►CAPÍTULO VIII

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H O G S M E A D E
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     LAS EMOCIONES QUE SENTÍA EN ESE MOMENTO eran indescriptibles, Venus iba a estallar de nervios, en su habitación, estaba Nathan, que se había metido de contrabando, Cho y Marietta probablemente estaban en el gran comedor, o en Hogsmeade también

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     LAS EMOCIONES QUE SENTÍA EN ESE MOMENTO eran indescriptibles, Venus iba a estallar de nervios, en su habitación, estaba Nathan, que se había metido de contrabando, Cho y Marietta probablemente estaban en el gran comedor, o en Hogsmeade también.

—No, definitivamente no, ese color no te favorece en lo absoluto.—comentó el chico mientras sacaba más ropa del baúl.—Pruébate esto.—dijo después de analizar toda la ropa durante unos segundos.

Sé lo que están pensando, ¿Llevan así todo el día? Pues la respuesta es si. Venus y Nathan estaban usando a la primera como una muñeca, cambiando su ropa cada dos por tres, pero ella estaba tan nerviosa que no se quejó ni una vez.

—¡Perfecto!—gritó el rubio una vez vió a su amiga vestida.

Su vestimenta consistía en una falda corta de color blanca junto con un suéter mostaza y unos tenis del mismo color, su cabello se encontraba suelto con leves ondas naturales, y simplemente con un rubor color rosado.

Estaba hermosa.

Se sentía hermosa.

—Luces bellísima, Venus.—suspira su amigo mientras acomoda mejor el cabello de la castaña.

La chica se mira en el espejo, feliz por su aspecto. Sabía que era alguien bonita, siempre se lo habían dicho, pero en ese momento, lo creyó fervientemente.

—Me siento bellísima, Nathan.—contestó con una risita.

Entonces, ambos se levantaron de la cama y salieron a la sala común de Ravenclaw.

—¡Será mejor que te vayas ahora! No querrás llegar tarde a tu cita.—chilla el rubio y su amiga no puede evitar reír.

Ella asiente y se dirige a su destino, en el carruaje, no puede evitar sentirse nerviosa y morder sus uñas perfectamente pintadas cada cinco segundos.

Cuando llega al pueblo, se dirige a Honeydukes, camina con tranquilidad, tomándose su tiempo y admirando todo con detenimiento. Jamás había visitado Hogsmeade en una cita, y se sentía extraño. Pero era una sensación placentera.

Al estar a dos tiendas de Honeydukes, Venus puede divisar a Cedric parado frente a la tienda mencionada, charlando con dos alumnas de quinto que conocía a la perfección.

Cho Chang y Marietta Edgecombe.

Venus hace una mueca pero sigue caminando en dirección a su cita, Cedric voltea a verla y se queda mudo. Estaba deslumbrante. Las chicas con las que estaba conversando pasan a segundo plano cuando la ve.

—Hola.—susurra ella mientras toma un mechón de su cabello y lo acomoda detrás de su oreja.

Venus admira unos segundos a Cedric, que viste un suéter color mostaza y unos pantalones negros junto con unos tenis del primer color. No se habían puesto de acuerdo para vestirse iguales, quizá era una casualidad gigantesca, o quizá era el destino, pero de lo que ambos estaban seguros era de que cualquiera que los viera juntos diría que son una tierna pareja de enamorados.

Y no estaban muy lejos de la realidad.

—¿Qué haces aquí?—pregunta Cho bruscamente y Venus la mira con confusión debido a su extraño tono de voz, pero antes de que pueda decir algo, Cedric se adelanta.

—Viene conmigo, si nos disculpan.—dicho esto, da finalizada la conversación que antes compartía con las dos Ravenclaw y toma a Venus suavemente del brazo para después entrar a la tienda de dulces.

Venus se siente en el paraíso, si antes la tienda de dulces era su lugar favorito, ahora que estaba con Cedric no tenía comparación.

Ambos comenzaron a elegir un par de dulces, entre risas y bromas caminaron hacia la caja, para pagar. Cedric, como el caballero que era, quiso pagar, pero antes de que se diera cuenta, Venus ya lo había hecho.

—Déjame regresarte el dinero que gastaste.—pide una vez que están afuera.

La chica niega y lo toma de la mano para correr con él hacia Las Tres Escobas. Lo había pensado y Madame Puddifoot era un lugar demasiado acaramelado para ellos. Al menos por ahora. Quizá más adelante se convertiría en un lugar donde frecuentarían en sus citas.

Si, Venus pensaba a futuro con él, a pesar de no conocerse, sentía una vibra peculiar cada vez que estaba con él.

—Por supuesto que no, Cedric.—contesta la chica cuando entran al lugar.

Inmediatamente buscan una mesa alejada de los demás para tener más privacidad, no pasan desapercibidos por nadie, pues la mayoría de los que estaban ahí eran estudiantes de Hogwarts, y el hecho de que ambos estuvieran agarrados de las manos aún, no ayudaba. Pero daba igual, no podía importarle menos lo que los demás pensaran.

—Entonces, déjame invitarte lo que vayas a querer aquí.—propuso y ella asintió.—¿Cerveza de mantequilla?—pregunta con una ceja enarcada y ella asiente mientras repite lo que el chico dijo.—En camino.

Cedric se dirige a la barra y al parecer comparte una agradable conversación con la dueña, Madame Rosmerta. En cambio, Venus comienza a analizar el lugar. Reconoce unas caras familiares entre los clientes, quienes al verla, le sonríen y alzan su mano en forma de saludo. Era el trío de oro. Hermione la mira con una sonrisa de emoción mientras levanta ambos pulgares en señal de aprobación, Harry le sonríe y Ron simplemente deja su mano alzada.

—Aquí tienes.—dice el chico al llegar.

La conversación que mantienen es agradable, y entran rápidamente en confianza, tanto, que incluso se tratan como si se conocieran de toda la vida y comparten alguna que otra broma, Venus le habla sobre sus habilidades de metamorfomaga y Cedric no puede evitar mostrarse interesado.

—Veamos, ¡Conviértete en mi!—pide el chico con una sonrisa.

—Veré que puedo hacer.—Venus le guiña el ojo y se concentra.

Poco a poco sus facciones se vuelven como las del chico, su cuerpo se vuelve masculino y finalmente, se convierte en una copia de la persona que está frente a ella. Cedric Diggory.

—Woah.—murmura asombrado.

—Bueno, aún no lo tengo muy bien dominado.—susurra algo apenada.

Cedric ríe levemente antes de agregar algo.

—De acuerdo, vuelve a ser tú misma, la imagen de mi con una falda no va a irse por mucho tiempo.—bromea y ambos ríen.—No dejas de sorprenderme. Definitivamente eres una persona intrigante, Venus D'Angelo.—susurra mientras la mira con admiración.

Venus intenta ocultar su sonrojo detrás de la jarra de cerveza al beber un poco de su contenido. Cedric también se pone colorado e imita la acción de la chica.

—Puedo decir lo mismo sobre ti, Diggory.—suspira y deja la jarra en la mesa al mismo tiempo que el chico, como si estuvieran sincronizados.

Ambos se miran a la cara y notan como tienen un bigote de espuma de cerveza de mantequilla y ríen.

Definitivamente aquella había sido la mejor tarde que habían tenido en mucho tiempo, una de las muchas que tendrían.

Resistance|Cedric Diggory.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora