La oscuridad había sido su gran aliada, un fenomeno.
Rechazado por su pueblo, exhibido por el resto. Un ser sin amor ni piedad consumido por su resentimiento, su odio, y su oscuridad.
-¿Acaso eres el gentil espiritu de la luna?-
-no-
-Pues aun sin l...
La inmensidad del cielo se hacía gris... Una mañana nevada en París, de esas que helan tus huesos y tu corazón en el mismo proceso. Le había rogado a su primo que le llevara a aquel lugubre lugar, prometió volver por ella unas horas más tarde para regalarle privacidad.
La vida había sido dura, su adorado primo con su gran ingenio había logrado empezar a trabajar en una pequeña oficina contable, y siendo el noble hombre que era se ofreció a cuidar de su ahora huerfana y ciega prima.
El invierno había sido tan duro los últimos 4 años, y tras varias enfermedades respiratorias y un trabajo sin descanso, su adorado padre Hiashi, habia sucumbido a la hepatitis. Una mañana más que Hinata quien conocía el triste camino de memoria tocaba para su padre algunas melodías en aquel violin que le pertenecía.
Hiashi no siempre fue un músico errante, el pertenecía a una larga dinastía militar, pero su vida se condeno al conocer a Hanna, Hanna su gran amor y una cantante de un teatro itinerante le había dado a su más grande tesoro Hinata. Y tras la muerte en combate de su querido hermano gemelo Hizashi, Hiashi había cogido bajo su ala a su adorado sobrino, quien no soportaba la vida con su terrible madrastra.
Hiashi desheredado por su elección de pareja y desterrado de tierras Hyuga tuvo que ver como sostenía a su familia y aquel hábito que tomo en la juventud para complacer a sus padres pronto se volvería su medio de sustento.
Primero la ceguera de su pequeña a sus tiernos 3 años, luego la muerte de su amaba por la peste 2 años después... Por más que quizo mantenerse en pie, el dolor de sus pérdidas sumado a su poco cuidado por su salud terminó por llevarlo a lado de su amada.
Hinata había heredado la hermosa voz de su madre, y su primo le afirmaba que era tan hermosa como su abuela paterna Lady Hyuga, pero ella no podía confirmar aquello pues sus ojos habían perdido la luz eternamente... O eso pensaba...
Aquella vez en el circo, aquella vez mientras escuchaba esa angelical voz agónica y triste... Pudo ver algo...
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No era una imagen tan clara como quisiera recordar, pero fue lo que vio justo antes de aquel alboroto.
Pensaba que los gritos no correspondían a la justa descripción del hermoso joven que sus ojos habían enfocado, y guardando aquel recuerdo prosiguió en su tarea... Hoy animaría un poco a papá.
Quizá era infantil de su parte, pero cada vez que sentía las mañanas frías y la nieve helando su cuerpo, imaginaba que eran las lágrimas de su amado padre clamando su atención.
Su voz era suave como la de una avecilla y retumbaba entre las lápidas y nichos de aquel frío cementerio.
--------------------------------------------------------- Tras conocer el triste desenlace de su madre, Obito visitaba aquella olvidada tumba cada mañana, sintiendo la culpa por la muerte de aquella mujer. Ahora todo tenía sentido, su voz, su pasión por el teatro y su ejecusión natural del organo, era por ella.
Limpiaba como de costumbre aquella lápida de la nieve, cuando una dulce voz le sacó de sus cavilaciones más profundas. Busco sigiloso y con algo de temor donde el sonido se hacía más fuerte, y entonces como un ángel le vio.
La muchacha no tenía más de 17 años, su tez blanca competía con la palidez de la nieve y esos hermosos ojos grises carentes de brillo delataban su condición: era ciega.
En un momento, un extraño malestar ataco su cabeza, y la imagen de la pequeña niña ciega que había empatizado con él durante su cautiverio volvió a su mente. Era ella sin duda, y los años no habían pasado en vano.
Se conformo con contemplarle desde lejos, y admirar la finura de sus rasgos. Era baja, delgada, de piel blanca y rasgos tan finos que si dejara de moverse le confundirian con una de las más exquisitas muñecas de porcelana.
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Con aquella imagen en su mente observo como un joven castaño muy parecido a ella le tomaba del brazo y le guiaba fuera de aquel recinto lúgubre... Cuando se marcharon se acercó a la tumba donde la joven cantaba y lloraba... Hiashi Hyuga, una pista clave para encontrar a la hermosa mujer nuevamente.
¿Acaso era muy egoista desear que alguien no lo odiara por su fealdad? Quizá era injusto, ella igual no le podría ver, pero al menos sabría que no todo de si mismo estaba podrido.
Escondido con las sombras que adquieren los días nevados volvió a su palacio, su refugio... El amado teatro, donde nuevamente una función se celebraría y el desde las sombras disfrutaría de la muchedumbre y del bello acto que la compañía habría preparado para maravillar una vez más a París!
--------------------------------------------------------- Empezaba a sentirse tan inútil, su pobre primo cargando con la carga que cuidarla implicaba, y ella sin poder aportar un solo peñique. Entonces algo en ella se encendió...
¿Sería prudente audicionar para el teatro parisino que tanto de que hablar estaba dando? Si.
Era realmente lo único que sabía hacer, y la unica forma de no sentirse una carga para su adorado Neji y su futura cuñada Tenten. Aquella era su única salida... Y quizá, solo quizá. Volvería a escuchar una voz tan magnífica como la de aquel joven que visitaba sus memorias. --------------------------------------------------------- Holaaaa Holaaa!!! Actualizaré este fic lo mas seguido que pueda!! Ayudenme a inspirarme dejando Estrellita y comentando que les parece!!! 🤗 🤗 🤗 🤗 🤗 🤗 Saludos!!!
