Aunque para Kati estar en ese lugar era lo peor que había vivido su corazón tenía la esperanza de que su amado Osmar la sacara de ese lugar. A pesar de que Alejandro no la trataba mal ella quería salir de ese lugar cuanto antes, aunque era medio extraña la forma en que aquel hombre observaba a Kati, la veía como si fuera su presa y eso a ella la ponía un poco nerviosa ¿qué tal si le hacía daño?
La mañana del segundo día en ese lugar Kati despertó con la esperanza de abrir su ojos y estar en su cuarto, pero no, ella seguía en ese lugar frío y solo, había ratos en los que la ansiedad de apoderaba de ella, llegó hacerse pequeñas marcas en sus brazos que provocaba con sus uñas. Algunas de edas marcas eran algo profundas pero su ansiedad hacía que no le doliera.
Durante todo ese día Alejandro no se presentó por el cuarto de Kati, solamente un compañero fue a dejarle la comida, era terca y no quería comer pero su gran debilidad era la comida y cuando veía lo que esos hombres le llevaban no podía evitar dar unos cuantos bocaditos.
Después de un largo día en ese oscuro lugar sin teléfono, ni computadora ni mucho menos libertad Kati volvió a entrar en ansiedad volviendo hacerse esas marcas en sus brazos esta ves mas fuertes. Pero en ese momento fue sorprendida por Alejandro quien había entrado al cuarto sin avisar.
-Katina ¿qué haces? ¿porqué te haces daño?-Dijo el hombre asombrado, cosa extraña ya que estaba acostumbrado a ver heridas o maltratos en el cuerpo de una persona
-¿Porqué crees? ¿no te das cuenta que ya me quiero ir? Mis papás se han de estar volviendo locos, oh mi ppbre mami me da miedo que algo le pase que se ponga mal y todo por mi culpa ¿qué hice yo? Digame usted.- Dijo Kati sin poder evitar soltar unas cuantas lagrimas.
Ese llanto conmovió a Alejandro, quien inevitablemente volvió abrazarla, y Kati con lo sentimental que era y el dolor que tenía en ese momento no le negó el abrazo.
El la tomó con fuerza pero sin dañarla, después de abrazarla por un momento la tomo de sus manos y la sentó en la cama.
-En un momento vuelvo. No vayas a lastimarte tus brazos de nuevo- le dijo Alejandro tomando su mejilla.
Kati se quedó ahí sentada, sin expresión con sus ojos inflamados y con ojeras de tanto llorar y de tanto desvelo, de pronto volvió Alejandro, quien cargaba un pequeño botiquin en sus manos.
Dejó su arma en la silla que había frente la cama de Kati y se sentó comodamente junto a ella.
-Dame tus brazos, voy a curarte- le dijo el hombre con su voz calmada.
Kati extendió sus manos y él con mucho tacto comenzó a curar cada uno de los pellizcos que Kati se había hecho en sus brazos. Los limpiaba con algodón y un medicamento tratando de no hacerle daño.
Kati no pudo evitar ver a Alejandro, el también estaba herido, pero él de mayor gravedad.
-¿Qué te pasó?- Le dijo Kati en vos bajita
-No es nada, solo un rasguño. Hoy tuve un pequeño enfrentamiento y salí algo herido.- le contestó Alejandro.
Kati con amabilidad y dulzura tomó un pedazo de algodon y alcohol y le dijo a Alejandro
-Ahora me toca a mi curarte- con calma Kati limpió la herida de Alejandro parecía que alguien con navaja, p algo punzante había herido al hombre.
La cara del hombre era un completo poema, no se movía, no hacía gestos de dolor, simplemente observaba a Kati mientras lo curaba.
Alejandro
Cuando entré a su cuarto me conmovió lo que vi, o mas bien me dolió. Esa dulce chica estaba haciendose daño en sus brazos se pellizcaba con un coraje con una tristeza que yo sabía que era mi culpa. Yo la había traído para aca con la intensión de aclarar mis cosas con Osmar, pero ella no tenía la culpa.
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Mi Novio Un Narcotraficante
RomanceKati, una estudiante de universidad dedicada completamente a su carrera conoce a Osmar, un narcotraficante frío quien a vivido de todo y a estado con todo tipo de mujeres, y aunque se niega a enamorarse de Katina ambos terminan perdidamente enamorad...