pero igual podemos seguir siendo amigos y jugar juntos —sonrió.

—Sí, me gusta jugar contigo, eres divertida.

—Tú también lo eres.

Bastien salió de la casa, con toallas secas.

—Ya deberían entrar, especialmente tú, Luke, sabes que un poco de viento frío te puede hacer mal, vamos.

—¿Puedo jugar un rato con mi tablet?

—Una hora, y no la desconectes si estás mojado, espera a que yo vaya adentro.

—¡Okay! —exclamó emocionado, tomando la toalla seca y corriendo hacia la casa.

Bastien sonrió divertido, y luego miró a Kim, dándole la toalla seca.

—Ten, esta es para ti.

—Muchas gracias, Bas. ¿Luke tiene algún problema de salud? —le inquirió curiosa, envolviéndose en la toalla, caminando ambos hacia la casa.

—Nació prematuro y sus pulmones no estaban desarrollados por completo, y quedó un poco sensible. Pero dentro de todo, es un niño sano y feliz —sonrió.

—Y terrible, ahora entiendo porque le dices así —rio bajo—. Me dijo que quería que fuera su hermana, que tú podías adoptarme ¿Puedes creerlo? Es demasiado ocurrente.

—¿Te lo dijo a ti también? Es demasiado atrevido —sonrió—. Pero sí, tiene razón.

—¿Con qué? ¿Tú también quieres adoptarme? —le inquirió con diversión, arqueando una ceja.

—Facilmente podrías ser mi hija, si hubiera sido padre adolescente, seguro lo serías.

Kim lo miró a los ojos, manteniendo su sonrisa, pero fingida ahora.

—Tú... ¿Tú me ves como u-una niña?

—Sí —sonrió—. Siempre que vienes a visitarnos, es como tener una niña más aquí.

...

KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora