Epílogo

2.4K 106 25
                                    

¿Cuánto tiempo había estado detenido en la oscuridad? ¿Cuánto tiempo había estado preso? ¿Cuánto tiempo más iba a tener que esperar? Él no lo sabía. Pero ya no importaba.

Kirie agarró la esfera bermellón en el pecho, confirmando su calor y compartiendo su pulso. Él estaba bien. No tenía miedo. No necesitaba otra cosa, mientras sostuviera la esfera en su pecho.

Porque encarnaba todas las esperanzas y sueños de Kirie.

Él la aferró, abrazó y la besó. Lamió, mordisqueó y la amamantó. Una y otra vez. Y esperó pacientemente. Un tiempo, suficiente, del cascarón del huevo bermellón podría salir aquella cosa que Kirie deseaba más.

Poco a poco, gradualmente, el tono y forma cambió. El huevo eclosionó y se transformó. Por fin, una forma humana surgió. Esbelto y desnudo, con el pelo negro. La cosa que Kirie deseaba y anhelaba se mostraba, como una ofrenda consagrada sólo a él.

Reprimiendo su corazón palpitante, Kirie se acercó más y cantó un hechizo en el oído del ser humano. El nombre de la ofrenda consagrada. Su dulce y amado...

—...Riki.

Los párpados cerrados se abrieron ligeramente. Los engañosos ojos, reflejaron la enjaulada oscuridad y rebosaron de calor húmedo, mirando hacia Kirie.

—Riki...

Una vez más, Kirie murmuró el nombre y lo beso reverencialmente. Cuando lo hizo, Riki le acarició el pelo. Tomándolo como una señal, Kirie lo besó con más ardor.

Riki... Riki...

La fiesta acababa de empezar. Nadie podía decir cuándo terminaría. 

Ai No Kusabi - Vol. 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora