Capítulo 16.

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Atención: La escena a continuación contiene lemmon, es decir; una escena sexual.
Si no te gusta ésta clase de contenido, puedes avanzar hasta el [💜💙], en donde la historia continua sin necesidad de leer el lemmon.

Dicho esto, comencemos.
...

*Música de multimedia*

Narra Samuel.

Últimamente no podía controlar ciertas acciones y ciertos pensamientos que tenía respecto a mi relación con Elyas.

Si bien, no quería darle motivos a Silvia como engaños y ese tipo de cosas, de alguna forma, sentía una necesidas muy grande de estar con ese chico.

Incluso más grande que mi cariño por Silvia
...
O incluso más grande que el amor que le tuve a Guillermo.

Porqué de alguna forma sentía Amor por Elyas, ahora sentía más placer que otra cosa, pero, ese sentimiento no podía dejarlo de lado, simplemente no podía.

En cuánto vi que mordió su labio inferior, mi cordura se perdió un poco, yendo directamente hacía su cuello.

Estando allí, me dediqué a succionar su piel y pasar mi fría lengua por sus poros, podía ver como mi falta de calor hacía que sus vellos se levantarán en sus brazos, haciéndole dar pequeños escalofríos.

No paraba ni por un segundo de succionar su cuello, buscaba marcarlo, hacerle entender a todo el mundo que ese chico sea como sea y pasase lo que pasase sería de mi maldita propiedad, incluso si hasta él mismo se resistía.

Mientras seguía embobado con su cuello, una de mis manos se dirigió hacía su camiseta; alzandola un poco, dejando al descubierto su abdomen, quien era recorrido por todos lados, mientras que mi otra mano sostenía el cuello de Elyas para que no se cansase tan rápido.

En cuanto lo consideré correcto dejé su cuello de lado para observar su rostro, tenía un gran sonrojo en sus mofletes y la boca entre abierta.

Antes.
Le había mentido.
Le había mentido con respecto a sus dudas de si parecía una mujer o no.

Realmente no sabía que responderle, puesto que muchas veces logra verse muy masculino, hay otras ocasiones en que su belleza se va más por el lado femenino, como lo es ahora mismo.

Si es que es de locos, el tío tiene una belleza tan natural que perfectamente podría ser hombre o mujer, todo estaba medido a su gusto.

Mis labios recorrieron sus claviculas bajando hasta la parte que tenía descubierta en su abdomen; Allí depositaba unos cuantos besos, causandole escalofríos por culpa del frío.

Me resultaba bastante gracioso el como su cuerpo interpretaba mis intenciones, así que con algo de maldad, comencé a lamer aquella zona provocando que su cuerpo flanqueara un poco.

-N-No hagas eso tan de imprevisto.- Dijo con algo de dificultad.

-Tu no me puedes decir que puedo y que no puedo hacer.- Dije mientras mis manos alzaban aún mas su camiseta, recibiendo una mirada confusa por parte de él.

¿Quién se enamora primero? [Elygetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora