Capítulo 67: El Sonido del Cuerno (Parte 1)

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[Punto de vista de Kataryna]

Mirando este campo de batalla donde los rastros de humo de aquellos incendios se elevaban alto en el cielo, haciendo que me pregunte cuanto tiempo había pasado desde la última vez que me encontraba apuntando mi espada a un ejército.

Alrededor de mí, tenía amigos y aliados, en frente, tenía un enemigo al que podía derribar libremente. Todos eran dragones que quizás tenían familias en algún lado, que tal vez eran amables y honestos, que tenían sueños y sentían el mundo de la misma forma que yo, pero en una guerra, solo eran pedazos de carne que no dudarían en matarme si yo no los mataba primero.

¿Debería sentirme molesta, preocupada o enferma por esto?

Cuando alguien pisa por primera vez en el campo de batalla, deberían

Si sentían gusto o felicidad cuando tomaban la vida de otro dragón, entonces no eran soldados acatando sus órdenes, sino monstruos. Un soldado bajaría su espada si se le diera la orden, pero el otro continuaría con su persecución en busca de la sangre de inocentes.

Cerrando mis ojos, pude escuchar a mis aliados hablando entre ellos: los superiores dando órdenes y sus subordinados siguiéndolas. Por ahora no había sonido del choque de espadas.

Nos estábamos preparando para el ataque inminente. Aquel que era imposible de evitar, al menos no con las cartas que teníamos actualmente en nuestras manos.

En este campo de batalla, los dragones serían los que mostrarían su poder y las dragonesas su sabiduría, pero yo y mis amigos no éramos parte de esta regla. Éramos dragonesas que también podíamos pelear y no solo liderar.

Hablando de que, Alkelios nos contó mientras nos acercábamos hacia acá que nos mantuviéramos cercanos a él en un rango de 100 metros durante la batalla para recibir su bono de fuerza. Era verdad, mientras me mantenía de su lado, me sentía más fuerte, rápida, con la capacidad de utilizar más magia. ¿La sensación que tuve de él era una de seguridad? Eso también, pero era como recibir una descarga de energía, una subida de adrenalina mientras sostenía el sentimiento de que podía hacer más que lo usual, de que podía sobrepasar mis límites más y más.

Todos los que éramos amigos de Alkelios sentíamos esto

Al mismo tiempo, atestigüé por mí misma que tan rápido crecieron en poder todos. Él dijo que era solo diez veces más de lo normal, un valor ridículo, pero en realidad, era mucho más.

¿Cómo sería la forma correcta de describir esto? Si un dragón pudiera entrenar por diez años y solo conseguir 100 Números de Poder, entonces en ese tiempo, experimentaría momentos de ritmo de mejora lento, normal o rápido.

Bueno, el buff de Alkelios simplemente rompía este concepto. Cada una de las gotas de fuerza vital que recibíamos de un monstruo o cada vez que entrenábamos nuestras habilidades era como hacerlo a rendimiento máximo y con un ritmo de mejora rápido, sin importar como estuvieran nuestros estados actuales. Podría matar por accidente a un Dayuk herido y recibir la cantidad de experiencia igual a la obtenida por uno en donde hubiéramos tenido un combate de vida o muerte. Si no fuera suficiente, esto amplificado diez veces.

Era ridículo; pero gracias a esto, yo, quien no incrementó su Número de Poder en quien sabe cuántas décadas, también se volvió más fuerte.

Aquellos que mostraron una mejora más alta, sin embargo, fueron por supuesto Iolaus y Seryanna. Ambos fueron a través de un régimen de entrenamiento infernal, en el cual se presionaron a sí mismos más allá de sus límites. No tomaron el impulso por concedido y en su lugar, pensaron en el como si nunca hubiera estado ahí en primer lugar.

100 DE SUERTE Y LA HABILIDAD DOMADOR DE DRAGON Volumen 3 (2ºparte) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora