OCHO

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(AYDEN)

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(AYDEN)

No siempre todo es lo que parece. ¿O sí?

Doy vueltas por mi habitación como un loco, no entiendo como ella ha podido saber que yo...

—¡Maldita sea!—Grito pegando una patada a la puerta del armario.

Esta mañana, cuando Brandon me ha dicho que mirase lo que habían colgado en el tablón de anuncios, nunca pensé que fuese a ser esa puta mierda que va a perseguirme hasta el día en que me muera.

He corrido hasta quitarlo de allí, pero es absurdo, hoy en día con una sola foto hecha con un teléfono móvil, ya puede haberse enterado medio planeta.

Me dejo caer en la silla del escritorio y abro uno de los cajones para sacar mi diario. El único al que puedo contarle la verdad y donde puedo expresar lo que verdaderamente siento.

Lo abro y miro la página en blanco que tengo delante de mí por unos segundos que se convierten en minutos. Cojo un bolígrafo y hago clic en la parte trasera de este sin parar. Una y otra vez, hasta que deslizo la punta de este por la hoja de una vez para empezar a cubrirla de azul.

26/09/2018

Sigue presente, ella sigue presente. Esté donde esté, ella va a seguir atormentándome. Sigue apareciendo en mis sueños y ahora lo hace de esta forma. Se me vuelve a presentar en forma de ángel. Pero yo sé que es un demonio. He intentado evitarla, quise jugar, pero me detuve. Ahora ella ha empezado el juego de nuevo. Y va a sacar al cabronazo que llevo dentro. Si eso es lo que quiere, eso es lo que va a tener.

Suelto el bolígrafo de mala gana en la mesa y me levanto, me acerco a la cama y me recuesto sobre mi espalda, algo me oprime el pecho, siento una especie de ansiedad que no me deja estar bien, no puedo dejar de pensar y recordar...

—Venga Ayden, varios testigos aseguran que tú y ella no os llevabais demasiado bien—Michelle Sullivan, la inspectora de policía no deja de hacerme preguntas, las cuales no tengo intención de contestar, o al menos lo que ella espera que conteste.

—¿Y?—me encojo de hombros y bufo—.Eso no significa una mierda.

Ella se incorpora y apoya las manos sobre la mesa, se acerca lentamente hacia mi rostro y comienza a hablar de una forma lenta y pausada.

—A ¿no?...¿No es cierto que tuvisteis una discusión en tu habitación esa misma mañana?

Me muevo inquieto en la silla.

—No pienso decir nada hasta que no venga mi abogado de una PUTA vez— pido por enésima vez.

Y no hace falta que vuelva a pedirlo cuando, mi abogado entra por la puerta.

—Ayden, no digas nada—James se acerca a la inspectora y suelta su maletín en la mesa—. No estaríais interrogando a mi cliente sin mi presencia ¿Verdad?

FEARLESS (ACTUALIZANDO)Where stories live. Discover now