Capítulo 12

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Por fin me permitieron entrar a la habitación. No podía dejar de besar su mano y darle gracias por haber despertado.

- Tranquilo cariño. Aún tengo mucho por hacerte sufrir.

Suavemente escuché sus palabras salir de su boca, estaba débil pero estaba viva.

- Tú puedes hacer todo lo que quieras conmigo, pero jamás repitas esto. Jamás me dejes Renata no sabría que hacer ahora sin tí. Eres mi complemento ideal, eres aquella que llena mi vida de luz y haces que todo parezca posible de hacer. Te amo Renata, Te amo simplona por favor nunca me dejes.

No pude evitar dejar salir algunas lágrimas, jamás había llorado delante de una mujer que no fuera mi Madre. Quien por cierto había llegado por fin, le hable dando la noticia de Renata y trató de llegar lo antes posible. Tocó la puerta y entró.

- Renata, por fin haz despertado. No sabes lo angustiados que hemos estado por ti. Josué no se ha despegado de ti desde, pues desde que pasó esto.

- Gracias Mary, aún tengo mucho por hacer sufrir a Josué, no es mi momento aún.

- Mamá, Renata debe descansar. Vayamos a buscar algo para comer.

Le di un beso en la frente a Renata y me despedí de ella.

- Regreso pronto ricitos, por favor no te vuelvas a ir nunca.

Sonrió y volvió a quedarse dormida.

Pasaron los días y por fin le dieron el alta del hospital, no quería dejarla sola ni un minuto. La convencí de quedarse en mi casa y contraté una enfermera que estuviera apoyándola hasta que se recuperará por completo. Fué testaruda pero al final accedió.

Estuvo muy al pendiente del proceso de Ximena, a pesar de haberla perdonado las autoridades siguieron el proceso y está cumpliendo su sentencia.

- Aún no puedo creer lo que te hizo Ximena, todo esto fue culpa mía.

- No te culpes de algo que no estuvo en tus manos. Ella tomó la decisión de hacerme daño. No quiere decir que este de acuerdo con lo que le hiciste, pero recordemos lo que dijo el Psicólogo en el juicio, su inestabilidad emocional y su crisis nerviosa fue el detonante de todo. Yo la he perdonado de corazón, espero que ella se perdone así misma y sobre todo que no la pase tan mal durante su sentencia.

Pasaron los días, los meses y los años. Y hoy estamos aquí, hace 3 años de aquel día en que sentí que mi corazón se rompía en pedazos, en que mi vida dejaba de tener sentido por no estar ella a mi lado.

Olvidé decirles, hoy es el día de mi boda. Es el día perfecto para casarme con mi simplona. No podíamos elegir mejor fecha para consolidar nuestro amor, que aquel día en que ella despertó y regresó a mi vida, dándole luz y amor.

Hemos pasado tantas locuras juntos, ha estado a mi lado en cada paso que doy y yo he estado a su lado apoyándola en sus sueños y locuras. Nos amamos no como la primera vez, nos amamos aún más, con más fuerza y con más pasión.

La veo venir caminar al altar, en su vestido de encaje blanco, con sus rizos expuestos al sol de la tarde, sus pecas brillaban y resaltaban, su sonrisa tan perfecta como siempre mostrando lo feliz que estaba. Yo parezco un tonto mirándola, no pude evitar que una lágrima saliera de mi al ver lo hermosa que lucía y al saber que por fin estaríamos juntos para siempre.

- Si, acepto.

Con esa frase sellamos nuestro amor eterno, con esa frase nos unimos más y nos hicimos uno. Durante la recepción no pude evitar hacer un brindis.

- Por ti mi amor, por mi simplona que dominó a este macho alfa, por ti que lograste destruir la armadura que tenía mi corazón. Por ti mi ricitos, por todo el amor que me das y por todo el amor que logras sacar de mi. Te amo hoy y te amaré siempre. Salud y que viva el amor .

Nuestro primer baile juntos como esposos fue perfecto. En el fondo sonaba la canción que bailamos aquella noche.

- Sabía que lo recordariás. Te amo gruñón y este día permanecerá en mis recuerdos por siempre.

- Te amo simplona y espero ser digno de tu amor por toda la eternidad.

Los hombres también nos enamoramos, tenemos sueños, miedos e inquietudes. Jamás dejes de luchar por aquello que te hace bien, por aquello que te hace feliz, así como no dejé de luchar por ella.

FIN

JOSUÉ y su historia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora