Era un miércoles común en el Fukurodani, aunque ya eran las ocho de la noche y las luces de la cancha de vóley aún seguían encendidas. Para sorpresa de nadie eran Bokuto y Akaashi practicando remates después de práctica. Los del club nunca se extrañan de verlos entrenar hasta tarde, ya es rutina en ellos y nadie los molesta porque cuando terminan limpian y cierran todo, ahorrándoles a sus compañeros ese trabajo, aunque hay que admitir que al peligris mucho no le gustaba, pero haría lo que fuese por unas horas extras con su armador.
Ese día no iba a ser diferente a los demás, una vez que terminaran, guardarían las pelotas, limpiarían la cancha y cerrarían el club para poder irse sus casas. Para el gusto de Akaashi habían terminado demasiado rápido y él no quería volver a su casa, donde estaría solo debido a que sus padres estaban de viaje.
_ hey Akaashi _ el nombrado volteó hacia donde estaba Bokuto.
_ ¿Qué pasa Bokuto? _ dijo un poco cansado el pelinegro.
_ ¿Qué te parece si cenamos juntos? _ dijo el peligris. Él sabía que Akaashi estaba solo en casa y que no la pasaba bien, y eso a Bokuto no le gustaba nada, no quería ver a su persona favorita triste, aquello le generaba una sensación de dolor en el pecho.
_ solo si terminas de limpiar la cancha _ sentenció Akaashi, pero Bokuto estaba feliz porque sabía bien que el pelinegro no accedía tan fácilmente a sus peticiones y aunque no lo crean, eso había sido demasiado fácil para ser Akaashi, una vez le había dicho que se juntaría con él cuando apruebe matemáticas.
_ yendo _ se escuchó el grito de Bokuto para segundos después verlo limpiar la cancha lo más rápido que sus brazos y piernas podían dar.
Después de cinco minutos de exhausto trabajo, Bokuto ya había terminado de limpiar toda la cancha y estaba en los vestuarios esperando a su amigo a que terminara de darse una ducha rápida para luego ir a su casa.
_ ¿Qué comeremos hoy? _preguntó el peligris mientras caminaban a la casa de Akaashi.
_ tengo un poco de fideos en casa, así que cenaremos eso _ dijo el pelinegro frenando en la esquina por el semáforo.
_ ¿en serio? _ preguntó Bokuto un poco decepcionado de la comida, no era muy fanático de los fideos, pero si los tenía que comer lo hacía.
_ si no te gusta, puedes ir a comer a tu casa Bokuto _ dijo Akaashi sin cambiar la expresión en su cara.
_ no, no ,no. Está bien, comeremos fideos, no hay problema _ dijo Bokuto, definitivamente no iba a dejar solo a su amigo y menos un día que sus padres no estuvieran, que por cierto era bastante seguido para su gusto.
Al llegar a la casa del pelinegro, dejaron las cosas en el living, Akaashi fue a calentar la comida mientras Bokuto se daba un pequeño baño debido a que no lo había hecho en el club.
Bokuto mientras se bañaba se preguntaba cómo se estaría sintiendo su amigo en estos momentos, era verdad que sus padres nunca estaban y si no fuera por él, estaría siempre solo. El peligris era alguien quien se preocupaba por Akaashi, no como sus padres, él siempre trataba de estar para el pelinegro, como este lo hacía con él.
Bokuto salió del baño cuando Akaashi lo llamó para comer, no se había dado cuenta y sin querer había tardado más de lo que quería por haberse quedado pensando en la situación de su amigo.
Mientras comían hablaban de temas triviales, como el club, vóley, el colegio, sus amigos, entre otras cosas. Así estuvieron por un rato, olvidándose de sus problemas por un momento, hasta que sin quererlo, Bokuto había tocado el tema de la familia.
El peligris no se había dado cuenta, pero ya estaba hablando de como era su familia y todo lo que lo querían, cómo lo cuidaban...
_ ¿Cuándo volverán tus padres? _ preguntó Bokuto mientras comía.
_ no lo sé. _ se abstuvo a decir el pelinegro.
Lo próximo que supo Bokuto fue que Akaashi se levantó de la mesa un poco molesto y dijo que ya no tenía más hambre.
Fue ahí cuando Bokuto supo que había metido la pata, era un bocón que no sabía cuidar sus palabras y lo que más le dolía era que aquello había lastimado a su amigo, por eso no pudo soportarlo más y lo abrazó, lo abrazó como si del último se tratase, quiso transmitir sus emociones a través de aquel abrazo.
_ lo siento _ fue lo único que dijo el peligris, pero sabía que su amigo entendería porqué se disculpaba.
Al principio Akaashi no correspondió el abrazo, se quedó estático, sin saber qué hacer, pero poco a poco comenzó a relajarse en los brazos de su amigo y le correspondió el abrazo.
Sin darse cuenta, el pelinegro empezó a soltar lagrimas de alivio, después de todo no estaba solo, aquellas lágrimas se fueron intensificando con el paso de los segundos, y para que Bokuto no lo viese llorar se acurrucó en su hombro haciendo más fuerte el agarre.
El peligris no era tonto, sabía que Akaashi estaba llorando, podía escuchar claramente sus sollozos, lo que hizo que lo abrazara aún más fuerte.
Luego de unos minutos así, Bokuto aflojó un poco el agarre para poder verle la cara a su amigo, limpiar sus lágrimas...
_ vamos, debes descansar un poco _ sugirió Bokuto mientras acariciaba el rostro de Akaashi suavemente.
_ ¿puedes quedarte hoy?_ preguntó Akaashi secándose las lágrimas.
_ ni lo dudes, no iba a ir a ningún lado aunque me lo pidieras _ dijo muy seguro Bokuto, lo que hizo que Akaashi riera. El mayor se puso feliz al instante, en esos momentos lo que más le gustaba ver era la sonrisa del pelinegro.
Bokuto fue a cambiar su ropa por un pijama que había dejado en la casa del pelinegro después de haberse dado cuenta de que sus padres casi nunca estaban. Una vez que terminó, se acostó en la cama de su amigo y lo arropó para que se durmiera tranquilamente junto a él.
Ambos cayeron dormidos en menos de diez minutos, tener la compañía del otro era muy reconfortante para ambos, les gustaba estar juntos, pero ninguno estaba al cien por cien seguros de que si lo que sentían era más que una amistad...
- corregido -
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COMPAÑEROS Y AMIGOS
Novela JuvenilKuroo no se podía sacar a Tsukishima de su cabeza, era como un maldito parásito que no se iba, pero ese parásito le encantaba y no tenía pensado dejarlo ir. Bokuto, a diferencia de su amigo, estaba preocupado por Akaashi y su salud, tanto mental com...