II

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Se dirigieron a la puerta y Seokjin la abrió.

―Namjoon, antes de que te vayas, supongo que has estado escuchando las noticias... Últimamente han estado secuestrando y atacando chicos por esta área. Intenta no salir tanto por la noche y no caminar por lugares solitarios, ¿entendido? ― Seokjin le dio unas palmaditas en la espalda― Realmente me preocupa que pueda pasarte algo.

Namjoon pudo apreciar la preocupación en el rostro del rubio.

―No se preocupe, hyung, seré precavido. Siempre llevo conmigo un teaser y sé un poco de defensa personal.

―Si te encuentras con alguien sospechoso prométeme que vas a correr. ¿Qué tal si tienen un cuchillo? O peor, una pistola. Lo más sensato que puedes hacer en una situación así es correr y pedir ayuda...

―Está bien. Le prometo que correré si me llego a encontrar con alguien sospechoso.

Seokjin lo miró fijamente por unos segundos y luego le revolvió el cabello con su mano derecha.

―Confío en ti. Suerte en la universidad. Pasa cuando quieras a tomar el café.

Namjoon sintió que sus mejillas se sonrojaron un poco.

―Claro. Muchas gracias por su tiempo.

―Sabes que siempre eres bienvenido, Nammie― le contestó dedicándole una sonrisa, que a sus ojos de era simplemente encantadora.

Justo antes de cruzar la puerta escuchó su celular sonar.

―Hasta luego, hyung.

Salió del departamento 745 mientras el rubio le decía adiós.

Observó en la pantalla del aparato quien lo llamaba. Era, por supuesto, su mejor amigo, Yoongi, así que contestó mientras caminaba hacia su departamento que se encontraba en el mismo edificio.

―¿Qué pasa?

―Namjoon, ¿podrías hacerme un favor?

―Claro, no estoy haciendo nada en estos momentos. ¿Qué necesitas?

―Verás, creo que acabo de pescar un resfriado y estoy ardiendo de fiebre en estos momentos― soltó un quejido―. La cosa es que no puedo salir así y dejé mi memoria USB en mi chaqueta que olvidé en casa de Hope...

Namjoon llegó a la puerta de su apartamento y se recargó en ella.

―Ya veo. Entonces quieres que vaya por ella y la lleve a tu casa― dijo con un ligero tono de pregunta.

―Exacto.

―Está bien, Yoongi. Te marcaré cuando esté fuera de tu apartamento, ¿te parece bien?

―Mejor utiliza la llave que está debajo del tapete, porque dudo que me despierte.

Namjoon soltó una carcajada. Realmente pasaban los años y su hyung no parecía cambiar.

―Perfecto, haré eso. Iré ahora con Hope.

Escuchó un estornudo de parte de su amigo.

―Bien...― otro estornudo― Iré a dormir ahora. Saluda a Hope por mí.

Yoongi había cortado la llamada, así que Namjoon suspiró y miró en su muñeca el reloj que siempre llevaba. Aún faltaba para que oscureciera, así que, sin nada más que hacer, se dirigió a la casa de su amigo.

Al salir del edificio departamental sintió el frío de invierno topar en su rostro. Decidió caminar hasta la casa de Hope, ya que esta solo quedaba a media hora caminando, y quería pensar a fondo en lo que acababa de suceder en el apartamento de su amor platónico.

Namjoon había conocido al rubio cuando este se mudó a su mismo edificio, hace aproximadamente un año. Debía admitir que fue amor a primera vista. Seokjin sin duda, era la persona más hermosa que había conocido; y no solo era hermoso, sino también una muy buena persona.

Kim Seokjin era el ideal de un novio perfecto; tenía un buen trabajo, era guapo e incluso sabía cocinar bien. ¿Qué le podría ofrecer Namjoon al rubio?

Él simplemente era un estudiante de música; tenía un trabajo, claro, pero era indiscutible que no se comparaba al del mayor. Namjoon tenía entendido que el rubio era parte de una familia de un muy buen nivel socioeconómico, por lo tanto, era evidente que no tardaría en asumir su puesto en la industria familiar. Aún tenía problemas tratando de entender por qué un chico con esas riquezas vivía en un vecindario como el de Namjoon.

De igual manera, si Seokjin algún día tenía que heredar una empresa, indudablemente sus padres debieron de haberlo comprometido en algún momento en el pasado con una chica de la élite social coreana que favoreciera a la empresa. Porque eso era lo que hacían los ricos, ¿no?

En el tiempo que llevaba conociendo a Seokjin, este, nunca había hablado sobre tener algún interés amoroso sobre alguna mujer.

Tal vez Namjoon era algo torpe, sin embargo, no era estúpido.

Incluso el más lento se daba cuenta de las miradas que Seokjin le dedicaba algunas veces y las caricias suaves que de vez en cuando le proporcionaba.

Pero al parecer Seokjin no quería llegar más lejos de eso. Porque cada vez que Namjoon intentaba sutilmente invitarlo a salir, este se negaba, siempre poniendo de excusa que estaba ocupado con su trabajo o que estaba muy cansado.

Ahora Namjoon tenía algo claro, si Seokjin aceptaba cantar la canción y decidía dedicarle un poco de su tiempo, seguiría insistiendo con el mayor a ver si lograban ser algo más que amigos.

Como había supuesto que pasaría, lo había rechazado como siempre acostumbraba.

Al estar a pocas cuadras de llegar al departamento de Hope, escuchó a alguien gritarle.

커피 - JinNam »Omegaverse«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora