PREJUICIOS

1.4K 90 338
                                    

Una sensación cálida y agradable lo invadía, reconfortándolo. Sumido en un estado de semi inconsciencia sintió que era tocado por unas manos firmes, que masajeaban sus músculos contraídos aliviando la tensión. Sus ojos se mantenían cerrados, estaba tan débil que intentar abrirlos parecía una tarea titánica. No sintió dolor, incluso a pesar de que su energía fue drenada, su cuerpo ya había comenzado a regenerarse.

Poco a poco fue recuperando el control de sus sentidos. Seguía dentro de la cueva, sumergido en el agua que rodeaba la entrada. Notó el cuerpo detrás suyo sobre el cual se recostaba cómodamente, las manos continuaban relajándolo, suavizando las contracturas musculares. Finalmente fue capaz de levantar los párpados pero su mirada se mantuvo baja, no se atrevía a mirar a su acompañante. El aroma que manaba de este le indicaba que la bestia se había retirado, su olor era el de siempre, aunque aún podía percibir, muy levemente, la esencia Yokai.

Quedó inmóvil y en silencio mientras su mente se iba aclarando, saliendo del embotamiento. La realidad lo golpeó al recuperar totalmente la lucidez, imágenes de los sucesos previos desfilaron en su cabeza. El agravio al que fue sometido, la crueldad extrema, cada humillante orgasmo, la manera en que su orgullo le fue arrebatado. Su condición de Alfa quedó reducida a polvo, luego de semejante subyugación ya no era digno de llevar tal título ni de ejercer el estatus de líder. Lo peor era saberse culpable, consciente de que fue su propia vanidad lo que despertó el instinto dominante del Inuyokai. El mismo se labró su desgracia, su maldito ego le había costado todo. <<Me lo merezco>> se recriminó mentalmente, soltando un gruñido abatido que fue al instante notado.

—Koga. ¿Ya estás bien?

La voz del mestizo terminó de sacarlo de su enajenación. Parecía genuinamente preocupado, todo lo contrario a cuando la bestia ejercía su influencia.

—Depende de lo que consideres bien—respondió. Una parte de él quiso reprocharle todo lo sucedido, pero se contuvo, hacerlo no cambiaría nada—. Mi cuerpo se está curando, si es eso a lo que te refieres.

—Me refiero en general.

—Teniendo en cuenta que he sido violado y drenado hasta la inconsciencia por un Inuyokai bestial, creo que estoy bastante bien, al menos sigo vivo.

—Me alegra ver que tu sarcasmo está intacto.

—No estoy bromeando—le aclaró. Su tono fue cortante, sin embargo, carecía de la energía que lo caracterizaba.

Extrañado, Inuyasha agarró al lobo separándolo de su torso. Abandonando su posición relajada lo rodeo por el costado para ubicarse frente a él, observando con asombro como bajaba la cabeza, pegando la barbilla al pecho.

—¿Por qué bajas la cabeza de esa forma? —le interrogó, aquel comportamiento le resultaba desconcertante—. La bestia se ha retirado—aseguró—si eso es lo que te preocupa puedes estar tranquilo, he vuelto a ser yo.

Koga dudó unos segundos antes de decidirse a subir la mirada, pero cuando finalmente lo hizo quedó en blanco ante al rostro que lo recibió. En efecto, el mestizo había recuperado la normalidad, pero quedaban vestigios de su transformación. Aunque en un tono menos intenso, las marcas púrpuras en sus mejillas se mantenían visibles, sus ojos mostraban el dorado habitual, pero el terrible escarlata no había desaparecido del todo, perfilando el contorno de los iris. Impresionado por la imagen volvió a bajar la cabeza, todavía le intimidaba.

—¿Qué diablos te pasa? ¡Mírame! —exclamó el mestizo al verlo regresar a la pose inicial, sin dar el menor indicio de volver a cambiarla.

Al escuchar la exclamación Koga levantó el rostro de golpe, claramente no lo hacía de manera voluntaria, sin lugar a duda, acataba la orden. Inuyasha lo miró, confuso, pero no demoró en entender lo que sucedía. Comprendió que reaccionaba de manera sumisa. Su bestia había coaccionado al lobo profundamente, hasta el punto de inhibir cualquier comportamiento propio en su presencia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 17, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Venganza del PerroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora