Agujas marcadas

221 24 6
                                    

El viaje en avión se convirtió en una tortuosa expedicion para el muchacho; ya que este ultimo, a consecuencia de la imparable tormenta, habia tardado mas de lo habitual y, aunque habia llegado ya a la estacion de trenes, estaba solo

-Lo unico que espero es que no le haya pasado nada...-dijo Ruben liberando un amargo suspiro mientras miraba a aquel cielo gris que se cernia lentamente sobre él...

El continuo replicar de las gotas de agua sobre el techo metalico de aquella estacion madrileña solo conseguia que Ruben se impacientase cada vez más

Un fuerte sonido proveniente de la sirena de un tren que se acercaba alerto al chico, este se levantó y sonrió a la espera del pelinegro; las angostas puertas del tren de abrieron y una oleada de personas salio de ellas

Ruben miraba con ansiedad cada uno de los rostros en busca del indicado al que llevaba esperando treinta largos minutos y cuando la avalancha de personas cesó, Ruben se quedo atónito cuando descubrio que su amigo seguia sin aparecer

El conductor del tren le dedico una mirada confusa en cuanto estuvo fuera del vagon

-¿Que haces todavia aqui muchacho?-pregunto desconcertado el amable maquinista

-Estoy esperando a un amigo-respondio con la mirada baja puesta en el suelo-Pero supongo que habra salido tarde de su casa o algo por el estilo...- Indico el en un desesperado intento de convencerse a si mismo mas que a la persona con la cual estaba charlando...

-Creo que deberias irte ya a tu casa; no van a llegar mas trenes hoy

Ruben libero pesadamente el aire que habia empezado a contener sin darse cuenta hacia unos segundos antes y empezo a dar lentos y pequeños pasos hacia las escaleras mecanicas que conducian a la salida situada unos niveles mas abajo, aunque ahora estas yacian estaticas

Cuando llego a ellas , el castaño desvio su mirada del camino y la puso sobre el tren ahora corroido y estropeado por el tiempo

Hubiera deseado pellizcarse varias veces desde que llego a la estacion, aquella situacion le recordaba mas bien a una pelicula de terror en la que en cualquier momento apareceria sobre el alguna persona que lo intentase atacar, cosa que no lo extrañaria para nada, por cierto

El negro tren que debió ser de carga normalmente, se dijo Ruben, estaba completamente deteriorado, lleno de magulladuras, desperfectos y, aun estando quieto, profirio un sonoro siseo que hizo que a Ruben se le erizaran los pelos y se le pusiese la carne de gallina mientras bajaba poco a poco por las inquietantes escaleras de regreso a la salida de la silenciosa y lúgubre estación en la que sentía que de las sombras saldría algo en cualquier momento y lo atraparía

Una vez fuera todo estaba desierto, pocos coches pasaban rapidamente levantando agua de los charcos que se encontraban a ambos lados de la carretera y en los que se reflejaba la amarillenta luz de las farolas

Ruben dio un salto para atras rapidamente al advertir que se acercaba un coche y que este, probablemente lo acabaria empapando si se quedaba quieto

Nada mas entrar en su nueva casa cerro la puerta tras él y se dejo caer lentamente , resbalandose por la puerta de madera hasta el frio suelo soltando un ahogado suspiro

Se llevo las manos al pelo, revolbiendoselo más aun si es que era posible, angustiado y resignado; tenía la esperanza de entrar acompañado a el departamento como quien empieza una nueva vida desde cero junto a Miguel, pero este no aparecio...

* * *


Y aquella noche no durmió

Ni si quiera fue capaz de cerrar los ojos

El pelinegro seguía sin llegar y eso hastiaba al pobre Rubén que, sentado en el desgastado sofá blanco del salón desde hace ya unas horas, se dedicaba a observar al reloj digital de la antigua mesita de madera de su izquierda

"12:55"

Ya sabía bien como iba a terminar la noche; solo de nuevo, triste, como aquellas noches de pequeño en las que su padre llegaba a casa por la tarde, aquellas noches en las que se sentaba con la cerveza en la mano zurda y el mando en la mano diestra dispuesto a no hacer nada en lo que le quedaba de día, mientras encendía el pequeño televisor, se quitaba los mugrientos zapatos negros y ponía los pies descalzos sobre la baja mesa de cristal que se encontraba en frente suya...

En una rápida sacudida de cabeza el castaño dejo de recordar aquella época de su vida y se centro de nuevo en el reloj

"12:57"

Se decía a sí mismo que ya era momento de acostarse, al día siguiente tenía cosas que hacer y ya era demasiado tarde como para que Miguel pudiese llegar

Asique, por lo tanto cerró los ojos y se dejó llevar por el cansancio, el cual sentía por cada fibra de su cuerpo

Se recostó sobre los cojines dispuesto a conciliar el sueño por si mismo aunque no fuese de la forma más cómoda e intento tranquilizarse y dejarse llevar

Se levanto al rato, frustrado ya que no pudo descansar, y se sentó de nuevo dirigiendo su mirada a la luna, que se veía a través de una de las ventanas de la habitacion

De cierta manera se sintió mejor, le encantaba mirar al cielo nocturno, y sentir el pálido brillo de la luna sobre su blanca piel...;se levanto lentamente y se acercó al cristal para poner una mano sobre este, estaba frío; al tiempo se tocó la mejilla con esta última y sintió como habia cambiado el tacto, le gustaba más, le hacía sentir bien, le hacía sentir comprendido, por extraño que fuese

Después de abrir la ventana se asomó un poco para poder observar con más detenimiento las transitadas calles amarillentas por el brillo de las farolas.

Aquel chico quizás fuese extraño para muchos, pero a él no le importaba;Rubén realmente disfrutaba de esos momentos en los cuales se sentaba en un banco a mirar los coches pasar, las personas sonreír y hablar animadas... o simplemente mirar a la luna, tal como habia hecho segundos atras

Y en ese instante , al igual que en los otros, se sentía lleno...

No era consciente de cuánto era el tiempo que había pasado allí, de pie, pero casi se le para el corazón al escuchar el irritante sonido del timbre de la puerta principal

Mientras avanzaba desvío la mirada una vez más al reloj, aquel que desprendía un azulado brillo

"01:00"

Mientras avanzaba, no pudo evitar ilusionarse al pensar que podría ser miguel

Y al llegar a la puerta se paralizó, el miedo que no sintió antes le invadía ahora, aquel que provenía de la incertidumbre

No quería admitirlo pero, muy en el fondo, le daba miedo encontrarse con el pelinegro por muchas ganas que tuviese

De nuevo tuvo que alejar aquellos pensamientos con una sacudida de cabeza y, simplemente, acerco la mano al manillar de la puerta del apartamento para luego abrirla lentamente

-Miguel...

Notas de cristal...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora