►CAPÍTULO III

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E L   T O R N E O   D E   L O S
C U A T R O  M A G O S
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     UN CARRUAJE LLEVADO POR SIETE PEGASOS se adueñó del cielo de Hogwarts, atrayendo la atención de todos los estudiantes, incluida Venus

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     UN CARRUAJE LLEVADO POR SIETE PEGASOS se adueñó del cielo de Hogwarts, atrayendo la atención de todos los estudiantes, incluida Venus.

—¡Wow! Son preciosos.—comentó Luna Lovegood a su lado.

—Si que lo son.—corroboró Venus mientras los contemplaba, pero rápidamente la atención de todos fué robada por un barco que surgía de las profundidades del lago.

Definitivamente eran las escuelas invitadas.

Finalmente otro carruaje se presentó en el cielo, esta vez rojo y negro era llevado por grifos. Venus estaba segura de que eran de Koldovstoretz. Su hermano siempre hablaba de sus criaturas mágicas cuando tenía la oportunidad, en especial sobre los grifos.

—Ese es el carruaje donde va tu hermano, ¿No?—preguntó Nathan una vez llegó a su lado.

Venus se sobresaltó, no estaba poniendo atención a lo que sucedía a su alrededor, incluso, se dió cuenta de que la mayoría de los estudiantes estaban caminando hacia el Gran Comedor.

—Si, Apolo está en Koldovstoretz.—contestó la castaña luego de unos segundos.

Sus ojos se habían vuelto morados, estaba emocionada por ver a su hermano de nuevo, no lo había visto durante semanas y tampoco se habían escrito, puesto que Venus no había conseguido ninguna lechuza para mandar sus cartas.

—Dumbledore dijo que nos fuéramos al Gran Comedor, tiene un anuncio importante.—dijo Nathan mientras comenzaba a caminar en dirección al lugar.

Venus corrió para estar a su lado y ambos comenzar a caminar.

—He visto como te mira Cedric desde que llegamos. Es guapo.—dice.

Venus lo miró con burla.

—¿Por qué un chico de sexto se fijaría en una chica de cuarto? Suena ridículo, Nathan, quizá solo estás imaginando cosas.—razonó, jamás había cruzado palabra con el chico. Sin embargo siempre lo había considerado su amor platónico.

Era realmente guapo. Pero no lo conocía, así que, ¿De que le serviría una hermosa cara y un escultural cuerpo si su personalidad era horrible? Prefería observarlo desde lejos y mantener vivo su enamoramiento.

—Bueno, yo se lo que te digo, puedes preguntarle a Cho, últimamente ha estado más irritada que de costumbre.—Nathan estaba algo confundido por el comportamiento de su amiga.

Luego de caminar unos segundos por los pasillos, llegaron al Gran Comedor y se sentaron en la mesa de Ravenclaw, Dumbledore estaba parado en el lugar donde estaba el sombrero seleccionador en su primer año, una imperceptible sonrisa se asomaba por su rostro, Venus podía jurar que estaba emocionado. Entonces comenzó a hablar, interrumpiendo todas las conversaciones de los alumnos y algunos profesores.

—Muy bien. Ya que estamos todos reunidos, tengo un anuncio muy importante que decirles.—comienza a hablar y todos lo miran.—Como algunos saben, este año se celebrará el Torneo de los Cuatro Magos y Hogwarts ha sido elegido para que magos de otras tres escuelas estudien con ustedes.—prosigue.—Recibamos a las bellas señoritas de la Academia de Magia Beauxbatons, en Francia.

Las puertas del gran comedor se abrieron, dejando ver a varias chicas con un uniforme de color celeste, al entrar, se escucharon varios suspiros enamorados, incluyendo el de Nathan, que es gay.

—Son hermosas. Creo que por alguna de ellas me volvería heterosexual. ¿No lo crees, Venus?—pregunta Nathan mientras mira a su amiga.

Cho rueda los ojos y Marietta lo golpea. Las chicas de Beauxbatons comenzaron a caminar con gracia, y cada cuánto se detenían a soltar suspiros, haciendo babear a más de uno.

—Si, bueno, no soy fan de escuchar a chicas gimiendo y conjurando mariposas cada vez que lleguen a algún lugar.—dice y sigue viendo el show que la academia había preparado.

Una señora gigante apareció detrás de ellas y al llegar con Dumbledore lo saludó con alegría, su gran altura hizo hablar a muchos. Luego de esto, se sentó junto con los demás profesores.

Dumbledore siguió hablando.

—Ahora, recibamos a nuestros amigos del norte, los estudiantes de Durmstrang.—la puerta volvió a abrirse(Venus jamás se dió cuenta de cuando volvieron a cerrarla), dejando ver a varios chicos búlgaros haciendo acrobacias y soplando fuego, haciendo formas de un fénix.

—Definitivamente con esos tipos retiro lo dicho sobre volverme heterosexual, son calientes.—Nathan se echa aire con sus brazos como si hiciera calor, a lo que Venus rió.

—¡Es Viktor Krum!—exclama Venus al ver al chico entrar junto con su director.—Ese tipo es mi ídolo, ¡Hace que el Quidditch parezca de lo más fácil!

Luego del saludo de Dumbledore y el otro director, la puerta, una vez más, se abrió.

—Y por último, pero no menos importante, la Escuela Koldovstoretz, directo desde Rusia.

Y Venus repetía, ¿Cuándo se había cerrado la puerta? ¿Tan despistada era? De todas formas estaba emocionada por ver qué acto había preparado la escuela de su hermano.

Los alumnos de Koldovstoretz entraron montando árboles arrancados desde su raíz en lugar de escobas y recorrieron el Gran Comedor, con su rojizo uniforme de quidditch, haciendo trucos y piruetas en el aire.

Venus rió al ver a su hermano, quien había alzado una mano en forma de saludo a su pequeña.

Aterrizaron perfectamente y el director abrazó a Dumbledore.

Al final todos los alumnos se sentaron, y Dumbledore hizo un ademán con su varita, en el centro del comedor había una estructura de oro, que poco a poco se fué deshaciendo, dejando ver un cáliz con una llama azul.

—Por cuestiones de seguridad, los alumnos que quieran participar deberán ser mayores de diecisiete años, y para asegurarme de que nadie menor ponga su nombre en el cáliz, trazaré una línea de edad.—dice y todos comienzan a quejarse.

Venus no comprende la situación. ¿Querían morir tan jóvenes? A su punto de vista, el torneo era una estupidez.

—Este torneo no es apto para los miedosos. Dicho esto, pueden comenzar.—finalizó y todos comenzaron a comer y a charlar.

Venus comenzó a servir su comida, pero soltó un grito al sentir como alguien apretaba sus hombros, pero al girar, se encontró con su hermano.

—¡Apolo!—chilló mientras saltaba a sus brazos, captando la atención de todo el comedor.

Sin embargo, esto no pudo importarles menos a los hermanos D'Angelo. Los ojos de Venus se tornaron morados una vez más, estaba feliz.

Resistance|Cedric Diggory.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora