Capítulo 7

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—¿De qué trabajas, Midoriya-kun? 

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—¿De qué trabajas, Midoriya-kun? 

Después de unos breves instantes de tenso silencio, Mika decidió romperlo y mitigar el ambiente. La mirada penetrante y fija de Bakugou la intimidaba y la hacía temblar; sin embargo, no dejaría a medias lo que había empezado y seguiría actuando.

—Ofrezco servicios y ayudo a la gente de vez en cuando... —respondió tímidamente—. Nuestra empresa es pequeña, pero tengo la esperanza de que pronto pueda darse a conocer para que otras empresas apliquen nuestras normas. Creo que así podremos hacer de este país un lugar mejor.

—Chorradas —masculló Bakugou.

Ella dirigió su atención a él por puro reflejo. Katsuki la miró con desdén, con esas pupilas rojas y feroces, desafiantes. Mika tragó saliva y desvió sus ojos sin poder evitarlo.

—Kacchan, nos gustaría que aceptaras la solicitud de trabajo que te ofrecemos —insistió Izuku.

Bakugou frunció el ceño, se echó hacia atrás y se cruzó de brazos.

—No.

—¡Ni siquiera has escuchado lo que puedes hacer!

—No me interesa —bordó malhumorado.

—¡Pero es que ahora que has decidido dejar ese trabajo...! —replicó.

—¿Has dejado tu trabajo? —intervino ella. Al ver la ceja arqueada del rubio, se disculpó—. Perdona, no es de mi incumbencia —añadió—. Como no te conozco —recalcó asintiendo con convicción—, no puedo preguntarte —concluyó con una leve sonrisa.

El rostro de Bakugou no cambió mucho, simplemente tensó un poco más la mandíbula. La sonrisa transparente de la chica podría engañar a cualquiera, incluso a Midoriya, pero a Katsuki, o eso es lo que parecía intentar decirse a sí mismo, no lo enredaba. Adivinó el motivo por el cuál ella estaba actuando así: quería ponerlo celoso o, al menos, requerido de atención. Y lo estaba logrando.

—Kacchan —insistió Izuku suplicando.

Él negó y resopló.

—¿Por qué no dejáis un momento el tema del trabajo y disfrutáis de lo que vamos a pedir? —sugirió ella. Midoriya, que se estaba rindiendo, aceptó. La joven miró a Bakugou para obtener su confirmación y el muchacho frunció aún más el ceño, algo que ella se tomó como un sí—. Bien, ¿qué quieres, Midoriya-kun? Hemos pedido las bebidas pero no has decidido coger ninguna pasta —le comentó—. No te contengas, que pago yo —añadió guiñándole un ojo.

—Ya te he dicho que no hace falta —repuso Izuku negando repetidamente con un leve sonrojo—. No es nada, se secará. Es una simple camisa.

—Pero quedará una mancha muy fea, con agua no se irá —replicó ella cogiéndolo de las manos que tenía sobre la mesa de forma suave—. Déjame al menos pagarte una galleta de mantequilla.

sadistic! ; bnha (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora