Le faltaban un par de papeles para completar la inscripción al nuevo año escolar de Sophia, y es que Denise se había encargado de dejar todo organizado pero algunos informes de su pequeña hija faltaban, al igual que su acta de defunción. Como buen abogado era un necio del orden en cuanto a papeles se trataban, necesitaba tener todo en orden para evitar malos entendidos más si se trataba de la custodia de su hija y de sus estudios.Había decidido ir a Costwolds, el lugar donde Denise y Sophia habían vivido los últimos años y donde aún quedaban cosas por resolver. Esta vez iría solo, se había tomado unas horas en la mañana para hacer todas las diligencias mientras dejaba a Sophia en la escuela y a cargo de Alice que desde que había llegado a casa eran inseparables, cosa que lo aliviaba porque podía hacer todo sin preocuparse de la seguridad de su hija, en todo caso había mandado a instalar cámaras en su departamento para tener todo controlado cuando el no estuviera.
Apagó el coche en la puerta de la escuela donde estudiaba su hija y preguntó por la oficina de la directora informando que era lo que venia a hacer. Después de unos minutos lo hicieron pasar a la gran oficina que era presidida por un antiguo escritorio de madera maciza, detrás de el se encontraba una mujer rubia de unos cincuenta años o un poco más, lo recibió con una cálida sonrisa y le pidió que tomara asiento.
— Mi secretaria me comentó que es el padre de Sophia Kana, es una de nuestras mejores estudiantes debo decir y una lastima que haya dejado de venir a la escuela por la situación con Denise, espero que todo se haya arreglado.
— Si, Sophia es muy inteligente — dijo orgulloso de su pequeña — ahora yo estoy a cargo de ella y por ende empezará el nuevo ciclo escolar en Londres donde yo vivo.
— Es una pena la verdad, Sophia estaba tan acostumbrada a este lugar y a su madre — estaba seguro que era así pero no le quedaba más que hacerse cargo y seguir con su nueva vida.
— Comprendo totalmente, pero Sophia es una niña que se adapta muy rápido, está feliz de poder empezar el colegio en Londres y es por eso que vine por algunos papeles que me hacen falta.
— Entiendo, dígame en que puedo colaborar y con gusto se los daré — la mujer se mostró amigable ante su pedido aunque triste por la partida de su hija de la escuela.
— Necesito sus ultimas notas, los años que cursó Sophia aquí y si es posible una carta de recomendación por parte de usted y sus profesores.
— Con gusto lo haremos señor Aldridge.
Salia del lugar satisfecho con lo que había conseguido, ya tenia todos los papeles que necesitaba para Sophia pero algo que le había parecido raro era la forma en que la directora hablaba de Denise. Era como si para ella siguiera viva, como si la hubiera visto el día anterior pero no era posible quizás eran solo imaginaciones suyas o sus profundos deseos de verla aunque fuera una ultima vez. Caminó por las calles del pueblito esperando quizás encontrársela entre miles de personas que visitaban el mercado o en alguna parte de la plaza principal pero no tuvo suerte.
Compró un par de cosas que sabía le iban a encantar a su hija y cuando la lluvia empezó a caer sobre él corrió hasta su auto a resguardarse como la mayoría de gente que escapaba de las grandes gotas que caían del cielo. Marcó el número de la oficina colocando el auricular mientras tomaba camino de vuelta a Londres, Helena había retrasado sus citas pero era de vital importancia que llegara a atender las de las horas de la tarde pero sobre todo uno de los juicios que llevaba en conjunto con Blake. Detestaba llegar tarde y mucho más que Blake se lo recordara porque era un martirio chino el resto del día tener que escucharla darle cátedra como si fuera su madre.
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Eres tú
RomansaScott Aldridge es un atractivo abogado inglés que ha formado su gran fortuna gracias a su arduo trabajo y su pericia para resolver casos. Por su vida han pasado un incontable número de mujeres que solo le han servido como placer sexual y para divers...