Imaginación.

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–Que chingados querías que hiciera?! –grité de vuelta –No iba a dejar que te matara frente a mi!!

–Esto es grave, al menos si yo hubiera tenido el valor de matar a esa idiota – cubrió su cara con frustración.

–O si al menos yo hubiera sabido usar el arma –dije sumamente molesta.

–Pues ahora la tendrás que aprender a usar porque no van a descansar hasta vernos bajo tierra.

–No me preocupa morir –Me encogí de hombros..

–Yo no puedo estar en esto –dijo Fabiola – mis hijos y mí esposa corren muchísimo peligro.

–Yo no sé de qué mierdas se trata esto –dije frustrada

–Vamos a casa de mí madre –dijo sumamente nerviosa –ella nos ayudará a solucionar este problema.

Me indicó hacia donde ir y manejé directo a casa de su madre. Me sentía totalmente estúpida no sé en qué momento había pasado todo este desastre.

Al llegar Fabiola salió de la camioneta como alma que lleva el diablo y solo bajé tras ella..

Entré y noté como Sandra abrazaba de manera fuerte a Fabiola quien la abrazaba de la misma manera, entré disimuladamente sin hacer mucho ruido pero en la sala me encontré con Elizabeth viendome de manera asustada.

Sostuve su mirada por algunos segundo hasta que sentí como Sandra me apretó en sus brazos y me agradecía infinitamente por haber salvado a su hija.

Solo atiné a asentir y ver incómoda a Elizabeth quien se veía angustiada.

–Que pasará? –dijo Fabiola

–Yo lo resolveré –dijo Sandra muy segura –No te quiero en esto por ningún motivo..

–Y Érika? –Preguntó Elizabeth preocupada

–No es necesario yo me sé cuidar sola –dije sería –A demás esa tipa no me vió..

–De todas maneras te pondré seguridad –Dijo Sandra mirándome fijamente..

–No creo que sea necesario, yo puedo contratar seguridad –dije tranquila.

–Deja de ser tan terca Érika –dijo Elizabeth y yo la miré con burla

–Se lo que hago –la miré molesta y esque en realidad me enojaba mucho que estuvieran ellas juntas en el mismo lugar cuando llegamos.. –Tengo suficiente edad ya no soy una niña.

Mí enojo era evidente, mí imaginación me estaba jugando mal, no tenía ni la más mínima idea de porque Elizabeth estaba en casa de Sandra pero mí cerebro ya había sacado sus propias conclusiones y eso me enojaba mucho.

–Nadie lo está diciendo – interfirió Fabiola –Solo es mejor que sea de la gente de mí madre la que se encargue de esto ya que está más familiarizada con este tipo de situaciones –dijo Fabiola con una mano en mí hombro –Te agradezco mucho lo que hiciste por mí, creo que de no ser por ti ya no estaría en este mundo..

–No es nada, lo volvería a hacer.. –dije sonriendo amablemente..

Minutos después Fabiola me ofreció su chófer y en cuanto Elizabeth escuchó, ella se ofreció a llevarme por mí coche.

–Yo la llevo, ya me tengo que ir –dijo Elizabeth

–Tu y yo estamos en algo Elizabeth –dijo Sandra mirándola seriamente.

–Si, no quiero incomodar además –dije más molesta aún –me voy con el chófer no hay problema.

–Yo te llevaré –dijo Elizabeth mirando de una forma desafiante a Sandra y después a mí –y nadie me discutirá mis decisiones.

Inesperadamente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora