TDA: Final alternativo QoAD [pt. 2]

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Emma y Julian observaban todo. Podrían destruir a Sebastian con el roce de sus dedos. Pero estaban mirando.

Magnus de pronto los recordó. Kit y Ty. Estaban en el lago haciendo el hechizo de resurrección. Hizo un Portal en un segundo y se transportó rápidamente hacia el lago. Era una escena salida de Carrie... todo estaba lleno de sangre y... los habían mutilado. Estaban irreconocibles. Excepto por dos manos unidas. Una de Ty, otra de Kit. Estaban enlazadas. Habían muerto cogidos de las manos.

Solo le hizo falta echar un vistazo para darse cuenta de que el hechizo efectivamente se había hecho y había tenido éxito.

-¿Livvy? -llamó.- ¿Livvy? ¿Estás ahí?

Livvy, o lo que quedaba de esa hermosa y dulce muchacha, se materializó frente a él. Aunque más bien era una mata de niebla azul con forma de Livvy. Livvy lucía una sonrisa angelical e inocente.

-¿Qué quieres, Magnus?

El sonido de su voz... Era tan siniestro que envió escalofríos a cada célula de su cuerpo.

-¿Qué has hecho? -preguntó con cautela Magnus.

-Kit... Kit intentó parar el hechizo y...

-Intentaste matarlo pero Ty intentó pararte y los...

-Una pena, -su voz no era de este mundo-. Mi hermano me caía bien. En cuanto a Kit... besaba mal. Solo por eso tenía que haberlo asesinado antes, cuando estaba viva.

Magnus estaba mirando la escena. Luego miró a la figura con la forma del cuerpo de Livvy y dijo:

-¿Y ahora qué vas a hacer?

La figura sonrió.

Magnus, quien nunca rezaba, rezó por sus hijos y por su novio. Por sus amigos.

Horas más tarde, Alec lo encontraría mutilado, junto a Kit y Ty.

La visión de Alec se nubló cuando perdió entre la multitud a Magnus y su hermana Izzy y su amiga Clary fueron asesinadas. Apenas notaba las manos sobre sus hombros. Sabía que eran Simon y Jace.

Ash estaba viendo todo aquello. Se sentía horrorizado y asqueado. Su tía... Esa chica Lightwood... Se sintió tan asqueado de su padre que casi vomita en los Campos.

De pronto, sintió el peso de Heosphoros en su mano. Jace de su mundo llevaba Phaesphoros. Sabía que Heosphoros había sido utilizada por su tía en este mundo.

No dudó cuando se dirigió con una calma letal y calculadora hacia Jace de su mundo. De un golpe limpio y mientras su padre estaba asesinado a cientos de cazadores de sombras y subterráneos como si fueran hojas de papel, clavó Heosphoros en el cuerpo de Jace de su mundo, en la única persona que se había preocupado por él. Pero tenía que hacerlo. Era su deber como cazador de sombras. Fue en ese momento cuando se dio cuenta que su corazón no era como el de su cuidador o como el de su padre. Era un cazador de sombras. Quería ser un cazador de sombras. Quería proteger a aquellos a los que amaba.

Sebastian notó una punzada de dolor y supo que Jace había muerto. Se giró como un resorte. Ash. Maldito bastardo. Maldito mocoso.

Ash supo que iba a morir cuando vio la furia en los ojos de su padre, quien se dirigía hacia él. Decidió no acobardarse. Iba a luchar. No dejaría que su padre destruyera otro mundo. No lo permitiría.

Sebastian atacó a Ash. Éste se defendió ágilmente con Heosphoros. Su padre llevaba otra espada. Sabía qué espada era. Era la espada de Valentine Morgenstern, el padre de su padre, su abuelo...

Su padre volvió a arremeter y Ash logró esquivarlo por los pelos. Se atacaron mutuamente durante unos minutos. Ash había nacido como un arma. No iba a perder esta batalla. Atacó con todas sus fuerzas a Sebastian de nuevo, pero éste lo esquivó limpiamente y Ash cayó al suelo. Estúpido, siseó Ash para sí, estúpido, más que estúpido.

Escuchó a su padre reír y levantar la espada.

-Tenía esperanzas en ti, Ash Morgenstern, hijo de ángeles y demonios. Resultaste ser tan inútil como Jace.

Dejó caer la espada en el cuello del chico de ojos verdes y cabello blanco. Dio en el clavo. La sangre comenzó a manar de la garganta de Ash, incontrolable. Voy a morir, pensó Ash, voy a morir. Me reuniré con mi tía, con mi abuela, con Jace.

Vio el brillo de una espada antes de cerrar los ojos.

Jace tomó a Phaesphoros, la espada caída de su versión de Thule. La empuñó. Había sido la espada de Sebastian.

Pensó en Max, su pequeño hermano. Pensó en Clary, su Clary. En Izzy, su hermana. Pensó en todo lo que Sebastian había hecho en ambos mundos. La ira, la rabia, la venganza. Esos sentimientos lo inundaron tanto que apenas se creyó cuando la hoja se hundió en el corazón de Sebastian y la punta apareció por la espalda.

-Siempre te odié y te quise, Jace, -fueron sus últimas palabras, con una sonrisa en los labios.

Jace no se detuvo a sostenerlo; corrió hacia Ash, que respiraba con dificultad. Intentó centrarse en su rostro. Necesitaba salvarlo. Necesitaba salvarlo. Le dibujó multitud de iratzes mientras le susurraba palabras tranquilizadoras. Ash asentía. Él sabía que ya era demasiado tarde; sabía que iba a morir.

Ash murió en brazos de Jace.

En el caos, Zara Dearborn se alzó de entre los muertos. 

TSC | One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora