►CAPÍTULO II

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D E   V U E L T A   A
H O G W A R T S
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     —¡GOLOSINAS! ¿ALGUIEN QUIERE UNA GOLOSINA?—LOS gritos de la vendedora se escuchaban por casi todo el expreso, Venus se encontraba sentada junto con sus amigos de Ravenclaw; Cho Chang, Marietta Edgecombe y Nathan Blair, además de sus mascotas ...

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     —¡GOLOSINAS! ¿ALGUIEN QUIERE UNA GOLOSINA?—LOS gritos de la vendedora se escuchaban por casi todo el expreso, Venus se encontraba sentada junto con sus amigos de Ravenclaw; Cho Chang, Marietta Edgecombe y Nathan Blair, además de sus mascotas y su equipaje.

Como siempre, la castaña se encontraba leyendo el mismo libro de Quidditch, como era habitual, estaba tan concentrada en su lectura que no se dió cuenta de que Cho estaba hablándole, hasta que ésta la golpeó en el hombro.

—¡Hey! Creo que tú deberías ser la golpeadora y no la buscadora.—masculla mientras se acaricia el brazo, su comentario hace reír a todos.—¿Qué ocurre, Cho?—pregunta al mismo tiempo que cierra su libro.

La mencionada le sonríe y le muestra el dinero.

—¿Quieres algo?—pregunta y Venus niega, al hacerlo, Cho hace un puchero.—¡Vamos, Venus! Siempre me compras cosas, jamás me has dejado comprarte nada, por favor, no me quiero sentir en deuda contigo.—dijo, Venus pensó que tenía razón, pero le compraba cosas porque era su amiga, su mejor amiga, y lo hacía por que le nacía, aún así quiso complacerla, así que al final terminó aceptando.

Suspiró.

—De acuerdo.—dijo y Cho festejó, haciendo que Marietta y Nathan rieran.—Quiero...—Venus se quedó pensando por un momento.—Un pastel de calabaza.—murmuró tímidamente.

Venus no soportaba la idea de que alguien que no fuera ella misma o su hermano le comprara cosas, sentía que se aprovechaba de su bondad, y su conciencia siempre se lo recordaba. Si, Venus era una persona demasiado bondadosa, fácilmente podía confundirse y las personas que no la conocían dirían que ella es una tonta, pero no. Venus sabía establecer un límite entre la humildad y la benevolencia, y la estupidez. Y eso era algo que todos en Hogwarts admiraban de ella, además de su exótica belleza y su increíble sabiduría.

Rápidamente, Cho y Marietta se levantaron para correr por los pasillos del expreso en busca de la vendedora.

Nathan miró a Venus, quien había retomado su lectura justo cuando sus amigas se fueron.

—Este año habrá un torneo, el Torneo de los Cuatro Magos.—comenta y Venus lo mira confundida, deja su libro a un lado y lo enarca una ceja.

Por supuesto que ella lo sabía, su hermano, Apolo, no paraba de recordarle el tan importante acontecimiento, ya que su padre, que trabajaba en el ministerio, se lo había contado por accidente, para nadie en la familia era un secreto que el sueño de Apolo era participar en esta competencia, y así traerle honor a la familia. No hacía falta, pero Apolo quería que su nombre fuera recordado. Como un verdadero campeón, y esta era su oportunidad.

—¿Y tú cómo sabes eso?—preguntó.

—Papá me lo dijo, ya sabes, a veces le gusta cuchichear por ahí y se enteró por algún bocazas.—dice y se encoge de hombros, restándole importancia.—También me dijo que se celebrará en Hogwarts, así que tendremos tres escuelas más estudiando en el castillo; Beauxbatons, Durmstrang y Koldovstoretz. Eso significa...

—Ni siquiera lo pienses, Apolo no es gay, no va a salir contigo por más que quieras, Nathan.—dice Venus antes de que su amigo se haga sus tan habituales ilusiones.

Él la miró ofendido y con la boca abierta.

—¡Pues para que lo sepas, no iba a decir eso!

«Si, claro, y Einstein vuela.»,pensó Venus.

—Oh, vamos, Apolo es demasiado ardiente, y no me importa que sea tu hermano, definitivamente la familia D'Angelo tiene genes bendecidos.—dijo Marietta al entrar al vagón de nuevo con sus chucherías.—Joder, inclusive tu padre es ardiente.

Cho se sentó a lado de Venus y le entregó su pastelillo.

—Mi hermano jamás saldría con alguien menor.—aclaró ella mientras se metía un pedazo de pastel a la boca.—¡Y no hablen de mi padre así! Me causa repulsión. De verdad, son un caso perdido.

Siguieron hablando sobre lo sexy que era el hermano de Venus durante el resto del camino. Además de quienes eran los chicos más guapos de Hogwarts; Harry Potter–mencionado por Cho, pues a Venus no le parecía guapo, sino tierno–, Draco Malfoy–tampoco le parecía guapo a Venus– y, por supuesto, era inevitable, Cedric Diggory, el único con el que Venus estuvo de acuerdo.

Luego de bajarse del expreso, se dirigieron al castillo en las carretas.

—Venus, sabes lo popular que eres, eres hermosa, y sexy.—dijo Nathan mientras la carreta seguía por el bosque.

La mencionada se encogió de hombros. No es que le importara mucho el hecho de ser popular.

—No lo creo. Creo que Granger es mucho más bonita y además es inteligente.—contesta mientras sus ojos se tornan de un color naranja, mostrando su vergüenza ante las palabras del rubio.

Cho y Marietta chillaron ofendidas.

—¡De verdad que eres una imbécil, Venus!—comentó Marietta, ganándose un puñetazo por parte de Venus.

Todos rodaron los ojos ante la estupidez de su amiga, podía ser muy inteligente y sabia para algunas cosas, pero definitivamente el amor no era su fuerte y eso estaba más que claro.

Al llegar, bajaron sus pertenencias y a sus mascotas, entraron al castillo y se dirigieron a su habitación, la cual Cho, Marietta y Venus compartían, desde primer año. Y como lo esperaron, ahí estaban sus nombres escritos, entraron y acomodaron sus cosas rápidamente para luego dirigirse al Gran Comedor, encontrándose con Dumbledore y los demás estudiantes y profesores.

Venus inmediatamente pensó en el torneo. Según lo que Apolo le había contado, llegarían en unos días al castillo.

—¡Vamos! Ahí están Marietta y Nathan.—Cho toma el brazo de Venus y la arrastra hasta su mesa, junto con todos los demás Ravenclaw.

Mientras caminaban, varios estudiantes la saludaron con la cabeza y ella les devolvía el saludo, no solo los de Ravenclaw, sino también los de Hufflepuff, Gryffindor e incluso uno que otro Slytherin.

Pero sin duda el que más le sorprendió fue Cedric Diggory, quién le había guiñado el ojo, y esto no pasó desapercibido por nadie. Cho gruñó y los amigos de Diggory comenzaron a molestarlo.

Venus frunció el ceño.

Resistance|Cedric Diggory.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora