El lugar

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Al llegar, estábamos en una casa bastante amplia, donde se podían observar caras obras de arte y esculturas. O el fallecido era de una familia adinerada, o había logrado grandes éxitos laborales. Nada parecía fuera de lugar, quitando la cinta policial y a los dos policías que consultaban al hombre, nada había sido movido de lugar ni había puertas forzadas. A simple vista, ningún asesino podía haber entrado ni salido sin las llaves, así que lo más fácil es suponer que fue un suicidio, la mayoría de respuestas que da la policía por no trabajar de más. Pero, al entrar a la habitación de la víctima, al ver el cadáver, se me heló la sangre. Un señor, de unos 47 años de edad, se hallaba muerto en mitad de la habitación, la causa: tres marcas de garras en el pecho y la cabeza. Entonces me asaltaron las dudas: ''¿Un suicidio, entonces dónde está el animal?'' ''¿Un asesinato, quién es tan despiadado de usar un animal de tan grandes dimensiones?'' ''¿Un animal salvaje, cómo habría entrado?''. El caso iba a ser difícil, pero me dispuse a empezar. Lo primero, tantear el terreno, ¿quién era el hombre?¿tenía enemigos? es decir, las preguntas básicas para un caso. Fui ha hablar con el personaje de la gabardina, pero ya no estaba, así que pregunté a la policía, no pensé en que fuera extraño que el cliente se marchase tan pronto, una mala decisión tras otra. Conseguí un par de datos: su nombre, Esteban, y su trabajo, dirigía una fábrica de calzado, muy exitosa, lo que explicaba todas sus posesiones caras. Al llegar a mi oficina, me informe un poco más. Tenía un par de competidores, los cuáles, debido a su éxito, podrían haber planeado su muerte. También busque por las zarpas de animales más grandes. Las más parecidas, los osos pardos. Imposible, estamos  demasiado lejos de la residencia de osos pardos más cercanas. Si hay un asesino (mi mejor hipótesis), o bien tiene mucho dinero y buenos contactos, o ha hecho disimular sus golpes de arma blanca cómo arañazos monumentales. Se hacía tarde, pensaría mejor por la mañana. Me fui a la cama (si, vivo en mi oficina, es más cómodo, sobretodo cuando tienes todas las habitaciones necesarias) y me acosté. Pero, en mitad de la noche... 

Nocturnis tenebrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora