永遠の - ;; Mon bel ange | YoonMin, 2T

Capítulo 18

Había pasado ya un día de que JiMin estaba de esa manera, pálido, débil, sentía hormigueos por todo el cuerpo y aveces no podía mover sus extremidades, se hallaba cansado, con ojeras moradas y su piel pálida cuál papel, parecía un completo muerto.
A Min le preocupaba su estado de sobremanera, todo ello era anormal, se acercó a su pareja que estaba sentado en el sofá, acarició sus cabellos suaves cual seda y suspiró. Tocó su frente, por casualidad, su rostro se descolocó completamente, él menor ardía en fiebre y éste no había dicho nada. Él Park pareció desfallecer por un segundo.

- Jimin, vamos a la habitación, no puedo verte así, voy a ordenar que traigan a un médico. - La mirada de su pareja se hallaba perdida, pero asintió. Intentó levantarse, pero su cuerpo no respondió.

Volvió a intentarlo en cuanto lo logro comenzó a caminar. YoonGi iba detrás de él.
Todo pasó extremadamente rápido, JiMin cayendo al suelo de golpe, más pálido si eso era posible se encontraba su cuerpo, su respiración era tortuosa casi no lo hacía, él Min se incorporo a su lado, desesperado lo tomó en brazos, los labios de su pareja se volvieron súbitamente morados de un momento a otro.

- Jimin despierta por favor...¡No no no maldición! - gritó con desespero, subiendo hasta su habitación, él azabache lo recostó en la cama rápidamente con cuidado. - ¡Traigan a un médico de inmediato, maldita sea! - ordenó a una de sus sirvientas ésta asustada al ver tal escena corrió escaleras abajo asintiendo.

Él rubio que tenía por hermano llegó al cuarto. - ¿Qué mierda sucede? - inquirió.

- No estoy seguro, Jimin está ardiendo en fiebre, no está nada bien, ¡Tan sólo miralo! Algo le hicieron, esto no es una puta enfermedad ni ningún resfrío, no de la noche a la mañana podría haberse enfermado y menos verse así, esto no es normal, Agust.

- Yoon. - Agust observó al mayor y luego a su pareja moribunda, su mirada penetrante y casi como una aguja se fijó bien. - ¿Ya llamaste a un doctor no es así?.

- Lo hice. - suspiró desesperado, revolvió sus azabaches hebras y gruñó. - no estoy seguro, pero algo le dieron de comer o de beber que....

- ¿Insinúas que lo envenenaron?. - él rubio entre cerró sus ojos, su expresión seguía siendo de frialdad, pero estaba allí por algo, se preocupaba pero sin demostrar nada, cada vez que demostraba alguna clase de afecto algo malo pasaba, él debía privarse de cualquier sentimiento que no fuera indiferencia, arrogancia, un ego falso, odio y rencor.

- No lo sé...siento que esto se va a...- Agust lo escuchó con atención, su hermano se veía realmente afligido y preocupado, esas eran las consecuencias de querer a alguien en este mundo.

Querías algo y te era arrebatado, siempre era así, las cosas no cambiarían porque fueran ellos. Su hermano si bien no era blando, tenía una debilidad, la persona a la que deseaba proteger con su vida, eso lo hacía vulnerable hasta cierto punto y no representaba algo bueno, no en ése mundo. Aunque una vez había leído que si tenías algo que proteger te daba más fortaleza. Ridiculeces pensó, de cierta manera podría ser cierto.
Estaba seguro al menos, que por más que le juraba odio a su hermano, que tenía rencor por dejarlo abandonado a su suerte, muy en el fondo lo quería, y esa era su razón por aún seguir ahí, la esperanza de volver a ver a su primer y único apoyo, a la única persona que le importó, aunque sea odiándolo, porque era muy rencoroso desde siempre, su alma fue cegada más que nada de sentimientos negativos desde su niñez, por su crianza, y se creía casi incapaz de sentir algo. También estaba seguro que si tuviera que dar la vida por YoonGi lo haría, quizás por algo de principios, quizás por su lealtad familiar inquebrantable, o simplemente quizás porque lo quería muy en el fondo de si, aunque no lo admitiera, y aunque a YoonGi no le importara, aunque éste no diera la vida por él, no le importaba, él había decidido su camino, mi camino está al lado de ese idiota hasta que muera, pelearemos juntos hasta el final.