El mejor regalo

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Antes de empezar a leer, muchas gracias a las personas que han estado aquí desde los primeros capítulos, siento si habían faltas de ortografía en algunos capítulos, y creo, que esto es todo, gracias otra vez y espero que os guste esta secuela número 1 ( ͡° ͜ʖ ͡°)

Amy dormía plácidamente en su cama, el sol radiante entraba por la ventana y daba directamente en las paredes de su ahora amplia habitación.
-Amy...- Escuchó la voz del chico llamándola, y después sintió un beso en su mejilla
-Amy, feliz aniversario- Amy sonrió sin abrir los ojos, abrazando a su esposo.
-Ya no me acordaba... lo siento-
-Hacemos nueve años hoy- Amy por fin abrió los ojos, vió a Jack mirándola sonriente. Ahora él no llevaba pendientes, ni tenía el pelo tan largo como para cubrirle un ojo, pero seguía teniendo algunos pequeños mechones grises al final. Su cara era más varonil, y cuadrada, y una no muy espesa barba adornaba su barbilla y mentones.  Amy se desperezó y llevó sus manos a la cara de Jack. Él se acercó a la chica y le besó en los labios.
-Nueve años es muy poco...- Murmuró Amy sonriendo. Jack le besó otra vez en los labios, dulce. Él se incorporó y levantó a Amy como una novia, llevándola al salón. Los dos rieron porque Jack la llevaba con mucha facilidad. La dulce risa de Amy resonaba por las paredes, y cuando Jack llegó al salón con su mujer en brazos, la sorprendió con un suelo de madera cubierto con pétalos de rosa, formando la frase '9 y muchos años más contigo'. Desde que estaban juntos, Jack se había hecho muy detallista y romántico. El chico bajó a su chica de sus brazos y ella se llevó las manos a la boca, aguantando las lágrimas. Se giró y miró al chico, sonriente.
-Te quiero Jack, y me alegro haber bailado contigo aquella noche...- Amy abrazó a su marido, llorando en su hombro.
Ahora ella ya era más alta y llegaba a la barbilla de Jack, porque tenían 31 y 32 años. Jack besó a Amy en la frente y después la agarró del mentón y le volvió a besar en los labios. Se abrazaron por varios minutos hasta que se separaron y pasaron el resto de la mañana juntos.
-Amy, feliz aniversario, siento que no podamos estar allí con vosotros Haru y yo, os quiero...- Amy recibió un mensaje de Aiko, quien residía en Japón con Haru, su marido. También les llegó un mensaje de los padres de Amy y la madre de Jack. Ellos leyeron los mensajes abrazados, mientras comían unos pastelitos que Amy había preparado el día anterior para el aniversario. En ese momento, tocaron al timbre, los dos se miraron y Jack se levantó a abrir la puerta. Amy se levantó y escuchó unas voces muy familiares, y al girar la esquina, la chica pudo ver a Max y a Jack abrazándose felices, y a su lado, Lucas, muy cambiados. Max había crecido dos palmos, sin ser más alto que Jack, tenía una barba corta y el pelo un poco más corto, pero su cara de buena persona seguía siendo la misma.  Lucas usaba lentillas, tenía la cara más alargada y cuadrada, se había cortado la parte de atrás del pelo y era más alto. Amy corrió hacia ellos y abrazó a Lucas, porque hacía cinco años que no lo veía. Él le abrazó riendo, todavía sorprendido. Amy abrazó también a Max sonriente y a punto de llorar. Max sintió otra vez esa calidez en su pecho al sentir que Amy volvía a estar cerca suyo.
-Os he echado de menos chicos...- Ellos la miraban de arriba a abajo felices, comentando lo que habían cambiado, sin quedarse ella atrás.
Amy ahora tenía el pelo un poco más largo, solo llevaba la parte de arriba del pelo recogida en vez de una coleta, y le llegaba por sus hombros, la cara un poco más alargada y las caderas un poco más anchas. También llevaba un pequeño brillante en la parte superior de la oreja, muy fino. Jack les invitó a tomar algo, y ellos aceptaron. Pasaron dentro y Amy y Jack prepararon algo para picar. Amy estaba un poco cansada, pero la felicidad le hacía olvidar que se encontraba mal. Cuando se sentaron en el sofá a tomar algo, Amy tenía mala cara, y Max se dio cuenta.
-¿Amy estás bien?- La chica asintió con una mano en su vientre, disimulando. El rato pasó y Lucas y Max se marcharon. Ahora, Max vivía en Missouri porque al acabar de estudiar en la universidad, le dieron trabajo como profesor de Educación Física. Lucas vivía en Nueva Jersey, muy lejos también, porque lo había aceptado en una universidad muy prestigiosa, gracias a su pasión por los libros y la historia. Jack cerró la puerta y escuchó a su mujer subir las escaleras rápidamente.
Amy se encerró en el baño, y rápidamente levantó la tapa del bater, con angustia.
-¿Amy?- Preguntó Jack extrañado. Se escuchó una respuesta muy débil por parte de la chica, quien estaba sentada en el suelo, al lado del retrete.
-¿Te pasa algo?- Preguntó el chico, subiendo las escaleras
-No, estoy bien...- Se escuchó a la chica vomitar, a lo que Jack intentó abrir la puerta del baño. El chico hizo tanta fuerza que el pestillo de la puerta salió volando, haciendo a Amy asustarse. Jack recuperó el aliento, y cuando vio a su chica tirada en el suelo, se arrodilló a su lado
-Creo que algo me ha sentado mal...- Supuso Amy, con una falsa sonrisa
-Pero si casi no has comido nada...- Dijo Jack mirándola a los ojos.
-No soy buena cocinera, seguro que han sido los pastelitos...- Jack le dijo que eso no era verdad, y que fueron los mejores pastelitos de toda su vida.
Los dos se miraron, un poco tristes. Jack le preguntó a la chica si eso había sido todo, y ella dijo que creía que si, así que él la levantó y la llevó a la cama. Le arropó y le trajo un cubilete por si acaso. Besó su frente y le dijo que se mejorara, y Amy sonrió. Jack bajó a la cocina y le preparó un medicamento contra el dolor de estómago, esperando que con eso se mejorase. El resto del día, los dos lo pasaron en la cama, Amy tumbada y Jack abrazándola y dándole calor porque su cuerpo estaba un poco frío.
-Jack- El chico abrió los ojos candado, al escuchar a su mujer llamarle
-Siento haber arruinado nuestro día especial, yo quería llevarte a cenar esta noche- El chico sonrió, para después acercarse un poco más a Amy
-No me hace falta ir a cenar a ningún sitio, me sobra con estar aquí contigo- Amy sonrió, y abrazó a Jack.

Por la noche, cuando todo estaba oscuro, Amy se levantó para ir al baño, dejando a su esposo en la cama. Al entrar, se miró al espejo y vio su cansada cara en el reflejo.
Cuando volvió a la cama, le costó un poco dormirse, pensando en lo que podía ser, ¿tal vez una gastroenteritis, una gripe, un cólico? La chica durmió en los brazos de su marido, pensando en todo lo que podía ser...

A la mañana siguiente, Amy se levantó con un dolor en el abdomen. Fue al baño y un poco asustada buscó en internet que podía ser. Las opciones en las que había pensado la noche anterior aparecían junto con muchos otros casos, pero hubo uno que alarmó a la chica. Aquella palabra tan temida por ella, tan extraña, tan nueva... 'Embarazo'. La chica buscó en los cajones el test de embarazo que tenía desde hacía unos meses, no se sabía por qué y lo comprobó. Leyó las instrucciones y realizó el test, esperó sentada en el suelo, asustada y emocionada a la vez. Apretaba sus manos con fuerza, sujetando aquel aparato tan extraño, esperando una respuesta.

Jack se despertó y no vio a Amy en la cama, y extrañado, supuso que se había ido al baño a vomitar. Le costó un poco levantarse, pero cuando lo hizo, escuchó a Amy tirar de la cadena, mientras sollozaba. Jack caminó hacia el baño alarmado, al haberla escuchado llorar, pero Amy salió antes y corrió hacia él, abrazándolo feliz. De tanta fuerza, la chica tiró a su esposo a la cama otra vez, con lo que le había costado levantarse...
-¿Ya te has recuperado?- Amy lloraba de en el pecho de Jack y cuando levantó la mirada, el chico se vio prendado otra vez por la mirada de su chica. Amy sonrió sin poder ocultar su felicidad, enseñando el test en positivo a Jack. Los ojos del chico se agrandaron y empezaron a humedecerse.
-A-Amy...- Jack sonrió y abrazó a su mujer con fuerza. Ella rió torpemente, entre los brazos del chico. Los dos se levantaron y Jack alzó a la chica por los aires.
-Espero que esto no sea un sueño- Dijo el chico feliz, acariciando la cara de Amy. Ella negó con la cabeza, sin dejar de sonreír. Sin todavía poder creerlo, Jack tocó el vientre de la chica. Todavía no se sentía nada, pero sabía que ahí dentro estaba su futuro hijo o hija, y eso le hacía muy feliz.

EL DIARIO DE AMYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora