SEIS

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Cuidado con quien juegas.

(CASSIE)

Mi intención para el domingo era la de dormir infinidad de horas y ver series. Pero la pesada de Harriet me recordó que la profesora Marvin había mandado un trabajo para el lunes.

Así que me levanto y me doy una ducha rápida para espabilarme. Salgo del vestuario solo con la toalla enrollada y la sujeto siempre con fuerza porque aquí hay más de un gracioso.

Voy por el pasillo camino a mi habitación y cuando paso por la de Ayden veo algo que me produce arcadas.

Una tía rubia la cual lleva una ropa no muy adecuada para un domingo por la mañana sale de la habitación con los tacones en la mano y el pelo alborotado. Cierra la puerta tras ella y se dispone a escapar de allí. Pero su mirada se cruza con la mía.

- ¿Qué hay Brooke? ¿Una noche entretenida? -le digo intentando no parecer molesta. Pero la verdad es que si lo estoy. Y mucho. ¿Han pasado la noche juntos? ¿Le habrá contado a esta imbécil que es lo que hago los sábados por la noche? Brooke se lo contaría a media facultad.

No es algo que me avergüence ni mucho menos, pero es mi secreto algo que me hace sentir mejor cuando necesito desahogarme y no quiero que lo sepa nadie.

-No sabes cuánto, William- me dice pasándose los dedos por las comisuras de sus labios.

De puta madre.

Se coloca los tacones y desaparece por el pasillo.

Cuando llego a mi habitación Harriet está pegada a su escritorio como siempre. Tiene los cascos puestos y decido no molestarla.

Me decanto por ponerme algo cómodo. Escojo unas mayas negras bastante estrechas y me pongo una sudadera del mismo color. Imagino que ya habréis deducido que mi color favorito es el negro. Meto mis pies en unas zapatillas de deporte y dejo que el pelo se me seque al aire.

Cojo mis gafas de pasta y el portátil para hacer el trabajo. No voy a hacerlo en la habitación. Paso de estar encerrada. Ver pelis es una cosa, pero hacer un trabajo... También cojo un libro por si quiero parar un poco. Suelo agobiarme con facilidad.

Antes de ponerme con el trabajo paso por la cafetería y desayuno unos cereales. Puedo saltarme cualquier otra comida, pero el desayuno es sagrado para mí. Salvo cuando me levanto con resaca claro.

Me siento bajo la sombra de un árbol y me quito las zapatillas de deporte. Me encanta tocar el césped con los pies descalzos.

Después de un rato ya estoy aburrida de este estúpido trabajo así que decido seguir leyendo esta historia que me tiene atrapada. Ojalá fuera cierto. Sé que hay una película, pero no la he visto. De todas formas, siempre dicen que los libros son mejor a las pelis. No hay nada que supere la imaginación.

-Buen libro- escucho decir desde arriba. Su voz es inconfundible así que lo reconozco de inmediato. Tampoco es que haya mucha gente que me diga-: buen esto o buen lo otro cada vez que me ve. Pongo los ojos en blanco y me subo las gafas que han resbalado por mi nariz con el dedo índice. Después de esto me siento preparada para mirarlo.

Lleva unos pantalones cortos de chándal y parece que esta vez ha decidido prescindir de su camiseta. La lleva en la mano y se ha quitado un casco, supongo que para poder hablarme.

No puedo evitar bajar la mirada hasta su torso. Un torso sudado y tonificado.

Joder...

-No estoy para tonterías Ayden – digo y vuelvo la mirada a mi libro, no porque me apetezca, pero es que, si no lo hago, me va a ser imposible el mirarle a la cara. Este tío está realmente bueno. Lástima que sea un poco rarito. Además, se ha tirado a Brooke esta noche. Está perdiendo puntos.

FEARLESS (ACTUALIZANDO)Where stories live. Discover now