Capítulo 8

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Ese hijo... de... perra de Iason, no puedo creerlo...

En cuanto Raoul regresó a su residencia después de la fiesta junto con su pet, Elisha, dejó escapar un gran suspiro. Él se ha superado.

Raoul no podía creer el castigo de Riki por sus modales en la fiesta. No le preocupaba el castigo mismo, pero si las secuelas. En cuanto a lo que a él respectaba, este asunto con el retornado era un escándalo sin precedentes. Era una locura.

La última vez que Iason había llevado al mestizo de los barrios bajos a Eos había desatado un pequeño huracán. Esta vez, era diferente, más peligroso que un desastre natural.

Los física y mentalmente inmaduros pets estaban siendo expuestos a una sexualidad peligrosa protagonizada por los vicios de Riki. Era como exponerlos a la radiación.

A los ojos de esas élites que habían conocido a Riki previamente, este era un notable giro de los acontecimientos. Incluso olvidando que Riki había sido liberado de nuevo en los barrios bajos sin un anillo de pet activado, el grave estado de su impensable calidad de "retornado" era innegable.

Una vez conocido como "vulgar e insubordinado", Riki ahora mostraba una madurez recién descubierta. En Eos, donde los jóvenes pets eran sometidos a ciclos interminables, este cambio en Riki era asombroso.

Raoul, al ver a Riki de nuevo después de un año y medio, se encontró mirando al mestizo en toda su extensión y crudeza. Esos tres años Riki había sido criado en Eos para bien o para mal, después de todo. Como un pet, un mestizo de los barrios bajos no debía tener valor al final del día. Pero la existencia de Riki asestó un duro golpe a lo que las élites consideraban como sentido común.

En lenguaje llano, Riki era una granada de mano lanzada en una escena deslumbrante, pero lánguida de tranquilidad. A pesar de la pretensión de Iason de romper las reglas, no podía prever todas las consecuencias.

—Un simple pet. El pago de una deuda no debe requerir mantener a la cosa durante tres años completos.

Excepto que, en el epicentro de la tormenta, Iason había sido tragado por un vendaval impredecible y desgarrado.

—Comenzó como un simple capricho, pero fue absorbido tan profundo que hasta me sorprendió incluso a mí. Especialmente después del asunto de Mimea. A pesar de ser un androide, Iason se comportó como un ser humano ordinario. Él es incomprensible.

Si te dijera que yo... me enamoré de Riki, probablemente te reirías ¿lo harías, Raoul?

Iason había dicho eso con un rostro serio, sin indicar cuan grave era la sugerencia que estaba haciendo.

Era una confesión que Raoul no podía sacar de su mente. Incluso después de tanto tiempo, se encontraba inexorablemente en en lo profundo de sus pensamientos.

El regreso de a Riki a los barrios bajos sin borrar su registro de pet, y luego traerlo de vuelta a Eos a vivir... Bien, no era como si los Blondies hubieran estado en silencio sobre el asunto.

Sin embargo, Iason tejió su estrategia usando cada laguna en la Ley de pets y torció la verdad para que se adaptara a sus propósitos, y nadie lo detuvo, a pesar de las muchas objeciones y quejas. Pero Júpiter afirmaba claramente que, técnicamente, la ley no había sido violada.

Sin exponer ninguna debilidad, Iason había preparado todo para torcer la lógica para su propia ventaja. Finalmente, su inteligencia había triunfado. Era difícil llegar a cualquier otra conclusión, y no pocos se encontraron actuando de maneras que no podían comprender solo por la razón.

Pero lo cierto es que los Blondies no podían contener su curiosidad. ¿Qué tipo de reacción en cadena desencadenaría Riki esta vez después de su ausencia de Eos? La curiosidad y un espíritu de aventura eran cualidades en los Blondies. Navegaban interminables laberintos y resolvían incomprensibles puzles, pues era más el ansia de conocimiento la sustancia de su existencias, grabadas eternamente en sus mentes.

Ai No Kusabi - Vol. 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora