CAPITULO 9

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POV POCHÉ
Me sentí satisfecha al ver el rostro de Calle cuando le presente a mi prometido, pagaría millones por ver esa reacción todos los días.
Salimos de la estación, necesitaba resolver unos asuntos en la empresa, debía bloquear todos los accesos externos al disco duro, nadie podía desbloquear el programa de protección a los bancos sin mí, necesitaban la clave de ingreso y el reconocimiento ocular, ese tema me tenía preocupada, desde esta mañana tuve un presentimiento, sentí que me estaban siguiendo, por eso redoble la seguridad, un guarda espaldas conmigo y Mário en el auto y dos carros blindados escoltando, cada uno con tres guardias, puede que solo sea paranoia pero amaba estar preparada.

Estaba hablando por teléfono con mi mejor amiga, ella se encontraba en Londres haciendo una especialización en robótica cuando sentí disparos, voltee y por la ventana trasera vi los dos autos de seguridad estrellados, dos motocicletas se acercaban peligrosamente.
- Gustav, ¿Qué rayos está pasando?- pregunte nerviosa al ruso que había contratado para protegerme.

- No me responden en el dos y estoy tratando de comunicarme con el auto tres- respondió el rubio tratando de comunicarse, les había implementado un sistema de audio indetectable, un pequeño audífono en el oído que se activaba con la voz de cada uno, lo había puesto en una frecuencia inexistente para los sistemas de radio- solo hay dos sobrevivientes, están heridos, los otros cuatro cayeron.

Sabía que estaba pasando, venían por mí y por lo visto iban a lograr su cometido, una moto nos alcanzó y se puso frente a nosotros, se detuvieron, mi chofer maniobro para no estrellarse.

- Detén el auto- Gustav le apunto a al chofer y yo en este punto no sabía que sucedía, Mário estaba desmayado desde que se escucharon los disparos.

- ¿Qué crees que haces, maldito?- Pregunte a quien hasta ahora creí que iba a protegerme.

- Shhh, señora Garzón, será mejor que guarde silencio, no tolero mucho los insultos y no creo que este en posición para hacer cuestionamientos ahora, creo que todo está muy claro- dijo para luego dispararle en la sien al único aliado que tenía.

El rubio bajo del auto abriendo la puerta del conductor, tirando el cuerpo del otro hombre a la carretera, subió y arranco a toda velocidad, ¡Maldita sea!
Estaba viendo el camino por el cual íbamos, la antigua ruta del tren, saldremos de la ciudad si seguimos por este camino y lo que viene después es un bosque, ¿A dónde rayos me llevaran?
No tuve tiempo de seguir pensando, escuche disparos de nuevo, a algunos metros nos seguía un Jeep, un auto al que yo conocía, era Calle, Dios, esta gente está bien armada, espero que no le pase nada, digo para que me ayude, no, a quien quiero engañar, estaba aterrada de que le pasara algo.

- Desháganse de la policía, necesitamos el camino despejado y sin testigos, hablaba Gustav por una especie de radio incorporado a su reloj, esa tecnología era mía, esa patente, estaba a nombre de mi padre.

Esto se está poniendo más raro, alguien ha estado filtrando información, necesito un inventario de la bodega de artefactos.
Mi mente se detuvo abruptamente, empezamos a derrapar por la carretera quedando estacionados en medio de ella, podía verlo todo a través de la ventana, el Jeep estaba justo frente a nosotros, dos personas estaban detrás de una motocicleta apuntando en dirección al auto, abrieron fuego, todo fue borroso, yo me agache y tape mis oídos, el terror me invadió, pronto los disparos cesaron, después de pocos segundos abrieron la puerta del conductor.

- No dispare, soy el agente de seguridad de la señora Garzón- mintió Gustav mientras yo miraba a la persona de pie frente a mí, era Daniela, estaba herida, podía ver su blazer oscuro mojado y la manga de la camisa que sobresalía estaba llena de sangre, pero su postura estaba recta, su rostro era serio, no mostraba ni un atisbo de dolor, podía escuchar las sirenas aproximándose.

- Salga del auto con las manos arriba- ordeno la Agente- Ahora.

Gustav tenía su arma en la mano izquierda escondida detrás del freno de mano, en un movimiento rápido le apunto.

- DANIELA- alcance a gritar, pero fue muy tarde, él había disparado, ella alcanzo a detonar su arma, un disparo seco y limpio, la bala entro justo en el medio de su frente.
La mujer tenía la mano apretando su abdomen, abrió la puerta del auto y yo estaba llorando, me tendió la mano, yo salí y la abrace, estaba temblando.

- ¿Estas bien?- pregunto, ella estaba herida y me preguntaba a mí que si estaba bien.

- Lo estoy, pero tú no lo estas-le dije.

- Eso no importa- termino de decir y se desplomo, en mis brazos.

Caimos al suelo.

- ¡CALLE!- le llame, estaba asustada.

- Cariño, no puedes dejarme ahora, acabas de salvarme la vida- la sangre brotaba de su abdomen, hice presión con mi mano.

- María José, amor, ¿estás bien?- escuche la voz de Mário

Maldito infeliz.

- Ella está herida, ve por ayuda.

- No te puedo dejar sola, yo…

- QUE VAYAS POR AYUDA MALDITA SEA, TE DESMAYASTE APENAS EMPEZARON LOS DISPAROS, ELLA ACABA DE SALVARME LA VIDA, no quieras hacerte el héroe ahora- eso ultimo lo susurre mirándolo con desprecio.

- Dos agentes heridos y dos sospechosos dados de baja, solicito dos ambulancias en el kilómetro 4 del camino del tren- el agente que reconocí como compañero de Calle hizo una pausa- ¿Está bien señora Garzón?- pregunto.

- Busquen ayuda, por favor, no pueden dejar que muera- las lágrimas estaban cayendo por mis mejillas, nunca antes me había sentido tan frágil.

- Villa tiene una herida de bala en la pierna derecha, la agente Calle tiene una herida en el brazo izquierdo y otra en el abdomen, solicito apoyo aéreo de inmediato.

El tiempo estaba pasando lento para mí, me niego a apartarme de la castaña hasta que llegasen los paramédicos, todo era un caos, los únicos sospechosos estaban muertos y habían penetrado mi cinturón de seguridad.
Poco tiempo después llego un helicóptero donde se llevaron a la mujer, yo solo quería estar con ella pero no me permitieron ir, me subieron a una patrulla junto con el inútil de mi prometido, íbamos a la estación para ser interrogados, nuevamente, mi mente en cambio, estaba recordando la sangre de Calle, no me daban noticias de ella.

Al llegar a la estación, encontré un silencio sepulcral, temía lo peor, no me importaba mi vida en estos momentos, no si ella moría.

CONTRA EL TIEMPO (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora