El pellizco

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Hello! Este capítulo me da mucha inseguridad porque es un momento que considero muy importante en la historia y no estoy 100% convencida de haberlo ejecutado bien. Pero, bueno, lo importante es que ha salido y eso me hace feliz. Hay un personaje original que no sale en la serie, pero creo que su aparición está justificada. Espero que os guste ella tanto como me ha gustado a mí crearla. 

Nos situamos en 1992 y 1987, para que tengáis más o menos el contexto social de la España de entonces. 
POR CIERTO, AVISO: hay un poco bastante de ataques homófobos en este episodio, si alguien puede sentir herida su sensibilidad, cuidado hacia la mitad del texto. Se puede obviar esa parte y volver a enlazar la lectura, que aunque sea importante no es imprescindible de leer. PD: ya descubriréis el por qué del nombre de cierto personaje ;) PD2: MILLONES DE GRACIAS EVA, THE BEST BETA EVER. noséquéharíasinti :D


Mayo de 1992.

El ruido del público se acalló en cuanto la regidora dio el primer grito. Algunos rezagados entusiastas siguieron aplaudiendo unos segundos más, hasta que se dieron cuenta de que la presentadora estaba en el centro del escenario. Por el pinganillo se podía escuchar la voz del director marcando el siguiente paso, indicando que ya habían entrado y que la cámara estaba terminando de enfocar. Tres, dos, uno. Dentro.

La presentadora comenzó a hablar con su sonrisa perenne en los labios, dando la bienvenida al especial con el que celebraban los cinco años en antena del programa musical más visto del panorama español. Por ahí habían pasado, decía, todos los grandes artistas nacionales. Otro grito de la regidora, esta vez para azuzar la alegría, alertó al público de que debían aplaudir. 15 segundos de algarabía y jaleo semi fingido para que, de pronto, se instaurase el silencio de nuevo.

- ¡Es una noche muy especial! -volvió a repetir – por eso hemos invitado a nuestros grandes amigos para que nos acompañen. Os lo vamos a presentar con el siguiente vídeo - movió la mano hacia la pantalla gigante que había a su espalda. Esta se encendió con el rótulo del programa, el cual permaneció unos segundos hasta desvanecerse para dejar paso a un resumen de los últimos años donde aparecían los invitados en sus apariciones estelares.

Amelia dejó escapar un suspiro de entre sus labios, inquieta. Estaba jugueteando con las manos mientras caminaba de un lado a otro en el backstage con la vista fija en el escenario. A su lado, compartiendo espacio, el resto de los invitados pasaba el tiempo como mejormente sabían mientras esperaban su turno. Unos se atusaban las corbatas y accesorios, otros repasaban la afinación de las canciones, otros cerraban los ojos en busca de algo de concentración. Todos compartiendo el gusanillo del directo.

-Amelia, cariño, ¡por fin te encuentro! -la voz de María sonó a sus espaldas, aliviada. Parecía venir corriendo, algo ahogada. Amelia se giró, extrañada. No se esperaba a su cuñada ahí.

-María, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Te han dejado pasar? -la interpelada arqueó una ceja.

-No, pero les he contado una trola a los de regiduría y me han dejado entrar-por la expresión de su rostro mejor no hacer preguntas - ¿cómo estás? ¿Estás nerviosa?

-No te voy a engañar, María, estoy atacada -terminó por zanjar la distancia entre ambas, dándole un rápido abrazo – ya sabes que la tele me pone muy nerviosa, no me gusta tanto como el teatro, no me siento cómoda...

-Ya lo sé -sonrió con cariño- pero no me refiero a eso. Lo que quiero saber es si estás bien, bien -enfatizó la palabra- si alguien te ha dicho algo o has tenido alguna clase de problema. Antes de salir de casa estabas muy preocupada -María intentaba hablar con el tono de representante, ese que usaba en círculos profesionales, pero no le salía. La que estaba ahí era su amiga, su casi hermana, no su jefa.

PalimpsestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora