CAPITULO 33

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POV CALLE

Llevaba poco más de una hora caminando mientras pensaba en la situación en la que estoy, estaba harta de tantos misterios y de personas a las que Germán les dejo instrucciones, es como si todos tuviesen idea de todo menos yo; la tarde que llego a casa días antes de morir me había tomado por sorpresa, me dijo que era lo suficiente mayor para seguir la tradición de los Calle.

"Sé que vas a ser grande hija, vas a ser mejor que yo, tú eres mi legado"

Esas fueron sus palabras mientras un sujeto tatuaba la emblemática corona con espadas en mis costillas con una letra C adornando la punta de la misma, no estaba segura del significado de aquella tradición, pero sé que tanto él cómo mi abuelo tuvieron dicha marca y no podía sentirme más orgullosa de que él hubiese decidido llevarme a aquel lugar para tener un acercamiento padre e hija; nuestra relación en ese entonces no era la mejor, la presión para que me alejara de los Garzón, la presión para que decida qué hacer con mi futuro, la presión para que siguiera sus pasos como oficial me estaban matando, por eso era que buscaba salidas en las carreras, en la clandestinidad, ahí no era la hija del respetado sargento Calle, era otra rebelde sin causa que buscaba su punto de fuga en esos sitios de mala muerte rodeados de drogas y demás.

Sin darme cuenta había terminado en un bar de aspecto rústico, la madera envejecida era la principal protagonista del interior de aquel lugar.

- Buenas noches, ¿desea ordenar algo?- un chico con el cabello ondulado y una sonrisa torcida frente a mi esperaba respuesta a su pregunta.

- Buenas noches, un Manhattan por favor- pedí amablemente.

- ¿y para el caballero?- preguntó el joven.

- Un Tom Collins, gracias- respondió la persona que había tomado lugar en la banca a mi lado- ¿Cómo estas, Daniela?

Me quedé estupefacta, nunca había visto a ese ser en mi vida, alto, de tez clara, fornido, por su apariencia podía decir que rondaba los cincuenta años y no sabía porque su rostro me era tan familiar, estaba segura de no conocerlo.

- ¿Disculpe?- pregunté con incredulidad esperando haber escuchado mal.

- Casi no te reconocería si no es por tu gran parecido con Mafe- sonrió de lado sin mirarme mientras recibía su trago, agradecimos al joven y yo seguía sin salir del asombro.

- ¿Lo conozco?- cuestioné mientras me removía en mi asiento, no traía armas conmigo y esto fácilmente puede ser una situación potencial de peligro.

- Estoy seguro de que tú a mí no, pero yo a ti si, perfectamente, tus facciones, incluso los lunares y la sonrisa prepotente que heredaste de tu padre.

No podía emitir palabra alguna, mi cuerpo estaba en total alerta y mi corazón latía rápido pero había algo que no me permitía levantarme de aquel lugar e irme.

- Mucho gusto, Daniel Calle- el hombre guió su mano hasta apretar la mía mientras sus ojos se cristalizaban- estoy muy feliz de tenerte al fin frente a mí.

- ¿Esto es una broma o algo por el estilo?- pregunté enojada mientras retiraba mi mano que extrañamente había sentido un cosquilleo cuando aquel hombre la estrecho.

- No, mi niña, no es una broma, al fin estoy aquí y no te dejare sola, aunque nunca lo he hecho- estuve a punto de levantarme pero él me sujeto levemente- espera Ratona.

- Suélteme, no se quien rayos es usted, pero es de muy mal gusto lo que está haciendo- hice referencia a su actitud, apartando el hecho de que haya usado el apodo que tenía mi padre para mí- No me siga- dije tajante mientras caminaba a la salida del bar no sin antes tomarme el trago de un tirón dejando un billete sobre la barra.

Estaba a las afueras de aquel lugar buscando un taxi, necesitaba salir rápidamente de ahí, mi corazón no dejaba de palpitar alocadamente y mi mente me estaba atormentando, había salido del hotel para despejarme y había conseguido todo lo contrario.

- Espera Daniela- se acercaba el hombre por un costado mientras intentaba alejarme de su presencia- ten esto- dijo dejando algo en mi mano mientras se alejaba- Búscame cuando estés lista- dijo para desaparecer por uno de los callejones paralelos al bar.

Subí al fin a un taxi y le di la dirección del hotel al conductor, suspire profundamente para observar lo que parecía ser una fotografía de la parte de atrás, tenía un número de teléfono, la gire para observar la imagen en ella plasmada, quede petrificada...

- No puede ser...- susurré en un hilo de voz- esto debe ser una jodida broma...

Era una foto de mi padre con aquel hombre ambos sonriendo mientras miraban directo a la cámara, ahora sé porque me parece tan conocido, es idéntico a mi padre, Daniel Calle, Germán Calle.

No no no

Mi padre era hijo único, nunca hubo pistas ni menciones de algún... pariente cercano.

Mi cabeza había empezado a doler, imágenes en mi mente corrían sin parar, pequeños flashbacks en los que aparecía ese hombre a lo lejos, el día de mi graduación de la primaria, de la preparatoria, en partidos de softball, en mi juramento, en el funeral de mi padre...

No podía ser, me niego... esto no puede estar sucediendo.

- Señorita, llegamos- el taxista me saco del trance, le pagué con unos billetes pidiéndole que se quedara con el cambio, volé por el lobby del hotel y subí las escaleras a grandes zancadas, toqué frenéticamente la puerta de aquella habitación que segundos después dejaba ver a las dos personas que había dejado ahí hace un par de horas.

- ¿Calle?- pregunto Alba, me limité a ingresar y tome asiento en la cama, ahora ellos se situaron frente a mí en el sillón mirándome y luego mirándose entre sí.

- ¿Viste al señor Daniel?- preguntó cautelosamente Villalobos.

Mi risa desquiciada los hizo exaltar.

- ¿Cómo lo saben?- pregunté tratando de recuperar la cordura.

Alba señalo el papel fotográfico en mi mano.

- ¿De dónde lo conocen, quien es el?- me levanté para acercarme lentamente hasta ellos.

- Eso es algo que debe contestar él, lo único que podemos decir, es que nos salvó la vida con ayuda de tu padre- respondió ahora Alba- es el actual líder de los Caballeros.

- Si van a volver de nuevo con lo de esa organización van a tener que explicarme que putas tiene que ver conmigo y el porqué de tu insistencia para que saliéramos del país en cuanto viste esa palabra en el pecho del maldito de Ruiz- solté con ira hacia Sebastián.

Ellos se miraron y asintieron, se quitaron los suéteres que traían en ese momento dándome la espalda para dejarme ver un par de tatuajes.

La cabeza de una armadura de caballero se hacía presente en sus pálidas espaldas, debajo había una pequeña inscripción, "Crown D.C"

-Hacemos parte de la organización de los caballeros, no somos solo nosotros- contestó Sebastián.

- ¿De quién son las iniciales?- pregunté

- ¿No es obvio?- contraatacó Alba poniendo su suéter mientras se volteaba para verme.

- Daniel Calle- intuía.

- Daniela Calle- corrigió Sebastián.

- El señor Daniel cuenta con otros caballeros a su disposición- acompaño alba

- ¿A su disposición?- me senté nuevamente mientras masajeaba mi sien.

- Si, Street, nosotros y otras personas más nos encontramos a tu disposición- afirmó mientras buscaba mi mirada la pelinegra.

- Ustedes no son mis empleados y tú Villalobos- dije señalándolo- solo soy tu oficial al mando y sabes que puedes irte en cuanto quieras.

- Pero no lo haré- respondió firme- quiero estar a su lado, Jefa- suavizo su voz al decir eso.

- Necesito saber qué tipo de instrucciones dejo mi padre, no saldremos de aquí hasta no aclarar lo que estaban por decirme cuando me fui, pueden empezar- les indique mientras me recostaba en la cama.

Ésta sería una noche larga, ¿Qué estarás haciendo María José?

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora