Capítulo 3

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Lisboa

Miércoles, 25 de julio de 2007

Un viaje por casi un mes a Brasil es el regalo de cumpleaños que he recibido algo atrasado. Papá me había conseguido una de las mejores guías turísticas de su empresa, por lo que estoy segura que conoceré de arriba abajo los bonitos paisajes paradisiacos de ese país.

- ¿No estás preocupada?

- ¿Por...?

- Ya sabes, tu extraño ritual de viajar a otro país y hacerte un nuevo tatuaje. Por lo que veo ya se te está acabando piel libre para añadir más tinta.

¿Más tatuajes? Es una buena pregunta que me gustaría responder al menos para mí misma. Pero por ahora no lo sé con certeza.

- Amm pues quizás regrese con algunas mechas pintadas de rosa.

Bruno suelta un silbido y mira hacia nuestra mamá que regresaba de la cafetería con un par de bebidas.

- A ella le daría un ataque si te lo pintas de color fucsia o algo así.

- Ya veremos...

Mamá nos da las gaseosas y conversamos un rato en la sala de espera del aeropuerto hasta que llega la hora de decir adiós.

- Ese ha sido el último llamado Dani, ya deberías despedirte. – Exclama Bruno

- ¿Tanto quieres que te abrace? – Respondo divertida

- Tu hermano no quiere que pierdas el vuelo. – Añade mi mamá al darme un beso. – Dani, prométeme que te cuidarás mucho.

Veo que está a punto de llorar y sonrío para animarla.

- No es la primera vez que viajo sola. Hace unos meses estuve por Sudamérica por bastante tiempo y ya ven regresé en una sola pieza.

- Te acompañaron tus amigos por esa gira, así que técnicamente no te la pasaste sola, hermanita.

Lo fulmino con la mirada, pero al siguiente segundo ambos nos reímos y lo abrazo.

- No empieces Bruno. Que tú eres el que no ha querido acompañarme a Brasil.

- Tengo bastante qué hacer aquí, para la próxima será. Además, con tanta libertad ¿puede que regreses acompañada?

- Mamaaaaá – Me quejo, ya que de los tres soy la única que sigue sin pareja.

- La casa estará silenciosa sin sus peleas de hermanos.

Nos da una mirada tierna, mientras nos acaricia el rostro. Quizás sea algo simple, pero esta escena me reconforta el corazón de sobremanera. De niña había soñado tantas veces con tener un par de segundos así con mi familia. He tenido que esperar bastante para sentirme querida y devolver el mismo amor.

- No te preocupes, que Liz vendrá más seguido y cuando Dani vuelva desearás silencio.

- Les traeré muchos recuerdos de todas las ciudades que visite y estaré de regreso antes que nazca mi sobrino. Así que cuiden y mimen muy bien a Liz.

- ¡El avión va a despegar sin ti! Ya vete. – Argumenta Bruno al atraparlo de nuevo entre mis brazos y besarlo.

- Yo también te quiero. – Respondo.

- Lo sé, hermanita, lo sé.

Mi mami no puede evitar derramar algunas lágrimas al tenerme entre sus brazos y me susurra que llamará al menos tres veces al día para saber cómo estoy. Me gustaría decirle que su preocupación es excesiva, pero ambas sabemos por lo que he sobrevivido y separarnos por un mes es casi una tortura para ella.

Déjame ser tu JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora