Esclava Sexual

Parte IX: Juegos Sexuales

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**Advertencia: Fic no apto para mentes sensibles, contiene mucho Lemon 🍋 e imágenes explícitas.**

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El desayuno, como siempre había estado excelente. La albina poco a poco se iba sintiendo más en casa que en su propia ciudad natal, Liones. 

¡Cuanta razón tenía su difunta madre!. Ya que aunque, si bien no la recordaba físicamente bien, siempre que su espíritu flanqueaba, de alguna manera podía escuchar claramente las dulces palabras que le dedicó su madre biológica antes de fallecer. Y precisamente una de esas frases habría sido "hogar es donde tu corazón está". Y, ahora más que nunca la princesa se percató que el dueño de su corazón era su amado chico rubio.

En todo esto estaba pensando cuando inconscientemente le dedicó una sonrisa angelical al joven demonio. Éste lo notó inmediatamente y le lanzó un beso a distancia.

Gelda simplemente sonrió. Le parecía un gesto muy dulce, aparte, nunca había visto a su cuñado así con anterioridad.

Zeldris no supo bien cómo reaccionar. Desde que recordaba su hermano había sido un ser sanguinario y desalmado y verlo ahora así, como un gran osito de peluche lo desconcertaba.

Las dos parejas se retiraron cortésmente. Gelda estaba desesperada por mostrarle a Zeldris una nueva adquisición de la biblioteca respecto a la historia de los clanes de vampiros mientras que Elizabeth y Meliodas daban un paseo por los bellos jardines del palacio.

- Y bien - comenzó a hablar el rubio - ¿cómo piensas compensar todo este tiempo que me dejaste solito Eli? - interrogó él a la princesa mientras ponía una cara de cachorrito a la cuál era difícil negarle cualquier cosa que le pidiera.

-Eh... bueno pues... este... - la chica desvió la mirada - pídame lo que quiera y lo haré - la albina sonrió.

- Hmmmmm... - el joven se llevó su mano izquierda a la barbilla mientras pensaba - ¿segura que harás lo que yo quiera? - preguntó con una sonrisa lasciva y con cara de chibi pervertido.

- ¡Claro!, ¡totalmente!, haré lo que usted me pida - comentó ella.

- Bien entonces, ¡te espero en nuestra habitación dentro de 2 horas exactamente! - ordenó él - ¡no puedo esperar! - finalizó antes de dar un besito a la mano izquierda de la joven y salir corriendo.

- Pero, Señor Meliodas ¿a dónde va? - comentó ella en voz alta.

- ¡A conseguir algo!, te veo en 2 horas Eli! - gritó él desde la distancia.

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Zeldris y su amada Gelda acababan de finalizar el primer tomo de "Los Clanes de Vampiros de la A a la Z" . Gelda no daba crédito en que los vampiros de Edinburgh estuvieran emparentados con aquellos de los clanes del Sur.

- ¡Señor Zeldris! - dijo un integrante de la guardia real que recién llegaba corriendo, casi sin aliento - ¡han divisado a Caballeros Sacros del Reino de Liones! ¡se acercan a toda velocidad! ¡demandan que Lord Meliodas les devuelva a la Princesa Elizabeth!