Capitulo 8

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Dos. Tres. Cuatro. Cinco de la mañana. Una vez más me desperté antes del amanecer, eso ya me estaba asustando, debo admitirlo. Me senté al borde de la cama y me pasé las manos por la cara. Una pesadilla más como esa y tendría que tomar un tranquilizante para dormir. Me levanté tranquilamente y caminé por los silenciosos pasillos del departamento. Se suponía que Tay, Chris y Diana estaban dormidos y yo aquí, deambulando por la casa como un zombie. Bebí un vaso de agua en la cocina y decidí continuar mi ritual matutino. Mirar el sol bañar a Manhattan.

Subí las escaleras hasta la terraza, pero me sorprendió ver una silueta tumbada en la tumbona. Como todavía estaba oscuro, no pude identificar quién era. O había realmente alguien allí, o me estaba volviendo loca y veía cosas. Me acerqué lentamente y noté que Diana estaba durmiendo. Ella era una muñeca y sentí que mi cuerpo se quemaba de inmediato, la bastarda además de hermosa, tenía un cuerpo hermoso. Noté un poco más sus detalles y realmente, ella se parecía mucho a Camila. Simplemente no podía dejar que eso me viniera a la cabeza. Me senté en la tumbona junto a la de ella, pero este hizo un chirrido que despertó a Diana y ella me miró sorprendida pero luego relajada, dándome una sonrisa suave.

- Lamento despertarte, no era mi intención. - Me moví un poco en la tumbona y ella se puso de pie, apoyando su espalda contra el espaldar.

- Esta bien, generalmente tengo insomnio. Entonces, como no podía dormir con Taylor roncando a mi lado, decidí venir aquí. Parece un lugar tranquilo a pesar de ser Manhattan.

- ¿Ella ronca? - Me reí y Diana asintió, riéndose conmigo. - Eso no lo dejaré pasar.

- ¿No lo sabias?.

- ¡No! - Mire la habitación y escuché un tractor adentro. Ella se echó a reír, echó la cabeza hacia atrás, y por un momento recordé a Camila. Sonreí y miré al piso.

- ¿Hay algo mal?.

- No ... es que te pareces a una persona.

- ¿Ella es bonita?.

- Sí, es muy hermosa.

- Entonces eso está bien para mí. - Ella se encogió de hombros y no pude evitar encontrarla divertida a su manera.

- Déjame preguntarte, ¿cuántos años tienes?.

- Veinticinco. ¿Por qué?.

- Tu rostro, parece más joven.

- ¿Y tu?.

- Tengo treinta.

- ¿Treinta? - Ella abrió mucho los ojos y yo solté una carcajada. - Deja de bromear, Lauren.

- ¿Qué? Lo digo en serio, tengo treinta.

- ¿Con esa cara de veintidós? - Ella cerró los ojos con una expresión juguetona y yo le sonreí.

- Tu te vez de quince.

- Soy un bombo, ¿verdad? - Miró fijamente un lugar fijo frente a ella y yo observé el contorno de su rostro. Ella era hermosa. Estúpidamente hermosa - ¿Siempre vienes aquí?.

- Al igual que tú, tengo mucho insomnio. Así que creé un ritual para venir siempre en este momento a ver salir el sol. Por supuesto, cuando no está nublado ni nada.

- Creo que tienes una compañera, porque probablemente lo haré mientras esté aquí. En Madrid no vivimos en la azotea, vivimos un piso más abajo, intentamos comprarle al viejo gruñón que estaba arriba, pero él no quería. - Diana hizo un mohín, que si no estuviera enamorada me hubiese parecido tan lindo.

My Biology 2ª temporada (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora