¿Un encuentro destinado, por casualidad o por error? Realmente no importa, pues ya se ha convertido en intención.
-¿Prefieres muchos amores o uno solo, Venus?
-Considero... los necesarios que tu corazón necesite antes de encontrar al verdadero.
Tal...
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—AHORA QUE ESTAMOS TODOS REUNIDOS AQUÍ, es hora de anunciar a los cuatro campeones del torneo.—dice Dumbledore mientras alza su mano y comienza a apagar las velas del salón.
Todos comienzan a cuchichear sobre quiénes serán los campeones, por su parte, Venus intenta hablar con Cho, sin embargo ésta solo le contesta con monosílabas como "si" "no" y "no lo sé". Venus no había querido ir a la mesa de los Ravenclaw, pues sabía que algo sucedía con su amiga, estaba pensando en huir de su problema, pero a pesar de que Hogwarts es un lugar muy grande, tarde o temprano iba a suceder, y sabía que estaba actuando de una manera muy infantil, incluso ella se sorprendió por su comportamiento.
—¿Qué te pasa?—le pregunta en un arranque de valor a Cho, quién la mira incrédula.
La asiática ríe con ganas.
—¿De verdad me lo preguntas? Pensé que éramos amigas, Venus, jamás pensé que fueras una maldita--
—Me parece que solo falta un minuto para que el cáliz expulse los papeles.—la interrumpe el director.
—Sea lo que sea que vayas a decir, te advierto que no es el momento, Chang, has estado muy rara, jamás le habías hablado de esa forma a Venus, ahora, por favor, si tanto te molesta algo que ella hizo, díselo en la cara y no a todos en nuestra casa. Ni siquiera te reconozco, tú no eras así.—dijo Nathan con algo de decepción en su voz.
Cho rueda los ojos y se voltea para observar a Dumbledore con la mano casi tocando la copa, y al instante se vuelve roja, vomitando un papel, el cual toma a pesar de que tiene un poco de llamas a su alrededor, y luego lo lee en voz alta.
—Viktor Krum, es el campeón de Durmstrang.—el mencionado baja de las escaleras donde está su escuela, acompañado de felicitaciones por parte de sus compañeros y su director, Igor Karkarov.—Felicidades.
El cáliz no tarda en tornarse rojo otra vez, y de nuevo, lanza un papel, Dumbledore vuelve a tomarlo con cuidado de no quemarse.
—Fleur Delacour es la campeona de Beauxbatons.—anuncia y varias chicas de la academia francesa comienzan a llorar y a consolarse entre ellas, sin embargo, su directora, Madame Maxime sonríe complacida.
Al verlas, Nathan, quién estaba a lado de Venus, comienza a reír con fuerza, contagiando a varios de su mesa.
—¡Pero mira que decepcionados están todos!—susurra en su oído y Venus ríe también, pero ella lo hace levemente.
Venus no se había dado cuenta, pero ambos campeones de habían dirigido a otra sala, donde les hablarían sobre el torneo luego de decidirlos a todos. De verdad era muy distraída.
El cáliz, por tercera vez, se vuelve de un color rojizo y expulsa otro papel, Venus siente como si su corazón se hubiera detenido, era un papel rojo con dorado, lo recordaba, era el que su hermano había puesto en el cáliz. Sin embargo, quizá no debía hacer supocisiones precipitadas, probablemente todos sus amigos usaron el mismo tipo de papel que él. Si, probablemente sería eso.
Los segundos antes de que Dumbledore dijera el nombre del campeón de la escuela rusa, a Venus le parecieron eternos.
—El campeón de Koldovstoretz es Apolo D'Angelo.—dijo finalmente y Venus sintió como si un balde de agua helada le hubiera caído encima.
—¡No!—grita mientras se pone de pie de manera brusca. Sintió como sus piernas temblaban y de un momento a otro la traicionaron, haciéndola caer en el asiento de nuevo, sin embargo ella siguió soltando gritos desgarradores.
Pero el bullicio es tan alto, que nadie logra escucharla, más que Nathan, Cho y Marietta, que eran los que estaban ahí. Pero las últimas dos hicieron caso omiso a los gritos de la chica y la ignoraron. Nathan, al ver la desesperación de su amiga, la abraza, la conocía perfectamente y sabía que estaba a nada de romper en llanto. Sus ojos la delataban, como siempre, se habían vuelto de un tono azul eléctrico.
—Tranquila.—le susurra en su oído y la abraza más fuerte.
La chica esconde su rostro en la túnica de su amigo, a pesar de que no quiere llorar, el sentimiento le gana y solloza en voz baja. Miles de pensamientos cruzaban por su mente en ese momento. ¿Que iba a hacer si algo le sucedía a Apolo? A su Apolo.
—El campeón de Hogwarts es Cedric Diggory.—todos comienzan a aplaudir, pero Venus no se toma la molestia de mirarlo, en ese momento no, no quería ver a nadie. Quería encerrarse en su habitación y gritar contra su almohada hasta dañarse la garganta.
La vida de Apolo estaba en juego, ¿Y los demás lo celebraban? El mundo mágico tenía muchas cosas buenas, pero definitivamente el torneo no era una de ellas, y por mucho, a Venus le parecía la peor. No iba a negar que el hecho de que Cedric participara en el torneo le había roto un poco más su corazón, no lo conocía, por eso iban a salir, para conocerse, pero aún sin hacerlo, Venus no pudo evitar llorar con más fuerza al enterarse de esto. La vida estaba siendo demasiado injusta.
—Ahora que tenemos a los cuatro campeones de torneo, se les informa que la primera prueba se llevará a cabo el día--
Nadie pudo decir nada más pues la llama del cáliz había retomado fuerza para sacar otro papel. Otro jodido papel. Y al ver que se escuchaban jadeos y suspiros de exclamación, Venus miró la escena asombrada, aún abrazada de Nathan. Sus ojos hinchados al igual que sus labios la hacían ver un poco extraña pero seguía siendo hermosa.
—Harry Potter.
«Primero Apolo, luego Diggory, ¿Y ahora Potter?»
De alguna manera los tres eran importantes para ella, su estómago se contrajo y tuvo unas inmensas ganas de vomitar, su cabeza comenzó a dar vueltas y sus manos temblaron.
