Capítulo 1

2.1K 227 144
                                    

Moomin discutía con Snorkita sobre no seguir con el juego del matrimonio. Ella se quejaba sintiéndose ofendida ya que le hacía creer que no era una esposa perfecta. Moomin ya estaba fastidiado, el juego ya había durado dos días y ya se sentía asfixiado ya que no podía con tanta responsabilidad. Él se siente indefenso, no quiere herirla, pero tampoco quiere seguir jugando con ella, así que recuerda algo que le dijo su padre.

—Oye Snorkita, creo que debemos experimentar otro tipo de matrimonio— le dijo Moomin.

—¿De qué hablas?

—Cuando mi papá me contó sobre sus aventuras de joven, mencionó algo del matrimonio, que hasta él no estaba listo para esto— dijo Moomin tratando de librarse.

—Yo no recuerdo eso— dijo Snorkita.

—Lo que trata de decir es que están experimentando el matrimonio que pensaba mi madre— dijo Chiquitina quien los espiaba.

—¿Cuánto tiempo has estado espiándonos? — le pregunta Moomin.

—Desde el inicio. Sobre lo de Papamoomin, creo que había mencionado que mi mamá tenía una idea diferente del matrimonio que hasta le hizo dudar a él sobre casarse— dijo Chiquitina— Dijo que el matrimonio estaba lleno de discusiones.

—¡Eso era!

—Oh cielos, parece que tienes un poco de razón, pero juntos podemos superarlo— dijo Snorktia abrazando el brazo de su amado que se siente incómodo.

—Él parece no esta feliz contigo— le dijo Chiquitina.

—Eso es porque aún se está acostumbrando— dijo Snorkita a lo que Chiquitina suspira.

—Moomin, tengo una idea. ¿Te parece bien casarte con alguien más? — le pregunta Chiquitina.

—¿¡Qué!?

—Dices sentirte incomodo con este juego. Tal vez si te casa con alguien más puedas decidirte— dijo Chiquitina con una sonrisa.

—Creo que puedo intentarlo. Mi padre dijo algo igual. Él no sentía lo mismo, pero cuando conoció a mi madre se decidió por eso— dijo Moomin.

—Eso no puedo aceptarlo. ¿Con quien se casaría mi Moomin?

—¿Qué les parece Snufkin? — pregunta Chiquitina cruzada de brazos y con una sonrisa.

—¿¡Snufkin!? — exclamó Snorkita.

—A mí me parece bien. Vale la pena intentarlo— dijo Moomin para pedirle el anillo a Snorkita.

Ella no quiere, pero siente la presión y al final accede. Moomin se retira para irse al puente donde se encontraba su amigo pescando. Las chicas observan a lo lejos, Snorkita está de brazos cruzados mientras Chiquitina observa con orgullo.

—No lo aceptara. Snufkin no es de los que aceptan regalos— dijo Snorkita.

—Eso ya lo veremos— dijo Chiquitina.

Snufkin sigue pescando mientras su amigo permanece de pie. Moomin esta un poco nervioso por lo que trata de pedirle su opinión de una manera indirecta.

—Dime Snufkin, ¿Qué piensas del matrimonio? —le pregunta Moomin.

—Si es sobre tu juego con Snorkita, tan solo puedo decirte que nunca me he puesto a pensar en eso— dijo Snufkin.

—¿Has pensado en casarte?

—Prefiero estar soltero, ya que siento que es lo mejor que a estar obligado a sujetarse a las reglas de alguien—dijo Snufkin sin verlo a los ojos.

—¿Qué pasaría si te casaras con alguien que amas? — le pregunta Moomin.

—Eso nunca pasara— dijo Snufkin con un suspiro y una sonrisa— Estoy feliz como estoy.

—Tienes razón. ¿No quieres al menos intentarlo? Quiero decir, jugar al matrimonio— dijo Moomin con nervios sentándose al lado de Snufkin— Es cierto, es aburrido y estresante, pero al menos podría ser divertido si se juega bien. Ya sabes, pasear, cantar y reír...

—¿Qué insinúas? — le pregunta Snufkin.

—Quiero decir, el matrimonio es mucha responsabilidad, pero estando casado con Snorkita me tiene estresado. Ella es buena, pero necesito mi espacio. Creo que no me siento cómodo con ella y pensé que tal vez podríamos verlo desde otra manera— dijo Moomin todo emocionado por darle la noticia.

—¿Qué tratas de decir?

—Snufkin, ¿quieres casarte conmigo? — le pregunta Moomin.

Snufkin cae al arroyo de la sorpresa. Chiquitina se ríe a lo lejos. Snufkin sale del arroyo todo empapado, agarra su sombrero con las manos para volver con su amigo un poco avergonzado.

—¿Por qué quieres casarte conmigo? — le pregunta Snufkin tapándose la cara con su sombrero.

—Porque ambos nos entendemos el uno al otro, no nos aburrimos estando juntos— dijo Moomin sonrojando a su amigo.

—Ni siquiera sé cómo jugarlo. No quiero decepcionarte— dijo Snufkin con lamento y poniéndose el sombrero.

—No te preocupes, yo tampoco lo sé, pero estando contigo sé que funcionara— dijo Moomin extendiéndole la mano.

Snufkin toma su mano. Ambos se encuentran en el puente, Moomin no le suelta la mano a su amigo, saca el anillo para recitar las mismas palabras que le había dicho con anterioridad Snorkita para dar inicio al juego.

—¿Querido Snufkin, usaras este anillo por siempre?

—Lo haré. Prometo usar este anillo por toda la eternidad— respondió Snufkin.

Moomin le pone el anillo en el dedo anular. Una vez casados, ambos se miran un poco incómodos ya que no saben que más hacer. Deciden sentarse a platicar como siempre lo han hecho y esperar lo que traerá consigo este juego.

CompromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora