Capítulo 5

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Papamoomin va de visita a la cárcel, ve a Joxter sentado dentro de la celda abrazando a Snufkin quien esconde su rostro. La oficial abre la puerta a lo que Papamoomin entra para sentarse frente a él.

—Normalmente no me sorprendería verte en prisión, pero esto me tiene intrigado— dijo Papamoomin.

—Parece que no todo se solucionan con palabras— le dijo Joxter con una sonrisa.

—¿Cómo se encuentra tu hijo? — le pregunta Papamoomin algo preocupado.

—Cuando dejé a tu hijo, vine a entregarme. Le dije que Moomin se encontraba bien, Snufkin solo comenzó a llorar pidiéndome disculpas a lo que yo tuve que abrazarlo— dijo Joxter acariciándole la cabeza— No ha querido separarse de mí desde entonces.

—Moomin se encuentra bien, no fue su culpa que resultara lastimado— dijo Papamoomin.

—Eso mismo le dije, pero siento que algo más le preocupa— dijo Joxter.

—¿Cuándo saldrán libres?

—Mañana temprano, solo nos dieron una sentencia de tres días, menos mal que estuve aquí con él para hacerle compañía— dijo Joxter.

Papamoomin se despide dejándolos solos. Antes de irse escucha a Snfukin disculparse a lo que Papamoomin le responde que no debe disculparse. Joxter comienza a cantarle a su hijo para consolarlo, Snufkin lo abraza tapando su rostro para que no lo vea deprimido.

Pasan los días, Moomin se recupera, quiere visitar a Snufkin pero no encuentra su tienda. Snorkita quiere jugar con él, pero Moomin no quiere y se va a buscar a Snufkin. Finalmente lo encuentra saliendo de la casa de Mymble. Moomin le grita a lo que Snufkin se aleja rápidamente. Moomin sigue hablandole hasta que finalmente Snufkin se detiene.

—¿Acaso ya te vas? Todavía no llega el invierno— le dice Moomin.

Snufkin lo toma de la mano para devolverle el anillo. Moomin no entiende nada.

—Con esto el juego acabo, no quiero herirte más— dijo Snufkin.

—Snufkin, solo fue una torcedura, ya me encuentro mejor— dijo Moomin.

—Moomin, me encanta estar contigo, pero no quiero que salgas lastimado por mi culpa— dijo Snufkin— Cuando llegué el invierno, me tendré que ir.

—Puedo ir contigo, no hay problema.

—Pero el viaje sería peligroso para ti. No puedo arriesgarme a perderte— dijo Snufkin con tristeza.

—Sé que es peligroso. ¿¡Qué clase de aventura sería si fuese sin riesgos!?

—No es solo eso. Tú estas destinado a casarte con Snorktia para formar una familia— dijo Snufkin— Yo ni siquiera puedo darte una. ¿Por qué querías dejar eso por mí?

—Dejaría todo por ti— afirma Moomin.

Snufkin lo besa para luego tomar su mano y llevarlo hacia un árbol para sentarse con él.

—Sé que viajarías conmigo hasta el final, pero mientras eso sucede, sentémonos a ver las aves— dijo Snufkin.

—Sé que quieres ser libre, te entiendo, hay veces en las que uno desea estar solo— dijo Moomin— Pero créeme, es horrible estar solo todo el tiempo.

—A veces es lo mejor, así evitas ser una molestia para los demás— dijo Snufkin deprimido.

—Que no te importe lo que digan los demás, solo sigue siendo tú mismo— dijo Moomin— Eso fue algo que me dijiste una vez.

Snufkin se recarga sobre él, ambos se toman de las manos cerrando los ojos para luego dormirse. Moomin despierta sin Snufkin a su lado, en su mano trae el anillo que le había dado a él, eso lo deprime lo que le obliga a quedarse ahí esperando a que él vuelva.

CompromisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora