LA VENGANZA (parte 1)

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El instinto de supervivencia del Okami lo instaba a huir lo más rápido posible, la criatura que tenía encima era peligrosa y con un poder que superaba el suyo con creces.

Sabía por Kagome que Inuyasha había caído en este estado anteriormente, perdiendo el control al ser incapaz de controlar a su bestia interna siendo dominado por esta. Según lo narrado por la Miko hasta ella misma estuvo a punto de ser destrozada por el mestizo, salvándose gracias al collar de sumisión, cuyo hechizo era lo suficiente fuerte para mantenerlo incrustado en el piso incluso durante estas circunstancias. Desgraciadamente, la única que podía poner a funcionar el collar era ella.

Los InuYokai eran una de las pocas razas que podían cambiar de forma exteriorizando su bestia interna, aprendiendo a dominarla y usarla en su favor. Los perros demoníacos tenían proporciones gigantescas y una formidable mandíbula armada con colmillos colosales y saliva corrosiva, además, poseían la capacidad de desplazarse por el aire, volaban los muy condenados. Sin embargo, a pesar de la dramática transformación, el Yokai mantenía la cordura y el control, lo que ofrecía la posibilidad de poder razonar con ellos y tal vez lograr que perdonaran tu vida, algo poco probable pero no completamente imposible.

En el caso de Inuyasha la cosa cambiaba. Al ser un Hanyo su cuerpo no tenía la habilidad de cambiar de forma, por lo que no poseía esta versión de perro descomunal, aunque eso no significaba que no pudiera volverse bestial. A simple vista se notaba que su sangre Yokai predominaba sobre la humana, no sólo por sus características físicas sino también por la fuerza que había demostrado tener, después de todo era descendiente de una legendaria estirpe de Daiyokais, siendo su propio padre uno de los más poderosos que pisaron la tierra. Pero seguía teniendo sangre mortal y eso representaba un problema enorme a la hora de controlar a su bestia interna, que al ser demasiado fuerte lo anulaba.

Koga era conocedor de que en las situaciones anteriores donde había emergido la bestia Inuyasha estuvo muy cerca de la muerte, a punto de ser derrotado y asesinado. Fue esta situación tan extrema la que activó su instinto de supervivencia despertando su lado bestial, y funcionó, en pocos segundos el enemigo pasó de ser presunto vencedor a convertirse en un cadáver desmembrado. Lo jodido del tema es que, a pesar de que su vida ya no corría peligro, el otro yo de Inuyasha se mantuvo activo y pretendiendo destripar a todo aquel que se le pusiera por delante.

Recordó a Kagome mencionado que Tessaiga podía mantener este lado bestial a raya y suprimirlo, algo entendible teniendo en cuenta que la espada era un arma poderosísima y que mientras la tuviera no necesitaría recurrir a este para derrotar a un enemigo. La buscó con la vista, estaba demasiado lejos. Para alcanzarla tendría que abandonar su posición y avanzar unos cuantos pasos, cosa improbable teniendo en cuenta que estaba atrapado entre el suelo y las fuertes piernas del mestizo que apresaban sus caderas.

Lo observó con cautela, su cuerpo ya no vibraba pero seguía estático. << No represento una amenaza para Inuyasha. ¿Por qué está pasando esto?>> se preguntó confundido, no encontraba motivo alguno para que aflorara aquella parte tan peligrosa. Lo vio mover la cabeza hacia atrás sacudiendo la melena, el largo cabello despejó su rostro y las marcas púrpuras que ahora delineaban sus pómulos se hicieron visibles, indicando su pertenencia a la poderosa casta. Su mirada seguía teñida de escarlata y se cernía sobre él, imponente, intensa, y absolutamente dominante.

Entonces, una revelación golpeó a Koga iluminando su mente y todo cobró sentido. Una vez más era el instinto el que animaba a la bestia, aunque en esta ocasión el motivo por el que surgía era distinto por completo. No, él no le suponía un riesgo mortal en lo absoluto, pero como Alfa que era impuso su dominio sometiéndolo desde el principio, y ese era precisamente el motivo. Las batallas por la supremacía era algo normal entre Yokais de alta categoría, y la dominación sexual era uno de los campos donde estas cruzadas se desarrollaban con más ahínco. La parte bestial de Inuyasha había despertado con sed de venganza y con el propósito instintivo de convertirlo en su sumiso.

La Venganza del PerroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora