Cassie Whiliams no puede permitirse volver a perder el control, en su primer año de universidad hizo cosas que no quiere volver a repetir. Y todo parece estar bien, hasta que aparece él.
Desde su llegada a la universidad comienzan a pasar cosas...
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Los que se pelean, se desean.
(CASSIE)
Camino despacio por la habitación mientras me abrazo por culpa del frio que me está entrando. Estoy empapada y necesito deshacerme de esta ropa mojada.
—Necesitas secarte o vas a coger una pulmonía, puedo dejarte algo—dice rebuscando en su armario hasta sacar lo que parece una camiseta negra. Me la tiende y yo se la acepto con gusto.
Ayden parece ponerse algo nervioso y mira hacia ambos lados sin saber que hacer. Seguramente crea que me da vergüenza o algo así. Pero no es el caso. Es más, me encanta esta situación y pienso aprovecharla para saber si causo algo más en él, a parte, de miedo o indiferencia.
Me quito por la cabeza mi camiseta de ACDC con algo de trabajo porque está muy pegada a mi piel, y la tiro al suelo. Luego desabrocho el cinturón de mis vaqueros y de seguido el botón y la cremallera de estos, una vez en el suelo me ayudo con los pies para deshacerme de ellos y los echo a un lado.
Ahora solo llevo puesto la ropa interior, dejo que se lucre por unos segundos.
Me observa como si quisiese quedarse con cada detalle de mí en su cabeza una vez más.
En este momento sus ojos ya no están de ese verde oscuro que había visto en la puerta de mi habitación. Ahora vuelven a ser grisáceos. El pelo mojado le cae por la frente y veo como se relame los labios de nuevo. Ese gesto es el mas sexy que he visto en mi vida. Y no puede decirse que yo haya sido muy santa. Es decir, que he visto a muchos tíos relamerse de esa forma y ninguno han hecho que tenga tantas ganas de besarlo como lo hace este que tengo delante.
Parece que el chico misterioso decide acortar las distancias entre nosotros y de un momento a otro lo tengo a tan solo unos centímetros. Me siento muy pequeña a su lado y eso me gusta.
Con esos brazos podría levantarme y pegarme a la pared sin ningún esfuerzo.
—¿Qué quieres... Cass?
—Ya lo sabes.—Contesto.
Alarga su mano para coger la mía y la lleva hasta su tordo desnudo, hace que acaricie sus abdominales bajando por ellos uno a uno.
—¿Quieres esto?
Joder que si lo quiero...
Sonríe satisfecho.
Sube su otra mano y la pasa por mi nuca y enreda sus dedos en mi pelo, hace algo de presión y eso me provoca una sensación muy buena. Y no solo por lo que está haciendo, si no por lo que me estoy imaginando, lo que imagino que puedo llegar a sentir.
Tira de mi cuello haciendo que mi cara se acerque mas a la suya y con ello nuestras bocas.
Estoy a punto de probar esos labios carnosos cuando algo se me viene a la cabeza.
