capítulo 8

28 1 0
                                    

JAVI

La observé marcharse con el corazón roto y sentí impotencia al no poder decirle nada para que se quedara conmigo. Me quedé paralizado cuando escuché esas dolorosas palabras salir de la boca de mi amigo. Esa parte de mi pasado que había superado a duras penas, había vuelto para arruinarme la vida de nuevo. Cuando conseguí enamorarme de verdad, querer a alguien y estar dispuesto a dejar toda la mierda por ella, algo tiene que pasar para que no funcione. 

- Venga tío, que seguro que todo pasa.

- ¿Me vas a decir que de verdad crees que me va a perdonar? ¡Joder! ¡Que maté a su madre! 

- Pero se lo he contado todo, le he dicho que estabas arrepentido y que fue un accidente. 

- Eso da igual. Fui un hijo de puta. Debería haber ido a ver a su madre. Os lo dije pero nadie me hizo caso.

- ¿Y de qué hubiera servido? Murió en cuestión de segundos. Tú y todos estaríamos en la mierda y probablemente Silvia no te conocería como lo hace ahora. 

- ¿Y de qué cojones sirve que me conozca ahora? - grité desesperado. Le pegué una patada a la silla que había a mi lado. Necesitaba desahogarme con algo, sacar el dolor que tenía dentro otra vez. 

- ¿Y de qué cojones sirve que lo rompas todo y te vuelvas a hundir? 

- ¿Para qué esforzarme en no hundirme? ¿En fingir que todo está bien y que lo puedo superar? Si a la que lo consiga llegará otra mala noticia. - Respiro para intentar calmarme. - Dime por lo menos que no sabe que Jorge cree que la conoce. 

- Sí lo sabe. Se lo he contado todo. 

- ¡¿Tú eres imbécil o qué?! Ahora creerá que estoy con ella por compasión.

- No. Tú no la habías reconocido sólo Jorge lo hizo. Ella lo sabe. ¿Que querías? ¿Que le mintiera? Hubiera sido mucho peor. Ella necesita la verdad, aunque le duela. Pero si le mentimos perderá nuestra confianza y si eso pasa, olvídate de ella. 

- Oye, necesito estar solo un tiempo. 

- Llámame cuando quieras.

- Gracias hermano.

Le despedí con un abrazo lleno de agradecimiento y dejo que se vaya. Él sabía tan bien como yo qué era lo que venía después de lo ocurrido. Y aunque podía haber luchado para que no pasara, sabía perfectamente que era mejor dejarme solo, ya que intentar evitarlo sería inútil. Me esperaba una semana dura.

-----------------------------------------

SILVIA

Llevaba una semana que casi no había salido de casa aparte de ir a la universidad. Lloraba cada noche antes de dormirme y mi cara y mis ojeras denotaban que algo pasaba. Aún así, no había querido hablar de ello. Clara me había preguntado qué me pasaba con Javi pero había contestado simplemente que estábamos pasando un mal momento. No quería dar explicaciones a nadie porque no me veía preparada para pensar en el tema sin derrumbarme. Además, mi amiga se estaba juntando cada vez más con Jorge y no quería estropearle nada. Sólo le pedí a Clara que no quería ver ni estar con Jorge por un tiempo. Le evitaba cuando podía y si se sentaba a mi lado a clase hacía ver que no estaba. ¿Era inmaduro? Quizá sí, pero la verdad era que no podía hacer otra cosa. 

Estaba saliendo por la puerta de la universidad cuando vi a Cristian con su coche. Me pasaba a buscar cada día para verme. Era con el único que realmente era sincera en estos momentos. Estaba al corriente de todo lo que pasaba por mi cabeza, me apoyaba, era sincero conmigo y se preocupaba por mí. Estaba agradecida de tenerle a mi lado. Tan distraída iba pensando en lo buen amigo que era que no me di cuenta de que Jorge estaba siguiendome. Cuando llegué al lado de Cristian, éste me avisó de que alguien quería hablar conmigo. Me giré y no tuve ocasión de evitar más el momento.

Amiga del dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora