Cassie Whiliams no puede permitirse volver a perder el control, en su primer año de universidad hizo cosas que no quiere volver a repetir. Y todo parece estar bien, hasta que aparece él.
Desde su llegada a la universidad comienzan a pasar cosas...
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Hay recuerdos que queman.
(AYDEN)
Dos horas, dos putas horas llevo delante del papel en blanco de mi diario, y no porque no sepa que es lo que quiero escribir, porque me muero por soltar todo lo que tengo dentro y quizás sea por eso mismo. No quiero que lo que está pasando sea cierto.
Me marché de mi antigua universidad para no pensar en ella, para no terminar por volverme loco, para no aguantar los comentarios a mi espalda. Para no tener que soportar las caras de asco que los alumnos ponían al verme pasar. Y ahora no voy a poder olvidarme de Avery en todo lo que resta de curso. No puedo volver a cambiarme de facultad, eso dañaría aún más mi expediente, y me han aceptado en el equipo de natación. Aquí nadie conoce mi historia, y espero poder seguir ocultándola todo lo que pueda. Es cierto que corren rumores sobre mí, pero son solo eso, rumores, se preguntan el porqué de mi traslado y yo intentaré por todos los medios que no sepan más de mí que lo necesario. Sobre todo, porque antes de que me pasase... aquello... Yo era un auténtico capullo y no es que ahora este reformado o cambiado por completo, sigo siendo yo. Pero lo que sucedió me hizo recapacitar sobre cómo estaba llevando mi vida, sobre qué era lo importante y lo que no.
Planto el bolígrafo sobre la hoja aún exenta de tinta y comienzo a decorarla con mis palabras, con mis pensamientos.
16/09/2018
No puedo quitarme la imagen de su rostro de la cabeza, ahora menos que nunca. Cuando la vi casi me dio un infarto, hubiese jurado que había vuelto para hacerme daño, para devolverme todo el daño que yo le había hecho. Las pesadillas habían cesado, hacía días que no las tenía, sin embargo, desde la otra noche han vuelto a torturarme. Me ahogo, no puedo salir de una habitación llena de humo, no veo nada y entonces ella aparece, me habla al oído con su voz melosa en un susurro y me dice exactamente:
Arderás en el puto infierno, Ayden.
Y cuando me despierto pienso que igual es lo que tendría que pasar, que me lo merezco. A veces creo que no podré con esto, cargar con este peso me está matando. ¿Y ahora? Ahora es mucho peor.
Tiro el boli en la mesa y me resbalo sobre la silla del escritorio, el psicólogo me dijo que no me forzara si no me salía escribir, sin embargo, no puedo parar de pensar y los recuerdos vienen a mi cabeza:
Tania Morgan, la capitana de las animadoras del equipo de futbol me está chupando la polla como si fuera un puto chupachups, estoy tan cachondo que creo que voy a correrme en su boca de un momento a otro. Le agarro el pelo y sigo sus movimientos, esta chica tiene unos labios prodigiosos y no hablemos de su lengua. También hay que decir que tiene bastante experiencia por lo que dicen por ahí, y bueno tampoco es que ella lo niegue, se ha tirado a media universidad.
