❝ Jeongyeon estaba tan enamorada por lo tiernos que eran los conejitos. Unas criaturas tan bonitas de nariz rosita, orejas largas y un hermoso pelaje tan suave como el algodón. Desde niña siempre había querido uno, pero sus padres no podían permitír...
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¡Nayeon no dejaría escapar tan fácil a esa ladrona de besos! ¡Estaba cerca de gritarle sus cuatro cositas a la cara pero...! No sucedió nada. Vaya, que desastre. Su pequeño sistema de conejo revoltoso decidió hacerle quedar como un chiste con la boquita abierta y las mejillas rojas como una fresa provocando una serie de risas en la mayor. Nayeon siquiera estaba prestando atención a lo que salía de su boca, solamente se concentraba en el pequeño pesar que se mantenía sobre su piel nívea. ¿Por qué se sentía de esa manera? ¿Jeongyeon le había hecho algo malo? Vamos, que la chica era capaz de todo.
Una vez más la mujer rió ante el rostro sorprendido y se despidió moviendo su mano. ─No te preocupes, prometo que llegaré temprano para estar contigo. ─Sonrió. Nayeon imaginaba que su mandíbula estaba por el suelo con aquello. ─Y-Yo... e-eh a-adiós... ¡Buena s-suerte! ─Balbuceó agitando débilmente su mano y la puerta se cerró frente a ella.
Cuando se aseguró que ya no era capaz de oír las pisadas de la chica en el pasillo, se permitió explotar y chillar con todas sus fuerzas. Dando rápidos golpecitos en el piso con su pie desnudo refunfuñando de lo molesta e indignada que se encontraba. ¡Tenía tantos sentimientos corriendo de un lado a otro que no sabía en cuál enfocarse primero, era todo un desastre! ¡Estaba tan sorprendida pero al mismo tiempo tan avergonzada! ¿Cómo podía tener el descaro de hacerle algo así cuando es de un pequeño corazón sensible?
Uhum, estaba siendo un poquito exagerada. Pero no podía olvidar el hecho de que quiso acompañarla y no se lo permitió. ¿Acaso ya no era importante en su vida o algo por el estilo? Nayeon chasqueó con su lengua y largó un suspiro incrédula. Se cruzó de brazos mientras se dirigía al sofá de la sala y se tiró quedando boca arriba mirando el techo en silencio con el ceño fruncido y un mohín en los labios. Era increíble, simplemente increíble.
Pero no era alguien que se rindiera tan fácil, ¡Nayeon iría de todas maneras porque ella nunca perdía! Jeongyeon estaría tan sorprendida de verla que se le olvidaría toda la presentación de la cabeza, sin embargo, eso era demasiado cruel. Entonces pensó que mejor sería que la viera con los ojos bien abiertos. Sí, mucho mejor.
Nayeon se levantó rápidamente de un pequeño salto dirigiéndose a la habitación que compartían para tomar lo apropiado para un día un tanto lluvioso. Las prendas volaban cada vez que recibían un comentario negativo por parte de la híbrida y caían en algún lugar entre las cuatro paredes. Una cosa era salir y otra cosa era salir como una reina, así que por supuesto tenía que verse muy bien. Además que era un día bastante especial para usar un atuendo especial.
Procuró no lastimarse entre el montón de ropa a su alrededor y comenzó a alistarse. Decidió portar una falda de jean con un par de medias bien calientitas para compensar el frío de ese día junto a un sombrero cómodo donde podía resguardar sus orejas. Y por último, una blusa simple con una gran chaqueta y unas botas con tacón un tanto altas. Todo proporcionado por Jeongyeon claramente. Alegando que su ropa no le quedaría y optó por comprarle nueva, y Nayeon tampoco se quejó demasiado.
Lo siguiente en su lista mental era encontrar la manera de salir. No podía ir por la ventana porque moriría antes de atreverse a saltar, la única manera era ir por la puerta principal pero no tenía la llave. Nayeon se frustró mientras miraba la puerta frente a ella deslizando una de sus manos por la misma buscando algún truco para poder abrirla. Sus ojitos analizaban cada pedacito hasta que miró el suelo y sonrió, ¡bingo! Jeongyeon había olvidado la llave de respaldo y Nayeon festejó internamente dando pequeños saltitos con una sonrisa en el rostro.
Sus pies iban de aquí para allá buscando algo que necesitase en su pequeña aventura, pero suponiendo que todo estaba bien salió y cerró la puerta detrás suyo suspirando con una gran sonrisa en el rostro. Sus pasos se escuchaban por el pasillo y se detuvo. ─No puede ser, ahora no. ─Chilló por lo bajo tocando cada bolsillo de su falda buscando la llave. ─¿Qué necesitas para ir a una universidad? Dinero. Dios mío si participara en un concurso de estúpidas, ganaría el segundo lugar. No lo soy tanto.
Se quejó entre susurros y acarició su cabello hacia atrás frustrada. Nayeon no tenía idea de lo que seguía a continuación, podía ir por su propia cuenta al lugar pero se acabaría perdiendo en un dos por tres o podía quedarse sentada frente a la puerta esperando a la mayor. La pelinegra desganada se acercaba hacia la puerta preparándose para unas cuantas horas de sufrimiento cuando alguien la llamó poniéndola nerviosa.
¡Pero aquellos nervios se disiparon rápido cuando se dio cuenta que era nada más ni menos que la japonesa tontita! Al instante se congeló mientras observaba a la chica acercándose con un semblante confundido. ─Perdona, ¿te conozco? ─Preguntó moviendo su cabeza hacia un lado observando el nervioso rostro de Nayeon, quien solamente supo reír. ─Creo que no.
Momo carraspeó y señaló el apartamento de Jeongyeon. ─¿Eres conocida de Jeongyeon? ─Nayeon se sintió entre la espada y la pared al sentir aquellos ojos acusadores carcomiéndole la piel. Sus nervios fueron tantos que terminó soltando todo con rapidez. ─E-eh... ¡Tenemos una relación un tanto extraña! P-Pensé que estaba aquí p-pero me he e-equivocado.
Nayeon lo dijo con simpleza pero Momo pareció mal entenderlo un poco. ─¿Eeeeh? ¿Entonces estás en una relación con ella? ─La híbrida no pareció captar el tono de su mensaje y asintió extrañada. ─S-sí, se podría decir que sí. ─El rostro de Momo cambió a uno más emocionado y se llevó las manos a la boca en un intento nulo de ocultar sus chillidos de chica adolescente pensando que su mejor amiga tendría a alguien a quien querer.
─¡Jeongyeon no me contó nada de su nueva novia! La voy a matar. ─Los ojitos color chocolate de la pelinegra se abrieron en demasía y comenzó a negar con su cabeza y mover sus manos rápidamente. ─No, no, no. Es una equivocación, no estamos en una relación. ─Rió nerviosa pero Momo le hizo caso omiso. ─Bah, ¡no tienes que ponerte nerviosa! Soy Momo, la mejor amiga de Jeongyeon. Al parecer se le olvidó decirte que hoy es la presentación de su proyecto, yo puedo llevarte si gustas.
Nayeon asintió tímidamente y la chica inmediatamente la tomó de la muñeca comenzando a apurarla. ─¡Por cierto! ¿Cuál es tu nombre? ─Inquirió curiosa por la linda chica. ─S-Soy Nayeon. ─Momo asintió. ─¡Qué curioso! Así se llama el conejo de Jeongyeon.
Vaya, era una curiosidad bastante interesante.
Momo y Nayeon llegaron rápidamente a la universidad por medio del auto de la japonesa. En unos segundos de puro trote se encontraban frente a las puertas de la clase de la chica y no dudaron en entrar silenciosamente esperando no interrumpir. Pero la mayor sorpresa se la llevó la persona que iba a presentar su proyecto en ese mismo momento, siendo Jeongyeon quien miraba a la híbrida sorprendida.
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hey! la verdad no creí actualizar esta semana (o las demás) principalmente porque mi internet está de la m i e r d a. wattpad siquiera me carga bien, así que estoy preocupada si llega a subirse esto mal )): no sé si actualice la próxima semana con todas las tareas que tengo encima, sakenme de aki.
independientemente de eso, espero que les haya gustado. sé que no hay nada emocionante pero pues es mi historia y así se va a quedar. ;D