¿A quién eliges? [Terminada] 💞

•Extra 2: Sueño 😴

Estaba en una isla totalmente desierta, no había ninguna persona, salvo yo.

Empecé a caminar para ver si conseguía comida, minutos antes mi estómago había rugido pidiendo alimento.

Me asusto al ver una cabellera rubia, junto a una niña de unos cuatro años de cabellos azabaches. El hombre se voltea, y muestra su cara. Me paralicé al ver esas orbes esmeraldas que me miraban con deseo.

–¿Q-Quién e-eres? —Pregunto con miedo.

–Soy Adrien, el amor de tu vida.

–¿A-Amor d-de m-mi v-vida? ¿Q-Quién e-es e-ella? —Señalo a la niña, esta se voltea y puedo ver la maldad en sus ojos.

Marinette.

–Ella es mi hija, Matilda. Su mamá es Marinette.

–¿Qué? ¿C-Cómo?

–Sí, ya te superé _________. Eres un capítulo cerrado. ¡No sirves para nada! —Se empezaron a acercar lentamente hacia mí. Yo retrocedía, por alguna razón ellos me dan mucho miedo.

–¡A-Aléjense d-de m-mi!

–No sirves para nada, no sirves para nada... —Repetía una y otra vez.

–¡Déjame en paz! —Grité. Pero el seguía repitiendo una y otra vez.

–¡Cállate! —Lo empujé y cayó al piso. Él se rió y vómito sangre. La niña me miró desafiante, en sus ojos sólo se veía maldad. Daba hasta miedo.

–¿Cómo te atreves a hacer eso? Eres mala, muy mala. —Caí al agua y me asusté, está niña si es hija de Marinette es capaz de todo.

–¿Qué quieres de mí? ¡Aléjate!

–No, no lo haré. Mi madre no pudo pero yo sí lo haré. —Sacó un cuchillo de no se donde y se me acercó lentamente, estaba aterrada. Esta niña me iba a apuñalar.

–A-Aléjate.

–No, no lo haré. —Me clavó el cuchillo en mi estómago y cerré los ojos.

No tenía las fuerzas para gritar del dolor.

Fui cerrando los ojos lentamente...

———————–

Abro los ojos, observo a mi alrededor y veo a un chico con capucha negra.

–¿Quién eres? —Pregunto. Alzó la cabeza y veo a Isaac. —¿I-Isaac?

–Sí, vine a recuperarte. Yo te amo.

–¡Me abandonaste! No puedo regresar contigo sabiendo que me abandonaste! ¡Me dejaste sola!

–No...yo...

–¡Cállate! ¡No quiero escucharte!

–Escúchame yo...

–¡Cállate! Déjame en paz! —Me levanté y quería correr, pero me jaló y me tiró al piso.

Tocí. —¿Estás demente?

–Sí, por tí. Yo te amo...

–¡Pues yo no!

–¿Me cambiaste por ese...?

–No, realmente fue tu culpa.

–¡No es cierto! Tenía planeado volver pero mamá no me dejó ir.

–No lo creo... ¡Me engañaste!

———————–

Me desperté agitada, no me gusta soñar con esos dos seres que me hicieron tanto daño en mi "vida" o queda mejor sueño del coma.

Revisé la hora: 7:34am. Es temprano, yo normalmente me despierto a las nueve-diez.

En fin, como sé que no voy a volver a dormir, me levanté y fui al baño. Me cepillé los dientes, hice pipí y me duché. Me puse mi ropa interior, después una camisa manga larga blanca con puntos negros, una falda negra por la mitad de los muslos y unos botines negros.

Bajé e hice el desayuno, pues mamá estaba dormida todavía. A las ocho bajó con unas enormes ojeras, el cabello alborotado y mal puesta la pijama.

–¿Qué te pasó? ¿Un tornado?

–Jajá. Muy graciosa. Y no es eso, ayer llegué a la una del hospital, había una emergencia con una chica. —Bostezó. —Y eso que te despertaste temprano?

–Pesadillas. —Resumí y ella asintió, entendiendo. Le serví el desayuno y le puse una taza de café.

–Bueno, ¿Saldrás?

–Tal vez al parque, no sé. Debo disfrutar las pocas vacaciones que me quedan.

–Tienes razón. Y debemos adornar la casa de navidad, faltan dos semanas.

–Sí. Tal vez y pase al centro comercial a comprar unos adornos, una nueva estrella... luces, etc.

–Bien. Podría acompañarte, pero tengo mucho sueño y quiero descansar.

–Quédate, descanza que más tarde iremos a una fiesta. —Bromeé. Ella alzó una ceja.

–No más fiestas para tí, señorita.

–Jajá. No más fiestas para tí será. —Me carcajeé y sali de casa. No sin antes despedirme de mamá, obviamente.

Sería una laaargo día en busca de esas decoraciones.