Capítulo 11.

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Narra Elyas.

¿Qué si era suficiente?
Joer macho, suficiente no era palabra, necesitaba algo todavía más fuerte para expresar lo que fue para mi el que justo él me besara.

Si es que fácilmente podía reconocerme como una adolescente; mofletes rojos, nerviosismo en las nubes, el corazón latiendo a cien por minuto, el cosquilleo en mi estómago, la sensación de aún tener sus labios encima de los míos.

Era suficiente para aclarar mis ideas, o al menos algunas de ellas, sin embargo para mí; solo lo sentía como una probada, solo me estaba insitando a seguir, era como una droga, la más peligrosa de todas.

Me encanta.

Observaba con nerviosismo hacía los ojos de Samuel, quien pareciera estar en espera de mi respuesta.

-No creo que sea suficiente.- Susurré con una media sonrisa, con lo cual Samuel bufó y río un poco.

-Entonces ven aca.- Dijo mientras palmeaba sus piernas.

No iba a ponerme a pensar en si estaba bien o estaba mal todo esto, sabía perfectamente qué no lo estaba, Samuel estaba con Silvia, no iba a entrometerme más en su relación, yo solo quiero que Samuel sea feliz con o sin mí.

Como si fuese un niño le obedecí, me levanté un poco y puse mis rodillas alrededor de sus piernas, sentandome en ellas, quedando frente a frente, mucho más cerca que antes, inconscientemente mi mirada se dirigió hacía abajo como signo de mi timidez.

Pero, no quería profundizar el tema, solo quería disfrutar de ese momento, momento que quería que pasase más seguido, pero que estaba seguro de que no se volvería a repetir.

En casi nada sentí sus manos levantando suavemente mi rostro, haciendo que le mirase fijamente.

Le escuché lanzar un suspiro algo cansado.

-En verdad, tío, eres muy guapo.- Habló algo sincero.

No quería, pero tenía, pensar en su relación, ese punto tan frágil que no me permitía avanzar más con este chico, era...

Frustrante.

-Eso no es verdad.- Dije haciendo un puchero involuntario. -¿Observas ésta nariz de aca?- Agregué señalando directo hacia mi nariz.-Parezco un tucán.-

Samu río por mi comentario.

Su jodida sonrisa, juraría que fácilmente me podría volver loco.

-A ver, deja te cuento que tu nariz así como es, tal y como está es más que perfecta.- Dijo de forma cariñosa mientras daba un suave beso en mi nariz.

-C-Como sea, odio mi rostro, me provoca más inseguridad de la que necesito.- Dije algo incómodo.

-Chiqui, eres hermoso, sea como sea, lo eres.- Habló mientras comenzaba a acariciar suavemente mi rostro.

De manera inconsciente una de mis manos sostuvo las suyas, el sentir ese contacto me gustaba, sus manos frías me alarmaban, pero al mismo tiempo me calmaban.

¿Quién se enamora primero? [Elygetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora