OO9.

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Nayeon sigue un tanto malhumorada pero no tan molesta como antes. Bueno, solamente un poquito. Pero incluso así no le dirigía la palabra a la mayor no importa cuantas veces tratara de llamar su nula atención, a pesar de que tuviera las orejas en alto la ignoraba vilmente y eso ocasionaba en Jeongyeon un triste pesar. ¡Claro que la coneja se sentía mal, ella no era capaz de causar daño! Pero por delante estaba su orgullo y no dejaría que la chica la acusara otra vez o la degradara de esa manera.

Aunque estaba pasándose un poquito. Para ese entonces, Nayeon estaba sola en casa acobijada de pies a cabeza mirando una película de animación en la tele con una taza de chocolate caliente y malvaviscos entre sus pálidas manos, inmersa en el mundo de su compañero Snowball. Nayeon rió, se sentía como ese tierno pero cruel conejito con la diferencia de que ella no quería asesinar a Jeongyeon; podía asesinar una mosca, pero hasta ahí llegaban sus instintos asesinos.

La pelinegra bufa recargando su espalda contra el sofá con un mohín en los labios completamente aburrida en cuestión de segundos mirando la película de forma ida. Ay, debía admitir que extrañaba mucho escuchar a la mayor decirle que le baje volumen a la televisión porque no podía concentrarse o encontrarla riéndose de sus muecas. Nayeon bebe violentamente de su chocolate caliente y en consecuencia se quema la lengua por no soplar primero. ¡Culpaba a Jeongyeon por aparecer en sus pensamientos de esa manera!


─Todo es su culpa. ─Musita con la lengua fuera mientras la abanica con una de sus manos con el ceño fruncido. Nayeon decide que es suficiente por esa tarde y cuando se levanta su mirada se va hacia la ventana; los árboles se mueven un poco violentos por las ventiscas que azotan ese día y no puede evitar preocuparse por la mayor, estaría ignorándola pero no quería ver su cuerpo siendo arrastrado y volando por allí.

Inconscientemente ríe por su tonta imaginación pero daría todo por verlo en vivo, se acerca hacia la televisión y la apaga rápidamente mientras estira sus brazos y su espalda. ─Debería hacer ejercicio. ─Se queda pensando por unos segundos y luego se contesta a sí misma. ─Nah. Mejor después.

Sus días eran usualmente aburridos sin la presencia de Jeongyeon. Soportaba estar sola unas cuantas horas mientras ella asistía a su trabajo y a la universidad, pero al estar ellas dos en el mismo lugar, sin hablarse, era muy triste. ¿Nayeon moriría de tristeza? ¡Oh no! ¡Eso era alarmante! ─Si me muero espero que me haga una ceremonia bien bonita. ─Murmura abrazándose. ─Pero que no asista Momo.

La pelinegra se queda de pie en medio de la sala pensando qué hacer para entretenerse por unas horas más, las siestas continúas estaban haciendo efecto y ahora se sentía un poco desorientada de todo el mundo, provocando que casi le ponga chile en polvo al chocolate en lugar de azúcar. Su mirada recorre el salón y sus pies se mueven hacia la cocina buscando entre los cajones robando de vez en cuando las galletas favoritas de la mayor, pero no encontró nada y pensó que sería una buena idea volver a dormir.

LOVELY BUNNY。 ── 2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora