¿Quién se enamora primero? [Elygetta]

Capítulo 13.

Narra Elyas.

Samuel... Él... ¿Acaba de declararse?
...

Nunca esperé llegar tan lejos con él. Me sentía en la jodida cima del mundo, un verdadero entusiasmo y un gran miedo comenzaban a crecer dentro de mí.

Me gustaba tantísimo la idea de tener esos sentimientos correspondidos después de tanto, sin embargo, me ponía muy nervioso el saber qué cosas podían llegar a pasar por culpa de los mismos.

Quiero decir.

¿Y si nos separamos por alguna cosa y terminamos  solos por completo?

¿Y si no es bien aceptado socialmente?
¿Qué puedo hacer yo por Samu?
¿Qué puede hacer él por mi?

...

Si él ya ha hecho de todo por mí.
...

Y yo no he hecho nada por él.

...

¿Soy tan mala persona?
¿De verdad merezco algo de esto?

¿Tendré mi autoestima por los suelos? O solo ¿Estaré ansioso?

Seguía preocupado por Silvia, principalmente tenía miedo por algo que habia hecho y temia que Samuel se diera cuenta de ello.

...

Cuando recién llegó a mi casa, Silvia le había mandado un mensaje preguntando si había llegado bien y sus tipicas cosas cursis.

Yo, por curiosidad ojee un poco el teléfono de Samu y éste estaba desbloqueado, con lo cual decidí responderle haciendome pasar por Samuel:

"Estoy bastante ocupado, me tardaré lo que me tenga que tardar, por favor no me molestes el resto del viaje"

"Ah, y por cierto, cuida muy bien de Kira."

...

Si, ya era muy tarde para arrepentirme de mi actitud infantil.

Pero.

En mi defensa, la tía es una pesada, no le deja respirar ni un poco, Samu necesita un poco de descanso.

Samu había hablado nuevamente para sacarme de mis pensamientos.

-Si vas a decir algo, no lo digas todavía.- Dijo algo resignado con un poco de quiebre en su voz. -Debo enseñarte algo primero, es muy cerca de aquí, podemos ir caminando.- Agregó algo triste.

¿Qué sucede con él?

¿Por qué ese cambio tan repentino?

¿Había dicho algo malo?

¿Mi silencio fue mal interpretado?

-Seguro.- Dije sin ninguna molestia.

Samu y yo nos levantamos suavemente de nuestros asientos, él colocó el dinero en la mesa, me tomó de la mano y salimos de aquel lugar para irnos caminando a donde, em, bueno, donde él dice que hay que ir.