E-mail para Fiorella Ivanova

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De: Julieta Lima

Fecha: 25 de noviembre de 2027

Para: Fiorella Ivanova

Asunto: El día en que me enamoré

Fiorella ¡te lo tenía que contar! Ya es hora de que ustedes dos se animen a ser novios. ¿O hasta cuándo tienen pensando esperar? Ya sé que Chandler y tú han crecido juntos y que prácticamente sus familias los ven como un par de hermanos, pero ¿por qué allí no podría existir el amor? ¿Cuál es el problema con ello? Quizá piensas que es más fácil decirlo que hacerlo, pero te contaré un poquito de mi historia de amor. Solo un capítulo de los diez años que he tenido la suerte de compartir a su lado -y sin que ninguna de las dos pensásemos terminar siendo novias-.

Estoy segura de que tu hermana y tú ya deben de adivinar que yo me muero de amor por Valentina... mi gringuita de ojos verdes. ¡¡¡Pero acaso crees que fue fácil para nosotras el darnos cuenta de eso!!! ¡NO! Ni en nuestras peores pesadillas creímos que nos enamoraríamos y que nuestro vínculo de hermanas que por tantos años nos unió se vería roto de un día a otro. ¿De qué estoy hablando? Pues te lo contaré sin tantos detalles para que no dejes de leer -Anastasia ya me dijo que no te gustan las cursilerías :c –.

Todo se resumen a que tanto Valentina como yo empezamos a salir con unos chicos de nuestros colegios. No sé qué tanto ella estuviese interesada con su chico, pero personalmente, yo sí sentía algo por el mío. Nunca estuve enamorada de nadie, pero él se comportaba tan simpático conmigo que me dije "bueno... podría darme una oportunidad a mí misma y ver qué onda con él" ¡Fue el peor error! Recuerdo que acepté salir con él al festival cultural en la plaza de Lisboa. Conversamos muchísimo y descubrí que teníamos más cosas en común de lo que alguna vez pude sospechar, reímos varias veces por las ocurrencias que confesábamos y cosas así, luego nos tomamos unos jugos en un restaurante, y ya cuando caía la noche se ofreció llevarme a mi casa. Sin embargo, me negué a ello de forma educada y nos despedimos en la estación del metro. Él nunca se atrevió ni a rozar su mano "por accidente" con la mía ni mucho menos a besarme, quizá si lo hubiese hecho yo me haría dado cuenta en ese momento que mi corazón estaba sangrando por hacer algo indebido.

De camino a casa sucedió que Valentina se animó a contarme que también ese día había salido con un chico de su escuela y me detalló todos los lugares que visitaron en Valencia. No sentí punzadas de celos... sino grandes deseos de desaparecer de este mundo en ese preciso momento. Ni yo misma entendía el por qué me afectaba tanto que mi mejor amiga que tanto la quiero se lo estaba pasando bien con otra persona. Sabía muy bien que nuestra amistad no se terminaría cuando cada una tuviese una relación amorosa, así que esos sentimientos se me hicieron extraños e inexplicables.

Ya casi era fin de mes así que solo tuve que esperar algunos días para vernos en Barcelona -es una tradición que nos visitemos- y ese día me sentí tan nerviosa de volver a verla. Mis ojos ya no eran los mismos que antes, ahora la quería ver más que la mejor amiga y hermana de cariño que era para mí. Una esperanza nació en mi corazón cuando esos ojitos verdes de mi gringuita se fijaron en los míos luego de abrazarnos como saludo en el aeropuerto. Quizá ella sentía algo así hacia mí. No lo supe hasta el otro día en que nos fuimos a caminar por la orilla del mar en una de las playas de Barcelona. Nos habíamos despertado muy tempranito para ver el amanecer -odiábamos los atardeceres, ya que son la señal de que el día se nos acaba- y ambas nos mantuvimos muy calladas en todo momento. Algo nos incomodaba a las dos, pero ninguna quería confesarlo. ¡Sí! Yo también le había contado -y mentido- que mi cita fue inolvidable y cien mil adjetivos así para solo adornar mi mentira.

¿Adivinas qué sucedió durante ese amanecer?

Discutimos por primera vez en toda nuestra amistad de tantos años. No sé quién fue la que empezó, pero ambas lo continuamos. Nos echábamos en cara que por fin teníamos con quién salir a pasear y "pasarlo muy bien", y que estábamos contentas de que terminásemos con novio y cien mil tonterías sin sentido como esas... Me afectó muchísimo verla llorar por no saber qué hacer con nuestra amistad. Valentina es la persona en que más confío en este mundo, y yo también soy lo mismo para ella, y creo que por esa razón nos aterraba "confundir" las cosas entre nosotras. ¿Y si nos equivocábamos? ¿Si siendo novias no nos llevaríamos igual de bien como siendo amigas? ¿Acaso si lo intentábamos y rompíamos, nunca más volveríamos a ser amigas?

Las preguntas estallaban en mi interior mientras que mi corazón se desangraba por ella, y por eso te lo digo y repito otra vez: ¡¡NO SIGAN ESPERANDO!! Solo escuchen a su corazón y así no sufrirán. Un par de enamorados no deben de experimentar ver el dolor en el otro ni por medio segundo. Yo entendí eso recién cuando mi gringuita se deshizo en llanto, ocultando su rostro bajo sus manos, y me di cuenta de que estaba equivocada con mis pensamientos.

La abracé con todo el amor que siempre le tuve pero que dudaba en ser correspondido. Le besé en su largo cabello rubio mientras que el océano silbaba con dulzura que le confesase mi amor. Así que ahí en medio de nuestras lágrimas dejamos de vernos como amigas, en un suspiro supe que ella también me amaba y que estaba segura de ello. Pasé mis ojos por sus mejillas, susurré su nombre y la besé antes de prometerle

Mi primer y último beso quiero que sea contigo, Valentina.

¡Quizá ya me puse cursi! Lo siento, Fiorella, pero así se dieron las cosas. Eres la primera persona que sabe sobre nuestra relación. Aún no decidimos cuál es el mejor momento para que nuestras familias lo sepan, pero supongo que ya se nos ocurrirá algo. Lo importante es que somos felices amándonos y el que el amor se reduce a solo dos personas. Así que prima te animo a que de una vez se dejen de cosas tú y Chandler. Espero que pronto me des una buena noticia y podamos salir en parejas por Londres, Barcelona y Lisboa.

Les mando muchos besos y mis mejores deseos

Tu prima que tanto te quiere

Julieta Lima

Déjame ser tu JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora