"No digas que fui yo"

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Al día siguiente, al oír a un monitor tocar a la puerta, Amy siguió la rutina de todas las mañanas en el campamento, asearse, vestirse e ir a la caseta central a desayunar. Aiko y las demás  también se despertaron y fueron juntas a la caseta. Cuando entraron a la zona donde estaban las mesas, había poca gente allí, pero Amy no vio ni a Max ni a Sam, así que se sentó con las compañeras de habitación en una mesa. Cada una eligió lo que tomaría de desayunar, y conforme pasaba el tiempo, el comedor se llenaba poco a poco de gente. Amy vio a Max entrar y lo saludó con alegría. Él sonrió contento. Jack iba a su lado, serio y mirando al suelo. Max y Jack se sentaron en la mesa de al lado, con sus compañeros de habitación, con Lucas también. Amy saludó al de gafas y él sonrió saludándole. Después de un rato, Amy vio a Sam entrar por la puerta, sonriendo mientras miraba hacia atrás. Amy levantó la mano para saludarlo pero al hacerlo, vio a una chica de pelo rubio rizado y ojos marrones entrar por la puerta. Amy quitó su sonrisa de su boca, perpleja. Miró a su plato y continuó comiendo como si no hubiese visto nada
-¿Ha pasado algo?- Preguntó Aiko. Ella negó con la cabeza, nerviosa. Aiko miró a su alrededor, y vio la escena, dándose cuenta.
-Oye, no pasa nada, tú te mereces a alguien mejor- Amy levantó la vista para mirar a Aiko y acto seguido miró a Max, quien estaba en la otra mesa, riéndose con sus amigos. Aiko lo miró también
-Él es el que siempre hará lo que sea por ti- Amy no dejaba de mirar a Max, pero por un momento, centró su vista en Jack. Él siempre parecía estar muy solo y triste, pero Amy dio por sentado que formaba parte de su personalidad, igual que todo el mundo...
La chica miró de nuevo a Sam, quien reía con la chica, en una mesa donde estaban sentados solo ellos. Ella decidió dejar de pensar en el tema, apartando su mirada de ellos.
Un monitor avisó de las actividades de hoy, que serían escalada y exploración de cuevas. Todos escucharon atentos, y al terminar de desayunar, todos se fueron a prepararse. La escalada la hicieron en un pequeño acantilado de roca gris, de tres metros de altura. El monitor explicó que tendrían que trabajar en equipo para que nadie se cayese. Aiko, Lucas y Amy se pusieron juntos, como en los viejos tiempos, y se la pasaron muy bien. Max y Jack se pusieron juntos, después de mucha pelea por parte de Jack. A él no le gustaban los sitios altos, pero al final se vio obligado a hacerlo. La mañana pasó rápido, y después de la actividad de escalada, fueron a la exploración de cuevas, la cual fue muy interesante para todos. Entraron en una pequeña cueva y un monitor especializado en la actividad explicó la leyenda que había de esa cueva.
-Hace miles de años, una joven escapó de su prometido que la había torturado durante años y se refugió en esta cueva. Todo el mundo la buscó durante muchos días, pero había desaparecido. No había ni un rastro de ella en ninguna parte, pero una noche, años después de la desaparición, un explorador se hallaba perdido en medio de ningún sitio. También se refugió en esta misma cueva, escapando de la lluvia. Cuando por fin se estaba quedando dormido se le apareció la chica delante de sus ojos, vestida de blanco, herida y magullada por todos lados. El explorador se asustó pero ella le suplicó que la ayudase. Él accedió un poco temeroso, y cuando el explorador se levantó para ponerse en marcha, la chica había desaparecido, y en su lugar una serpiente había aparecido en el suelo. Desde entonces, esa misma serpiente repta por esta misma montaña, en busca de presas que llevarse a la boca...- Cuando el monitor terminó de contar la historia todos le miraban asustados. Algunos miraban alrededor y a sus pies, comprobando que no había ninguna serpiente cerca suyo. A Amy le había encantado la historia, porque le gustaban las historias de miedo. El monitor explicó datos interesantes sobre las cuevas y con esto, todos se relajaron. Volvieron al campamento otra vez, comieron y descansaron un rato. El resto de la tarde, hicieron pequeñas actividades en el propio campamento, como tiro con arco u otros mini-juegos. Al empezar a anochecer, antes de cenar, estuvieron en el campamento haciendo lo que ellos quisieron, y Amy estuvo en la caseta con Aiko y sus otras compañeras. Hablando de las actividades de hoy y de la historia de la cueva.
-Oye, ¿vosotras creéis que la leyenda es cierta?- Algunas dijeron que no y algunas que si, pero Amy no sabía que responder. Aiko decía que no, pero ella dudaba. Después de hablar un rato más, Micaela miró el reloj y dijo que ya era hora de cenar, así que todas se levantaron y fueron a la caseta central.
-Ire a sentarme con ellos- Avisó Amy. Sus compañeras accedieron y la chica fue sentarse con Max y Lucas.
-¡Hey Amy!- Saludó Max. La chica se sentó en la mesa, al lado de Matt y en frente de Max, Jack y Lucas. El chico del pelo gris la miró serio, empezando a comer. Max, Lucas y Amy hablaban contentos, pero en un momento dado, Amy miró a un lado y vio otra vez a Sam y la chica. Max los miró también y le dio ánimos a Amy.
-Gracias por todo, Max, creo que me voy a la cama ya...- Amy recogió su bandeja, se despidió de todos y se levantó de la mesa, un poco triste. Max la siguió con la mirada un poco triste, igual que Lucas. Cuando todos terminaron, se levantaron y se dirigieron a sus cabañas. La noche se hizo pesada para Jack, quien salió a fuera a tomar el aire, alrededor de las doce. El sonido del bosque lo relajaba, pero no sabía porque estaba tan nervioso e inquieto y porque no podía dormir. Suspiró y frotó sus ojos, mirando alrededor. Miró la caseta central, y vio a Sam y la chica de pelo rizado bastante cerca el uno del otro, coqueteando. Jack apartó la mirada porque le dio asco tan solo ver a Sam. Vio por el rabillo del ojo a Amy, saliendo de su caseta, y sabía que pasaría algo malo si veía la escena. La chica caminó y cuando miró hacia la entrada de la caseta central, los vio. Amy paró en seco, perpleja. Empezó a respirar agobiada, derramando unas lágrimas por sus mejillas. Sam la vio y se separó de la otra chica. Amy corrió torpemente hacia el bosque, limpiando sus lágrimas y siendo seguida por Sam. Jack sintió un incomprensible odio hacia el chico, apretando sus dientes y sus puños con rabia. Quería golpearle en la cara y darle una paliza como si fuese un saco de boxeo, pero en vez de hacerlo, fue tras Amy.

EL DIARIO DE AMYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora