Cuando el timbre resonó por los pasillos y aulas de clase de la escuela central Seomyeon de Busan, JungKook soltó un bostezo más grande que el ego de su melliza; y eso SÍ que es grande. El solo pensar que tendrá que asistir a dos clases más después del almuerzo, le da jaqueca, Dios. Es que ya puede sentir su sien izquierda palpitando.
—¡Hey, Jeon, vamos al campo, el entrenador nos dejó una pelota!
—Ahora no, perra, necesito una maldita pastilla.
—Deja a Capitancito tranquilo, EunWoo.
—¡Yah, NamJoon, EunWoo, apresúrense!
Cuatro de Octubre y JungKook en serio agradece que sea el último día de clases. La semana de receso antes de fin de año comienza oficialmente en dos horas y ¡maldita sea, se quiere ir!
Jesús, si fuera por él, se hubiera largado en medio del segundo periodo a dormir a su bendita casa; pero no pudo por dos razones. Primero, porque JiHyo lo sermoneó en pleno primer receso casi gritándole en la cara que si perdía otra clase de matemáticas reprobaría, y que Esta vez no voy a explicarte ni ayudarte en nada Jeon JungKook, y si repruebas no te ayudaré con mamá, fue lo que le advirtió su melliza Omega de brazos cruzados. Joder, puede ser un grano en el culo cuando se lo propone.
Y ojalá fuera solo eso.
—Eyyy Capitancito, ¿¿a dónde vas?? Los demás están en la cancha.
—¿A dónde más, Hope idiota? A la cafetería a comer. Hazme un favor y dile a MinGyu que practique su punto ciego en las barreras, el partido de la semana pasada fue una mierda.
—¿Qué? Mierda, deja de pensar en eso por una vez-
—¿Por qué crees que fallaste ese penal tan vergonzosamente? Porque no los practicas, cabeza de guanábana.
—Ay, qué grosero. Señor, sí señor.
—Hey, ¿el club de Taekwondo?
—En su mesa habitual no están, tienen un campeonato hoy.
—Grandioso.
Porque eso es un gran alivio.
Siendo un viernes antes de vacaciones, y con solo un par de horas para terminar clases, JungKook ve a todos sus compañeros eufóricos. Y no los culpa, se supone que deben estar así, se supone que él debería estar así; pero inevitablemente lo único que logran es regalarle una buena migraña. Sus amigos deben estar pasándolo bien en la cancha de futbol, pero sinceramente la ultima discusión que tuvo con cierta persona en los vestidores del gimnasio no lo tiene con humor para nada. Terminó sentándose en su mesa habitual de la cafetería con un resoplido cansado.
—Veo que decidiste hacerme caso —y la repentina voz de su hermana le hizo dar un jodido respingo.
Simplemente perfecto, jaja.
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Por Qué Te Odio. >> KookV.
FanfictionEN EDICIÓN. JungKook lleva más de cuatro años coleccionando razones para detestar a Kim TaeHyung, el Alfa perdedor de la casa de al lado. Y que sus padres estén empeñados en pasar todo el jodido tiempo con los Kim, no es que le haga muy feliz. TaeH...