La primera impresión que tuvo Bakugou de ella no fue nada espectacular. Fue más bien indiferente. No se quedó impactado ni anonanado, mucho menos impresionado. Pero sí captó levemente atención.
La vio entrar en el local: arreglada, sin exagerado esfuerzo; guapita, pero sin necesidad de ir más allá. Sentado en la silla, con los pies sobre la mesa y su mano derecha aburrida sujetando el micrófono, la observó conversar con la de delante, quien también venía seguidamente.
Repiqueteó con los dedos y ladeó la cabeza, clavando sus ojos en la curvatura de su cuello y apostó consigo mismo a que tenía la piel suave. Frunció el ceño al encontrarse con el dilema de solicitarla o no. La chica miraba desconfiada a su alrededor y, a pesar de que se le veía ya adaptada, no bajaba la guardia. Katsuki esbozó una sonrisita cínica al imaginarse que había sido engañada.
Así que listo y sin dudar más, se reincorporó, se echó hacia adelante hasta sentir la cabeza del micrófono rozar sus labios y le comunicó a su jefa la persona que quería. Dicho y hecho, volvió a su posición original y, con los ojos centelleantes, continuó mirando la desorientación de la muchacha.
Finalmente, ella fue llamada y guiada hacia donde debía. Bakugou, entonces, se preparó. Se levantó de la silla y salió de su despacho, cerrando la puerta con suavidad mientras la joven, llamada Hiryū Mika por la información que le había llegado, hacía lo mismo. La diferencia era que la muchacha no podía verlo, pero él sí.
Entrecerró levemente los ojos con picardía y ansias, caminando lentamente hacia el centro de la habitación.
—Ve al centro —le ordenó a la joven.
Esta se sobresaltó y, algo incómoda, obedeció. Katsuki se deleitó con su apariencia y asintió ligeramente varias veces seguidas. A pesar de que Mika dio pasos acertados, Bakugou se vio obligado a acercársele.
—¿Quién eres? ¿Qué se hace aquí?
«Impertinente estúpida», pensó resoplando.
Se puso detrás de ella y Hiryū se dio cuenta, por lo que intentó voltearse. Molesto por la insistencia de la muchacha, la cogió del codo para obligarla a quedarse como estaba antes. Bakugou corroboró lo que se había dicho antes a sí mismo y sus dedos se quedaron sobre su suave piel dos segundos más de lo necesario.
Cogió la cinta, le retiró el pelo y se la colocó, confundiéndola aún más.
—¿Qué haces?
«¿Es que acaso no se cansa de preguntar?», gruñó poniendo los ojos en blanco.
Volvió a descender sus manos por su sedosa piel y le levantó los brazos, atándole las muñecas como solía hacer con las pocas chicas que había seleccionado. No le gustaba que lo agarraran, que lo cogieran o que ejercieran cualquier tipo de poder sobre él. Las veces que había tenido relaciones lo habían asiado del pelo, de la espalda, de los brazos... Y lo ponía nervioso. No le gustaba. Nunca se acostumbraría a esos agarres fieros e impulsivos.
ESTÁS LEYENDO
sadistic! ; bnha (+18)
Fanfictionsᴀᴅᴏᴍᴀsᴏϙᴜɪsᴍᴏ es un acrónimo de los términos sᴀᴅɪsᴍᴏ y ᴍᴀsᴏϙᴜɪsᴍᴏ, en el cual una persona obtiene placer al ser dominado o maltratado. ᴅᴏᴍɪɴᴀᴄɪóɴ y sᴜᴍɪsɪóɴ hacen referencia a una serie de comportamientos, costumbres y prácticas sexuales centrada e...