CAPÍTULO 19

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Robert Temple permanecía desde hacía días encerrado en su casa totalmente incomunicado. Apagó el teléfono, tanto el fijo como el móvil, cerró persianas, puertas y toda señal que pudiera indicar que estaba en casa. La decisión ya estaba tomada: Pensando que Low no había terminado aún la novela, lo haría él. Terminaría de escribir el libro que Low había empezado y que gracias a Katherine ahora tenía en sus manos.

Robert Temple se dedicó en cuerpo y alma a terminar de escribir esa novela que él no había comenzado. A pesar de saber que estaba cometiendo un delito, decidió hacerlo; la razón: la envidia. Nunca pudo superar que él no había nacido para ser escritor y la unión con Thomas Low, lejos de amainar su anhelo de ser escritor, hizo que aumentara su deseo de poseer las habilidades necesarias para serlo. Ahora se lo iba a jugar todo a una sola carta. Pensó que esta era la oportunidad de su vida y que no se iba a volver a presentar. Que Katherine se cruzara en el camino de Low, que surgiera una relación entre ambos, que Low lo estropeara todo como siempre hacía y la última reacción de ella entregándole lo que había escrito Low por despecho, era una señal inconfundible de que era su oportunidad.

Una semana después, Robert Temple terminaba de escribir la novela de Low. Cambió el nombre del autor en la primera página por el suyo y le puso de título "El escritor". Salió, hizo unas importantes gestiones y llamó a la editorial para la que trabajaba Low y concretó una cita con el editor jefe.

Al día siguiente, Robert Temple se reunía con Andrew Feder editor jefe de la prestigiosa editorial Simple.

-Hola Robert, pasa, adelante, ¿qué me traes?

-Te traigo una sorpresa.

-¿De qué se trata?.

-He escrito una novela.

-¡Eso si que es una sorpresa! Te conozco desde hace años y pensé que ya habías abandonado esa idea.

-Pues no la abandoné nunca. Y ahora lo he logrado, espero que te guste y quisiera que habláramos de las condiciones del contrato para la publicación.

-Je, je, Robert, primero tendré que leerla. ¿No te parece?

-Claro, pero te adelanto que te va a gustar. Estoy seguro de eso.

-Bien. ¿De qué trata?. ¿Cuál es la trama?.

-No quiero adelantarte nada, prefiero que la leas y luego me llames para firmar el contrato. Pero que sea rápido, si no me voy a otra editorial, ya que estoy seguro de que será un best-seller.

-De acuerdo, la leeré inmediatamente. Nunca te vi tan seguro.

-¿Cuándo me llamas?

-La semana que viene te aviso. ¿Ok?

-OK.

Ambos se levantaron, se saludaron y Robert se marchó. El riesgo que estaba corriendo era muy alto. Le estaba robando la novela a Low, su antiguo amigo y representado desde hacía casi veinte años. Pero antes de ir a la editorial, él ya había hecho la jugada que le garantizaba que iba a ganar esta partida; o por lo menos eso era lo que él creía. Muy seguro de lo que acababa de hacer decidió tomarse el resto del día saliendo a cenar a un buen restaurante y luego a tomar unas copas en el bar de moda de la ciudad. Ya empezaba a saborear el éxito. De pronto recordó que tenía su móvil apagado, lo cogió e hizo el ademán de encenderlo, pero desistió de ello. Pensó que no quería hablar con nadie, no quería decir nada y que nadie le preguntara nada, a fin de cuentas, no tenía a ninguna persona a su lado. Sin familia y sin amigos Robert quería permanecer desaparecido hasta que hablara con el editor. Para ello decidió irse a Miami y pasar allí varios días y al final de la semana llamaría a Andrew para saber si había leído la novela y cuál era su decisión.

El escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora