El chulo y la enana

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El cuarto día en el instituto... Amy miró su móvil para apagar la alarma, se levantó todavía dormida y siguió la rutina de todas las mañanas: asearse, vestirse, desayunar y marcharse al insti. Caminaba tranquila, llegaba pronto así que no tenía de que preocuparse. Se puso a pensar en las materias que tocaban esa mañana, y que debía hacer. Tenía pensado apuntarse al club de kárate del insti en los próximos días, porque ya lo había consultado con sus padres y estaban de acuerdo. Estaba ansiosa por ver a Aiko, era una buena amiga y se llevaban muy bien. Al llegar al insti, acudió a secretaría para apuntarse a kárate, entregar la solicitud y rellenar el formulario. Se despidió y subió a su clase, donde Aiko la esperaba apoyada en la pared del pasillo mirando el móvil. Aiko levantó la mirada y sonrió.
-Buenos días, Amy- Inclinó su cabeza saludándola. Amy la saludo sacudiendo su mano. La chica dejó la mochila en el suelo y se apoyó en la pared, dejándose caer para sentarse en el suelo, al lado de Aiko. Se pusieron a hablar de sus cosas y reían alegres. Poco a poco empezaron a llegar más compañeros, algunos se unían a Aiko y Amy, y otros simplemente se quedaban apoyados en la pared mirando el móvil esperando al profesor.
Cuando este llegó, todos se levantaron y cogieron sus mochilas, para entrar a clase.
Tocaba tecnología, y era la primera clase que tenían en toda la semana, así que todos saludaron alegres al profesor. Al entrar a clase, miró hacia atrás y hablar a Aiko, y al hacerlo, vio a Jack, el chico misterioso del otro día que venía siempre tarde... Amy se sorprendió al igual que Aiko.
-Qué raro es verlo a primera...- Dijo Aiko al mirar donde miraba Amy. Se fueron a sentar, al lado de la ventana, porque era el sitio favorito de Amy. Jack y Max se sentaron al final de la clase, y sacaron las cosas. La clase comenzó, y todos tomaban apuntes y atendían al profesor. La clase seguía su ritmo, pero Amy y Aiko murmuraban y se reían en voz baja algo que el profesor veía.
-Amy, Max intercambiar vuestros sitios, la próxima vez aprenderéis la lección y no hablaréis en mi clase... Aiko y Max al lado de la ventana, Jack y Amy en la fila del medio- Amy se puso blanca y Max hizo un pequeño sonido de queja... Jack miraba hacia otro lado, aburrido y Aiko miraba al profesor seria.
-Pero profe, Jack no trabaja a menos que yo le anime, necesita mi ayuda- Dijo Max levantándose de su sitio en tono de protesta.
-Si Jack no trabaja y suspende, es su problema, y no el tuyo, ya se las apañará- Respondió el profesor, sin cambiar de opinión.
-Profesor, Amy es nueva, la tengo que ayudar- Dijo Aiko levantando la mano, con respeto
-Ya se acostumbrará, al fin y al cabo es nueva- Los tres suspiraron rendidos, nadie podía dejar mal a ese profesor... menos Jack, quien hoy estaba callado. Sin rechistar, Amy y Max intercambiaron sitios quedando sentados como había dicho el profesor.
-No... por favor...- Murmuró Max al ver a Amy y Jack juntos, si no se sentaba con Jack no podía vigilarlo y podía hacer cualquier cosa a Amy. Aiko miró a Max extrañada.
-¿Qué pasa?- Preguntó Aiko
-Jack odia sentarse con chicas, y más con chicas que podrían cerrarle la boca, como ella- Aiko le miró un poco asustada.
-Genial, con la enana...- Murmuró Jack mirando al frente, aburrido. Amy lo miró, frunciendo el ceño
-Tienes algún problema, ¿chulo?- El profesor les soltó una mirada amenazante que hizo que dejaran de hablar. Jack miró a Amy por el rabillo del ojo, malhumorado, ella estaba organizando su mesa, y al verle, le miró con la misma mirada. En ese momento, supieron que se iban a llevar mal entre ellos.
-Tu presencia- Dijo Jack sin quitarle el ojo de encima a Amy, ella le miraba con el ceño fruncido.

La clase se hizo bastante pesada para los cuatro jóvenes a los que les costaba adaptarse

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La clase se hizo bastante pesada para los cuatro jóvenes a los que les costaba adaptarse. Cuando por fin acabó salieron y se reunieron con sus antiguas parejas. Jack y Amy eran los más molestos. Las siguientes dos horas antes del patio, se pasaron algo lento, y fueron un alivio para Amy y Jack, quienes ya no se sentaban juntos. Al llegar la hora del patio, todo seguía su ritmo normal, Amy y Aiko con el grupo de siempre, y Jack y Max con el grupo de repetidores. Amy estuvo un poco desanimada durante el patio, comiendo su comida un poco agresiva. Aiko le preguntó que le pasaba
-Ese chulito me saca de mis casillas- Dijo sin quitar la mirada de un punto, de Jack, quien se encontraba en la otra punta del patio. Aiko miró a Jack, y le dijo que Amy que era normal, Amy apartó la mirada y miró al suelo. Al subir a clase, esperando al profesor, estaban todos menos Jack y Max, ellos siempre subían un poco tarde. Cuando llegó la profesora, Max el lado de Jack quien iba detrás de la profesora con un pequeño roce en la mejilla, prueba de que se había peleado. Todos murmuraron,  mientras la profesora abría la puerta. Y justo cuando Amy iba a pasar a la clase, Jack se interpuso y entró el primero, empujando a Amy hacia atrás, cayendo sobre Aiko quien la agarró con los brazos. Amy se enfadó bastante, mientras todos le preguntaban si estaba bien.
-¡Oye!- Jack la ignoró y siguió su camino sin ni siquiera mirarla a la cara. Amy se quedó de pie al lado de la puerta, viendo como Jack se iba. La clase continuó y Amy estaba enfada, incluso un poco colorada. Aiko no sabía que decirle para que no estuviese así, porque tenía razón, Jack era detestable.

El resto del día pasó técnicamente rápido, Jack hizo unas cuantas cosas más aparte de las que había hecho por la mañana, y Amy las aguantaba con indignación.
A la hora de irse a casa, Amy estaba desanimada, no quería hablar y solo se mostraba diferente con Aiko y otros pocos compañeros de clase. Amy emprendió su viaje a casa, sus pasos mostraban enfado, su cara confusión y su postura indignación.
Al llegar a casa, subió las escaleras rápidamente, porque quería llegar a su habitación y olvidarse de todo el mundo. Su madre se quedó con la palabra en la boca, un poco extrañada.
Amy entró en su habitación tiró la mochila al suelo, cerró la puerta y se tiró a la cama. Soltó un largo suspiro de cansancio, pensando en aquel largo día de instituto.
Se incorporó y miró su escritorio, con algo de nostalgia. En él estaba su diario cerrado. Amy miró el diario triste, se levantó y acudió a su escritorio para escribir todo lo que había pasado esa mañana. Se sentó y miró el diario sin expresión en su cara y después de unos minutos, empezó a escribir todo lo que pensaba sobre Jack, lo que había pasado y sobre lo que sentía, desbordando sus sentimientos de enfado.
Alguien llamó a la puerta, y ese alguien era su madre, quien preguntaba por que estaba así
-Amy, cariño, ¿Ha pasado algo?- Dijo ella mirando a su hija quien no separaba la mirada de su diario.
-No es nada importante- Contestó en un tono monótono, mientras seguía escribiendo en el cuaderno.
-¿Te apetece hablar de ello?- Amy miró a su madre, con los ojos un poco cristalinos.
-Vamos al comedor- Dijo su madre haciendo un gesto para que bajase. Amy se levantó y las dos bajaron abajo. Se sentaron en el sofá y se pusieron cómodas, una enfrente de la otra.
-Dime, que te ha pasado...- Preguntó su madre mirándola.
-Esta mañana, el profesor nos a separado a Aiko y a mi porque estábamos hablando y me ha cambiado por otro compañero de clase que se sienta con un repetidor...
El caso es que a ese repetidor, le caigo mal. Se ha metido varías veces conmigo hoy... No ha hecho nada importante, pero me ha molestado-  Su madre asentía y después de unos minutos sugirió algo
-¿No se lo has dicho a algún profesor?-
-No, no creo que sea necesario, Aiko me ha dicho que es un malhumorado por naturaleza... Y además, si lo digo ahora, voy a quedar como una chivata, y prefiero aguantar a tener una mala reputación-
-Cariño, pero- Dijo su madre
-Mamá, no te preocupes, ya avisaré a alguien cuando las cosas se pongan feas... puedo aguantar un poco más a a ese hijo de su m-
-Amy...!-La chica se vio interrumpida por su madre. Amy rio al ver la cara de su madre

 Amy rio al ver la cara de su madre

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Amy se incorporó para levantarse. Su madre sonrió y le dijo que estaba muy orgullosa, que quería que le contara todo y que quería ayudarla cuando ella se lo pidiese. Amy abrazó a su madre y se fue arriba después de darle las gracias. Entró en su habitación, puso algo de música y miró un rato el móvil.

Los siguientes días, Amy tomó que Jack la acosara con enfado, pero después, supo manejarlo con otro tipo de actitud...

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